07. «Impulso»

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«Impulso»    

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Harry

—Ahora vas a saber, de que es capaz este cabrón.

Antes de que pueda tomarla del brazo y hacer quien sabe que locura, soy interrumpido.

—¡Señorita Palvin, señorita Palvin!

Susan, viene junto a otro trabajador. Conservo mi posición, mientras Chloé juega con el colgante que lleva puesto. Estoy sin camisa, con el torso desnudo, con una hija de un trabajador y dos de mis empleados observando, aunque lo quisiera impedir, ellos iban a hablar de esto. Me giro, encontrándome con ambos. Inmediatamente, me cruzo de brazos.

—Señor Styles, disculpe.

Guardo silencio, esperando una explicación. 

La chica frente a mi, solo se limita a observar.

—Señorita, disculpe —dice la mujer nerviosa, incapaz de mirarme. —He tenido que ayudar a Jacob, y se nos ha ido el tiempo. Disculpe nuevamente, haberla dejado sola.       

—Susan. ¿Para que te contrate?

—La cocina, señor. —Responde, mientras sus dedos juegan con el borde del delantal. 

—No entiendo, porque razón, motivo o circunstancia tienes que estar en otro lugar con ...

Le pongo los ojos al hombre joven que esta a su lado y que de igual manera me mira casi con miedo. 

 —Jacob, es mi nombre, señor.

—Con usted, ¿acaso no puede desarrollar las tareas para que ha sido contratado?—estoy realmente molesto y lo peor es que no es por lo que les estoy reclamando sino por ella, porque arruinaron el momento que acababa de empezar. —No quiero volver a ver esto. Cada uno, esta aquí por y para algo, sino pueden hacerlo, simplemente renuncien, no tengo ningún problema en reemplazarlos. 

Apenas y puedo hablar cuando noto, las mejillas sonrojadas y los ojos aún cristalizados de Chloé, que me miran con odio, con rabia y recelo. Además de haberla tratada de casi inmadura, estaba viendo esta faceta déspota y cruel que generalmente utilizo con mis empleados para mantenerlos a raya, en su puesto. 

—Definitivamente cabrón ...—Murmura. 

 Pequeña Chloé, te estas pasando.

—Y,¿se van a quedar aquí?  —Cuestiono con enojo. 

Ninguno sabe que hacer y sus piernas finalmente los conducen lejos de mi. 

Ahora estoy mas enojado, porque ella me ha faltado al respeto frente a mis empleados aunque creo que ellos no la han escuchado.

—Con razón estás tan solo ...

Sus palabras logran herirme, su comentario lleno de veneno lo siento como un contra ataque por lo que previamente le he dicho y ahora, aprovechando la circunstancia ha podido sacarse la espina. Se que puedo aparentar, fingir que no me importa, que no me hace daño pero en realidad, ella no sabe que significa eso para mi, la magnitud, la importancia, el efecto de aquella palabra en mi vida. La soledad. La maldita soledad.

—Prefiero estar solo que mal acompañado.

—Como sea, ¿me vas a dar mi móvil?

—Acompáñame.  

Nos adentramos en mi casa, ahora yo voy adelante. En cada paso, pienso en ella. Es apenas una jovencita rebelde que solo quiere llamar la atención, y desgraciadamente, lo ha conseguido. Cuando finalmente llegamos a la puerta de mi habitación, me detengo. 

Daddys boss | h.sOnde as histórias ganham vida. Descobre agora