Prefasio

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Aún recuerdo esa mañana, ese hermoso día tan soleado, tan cálido; el jardín tenía unas hermosas flores de colores, el pasto de verde limón muy claro y tierno, recuerdo  la picazón en las piernas desnudas al sentarme en el.

Había una gran paz hace muchos años, una paz perfecta por lo que mi manada se encontraban en sus mejores condiciones, mi padre se había encargado de ello la perfección, no nos faltaba nada en lo absoluto.

En ese entonces mi familia era inmensamente feliz.

—Toma este mi amor. —la voz cálida de mi madre me hace volver la mirada a ella, ella era increíblemente hermosa, su cabellos azabaches acentuaban lo blanca de su piel, sus ojos azules eran tan vivaces y llamativos, solo mirarla te dejaba cautivado.

Era y siempre será la mejor madre y por supuesto la mejor luna que Rebirth podrían tener.

—Es linda. —digo tomando el diente de león entre mis manos pequeñas, en ese entonces tenía cuatro años de edad, mi madre sonríe y me toma en brazos poniéndome en su regazo.

—Hay que pedir un deseo. —me dice cerca al oído, yo sonrió de oreja a oreja. Amaba hacer eso.

Y se lo que voy a desear.

—A las tres, uno...dos...tres. —las dos al mismo tiempo soplamos la flor haciendo que sus hojitas salgan volando por los aires.

—Mira mami. —apunto con mi dedo las hojitas que están volando por los aires, mi madre me apega más a su cuerpo, su olor es delicioso.

—¿Qué pediste?. —me dice aun admirando el cielo azul y las hojitas revoleteando.

—Quiero encontrar a mi mate y que me ame tanto como mi papi te ama a ti. —mi madre ríe y me da un beso suave en la cabeza.

Recuerdo los problemas que mis padres tuvieron cuando recién se conocieron.

Mi madre era una futura Alpha, su manada era muy poderosa y mi abuelo, su padre, la había comprometido con un Alpha de igual nivel que ella.

Mi madre se negó a aceptarlo, quería encontrar a su mate, a su alma gemela y huyo de su manada.

Mi padre también es un Alpha pero su manada no se encontraba ni cerca de lo poderosa y grande que era la de mi madre.

Y como el destino dirige y manda, este hizo de las suyas; al huir mi madre se adentro al bosque a tierras  muertas donde el poder del guardián del norte no tiene fuerza o dominio, ambos se encontraron y aceptaron como compañeros; así en plena luna llena sellaron su unión y la marca inició su destino.

Mi abuelo al enterarse del compromiso de mi madre prohibió su relación y desafío a muerte en batalla a mi padre y a su manada; mi padre por orgullo de ser Alpha dio pelea, el no quería perder a su luna ahora que la había encontrado  y la tenía.

Mi madre al ver la terquedad de mi abuelo se reveló contra su propio padre y se unió en batalla lado a lado a mi padre, fue una ardua batalla con muchos heridos y muertos, pero al final mis padres ganaron la batalla, por desgracia y como en toda batalla era de esperarse que la manada de mi padre quedara muy mal herida y sobretodo desprotegida de sus territorios.

Con la victoria de mis padres ambas manadas se unieron en una sola en el territorio de mi madre, después de todo tenia grandes territorios y era vasta para todos.

De allí proviene su nombre de esta Rebirth: renacimiento. El nacimiento de una nueva manada.

Mi abuelo furioso de su derrota y más aún, de la unión de mis padres se fue de su manada, de su propio hogar y busco refugio en otra manada.

Según lo que se, mi abuelo comenzó una relación con la Luna de una  manada lejana, derrocó a su Alpha volviendose el nuevo sucesor, el formó una nueva familia con ella rompiendo el lazo de su verdadera mate, tuvo un hijo con ella hace algunos años. Mi madre dijo que él nunca creyó en el amor de mates, siempre fue el poder ante todo.

Mi madre aún así jamás tomo rencor por este acto, lo amaba por sobre todo.

A diferencia de mi abuelo mi madre creía en el amor de los mates, su unión en cuerpo y sobretodo en alma. Nunca perdió la esperanzas en hallar a su alma gemela, al ser que la luna tenía predispuesto para ella, nunca dudo en el verdadero amor que encontraría con él y así fue.

Nada se puede comparar al amor que se sienten dos almas que después de tanto tiempo se logran encontrar y corresponder. Es irrevocablemente Perfecto.

Y eso mismo esperaría yo, esperaría la llegada de mi mate, lo esperaría y cuando lo encuentre seria la mujer más feliz del mundo, estoy convencida de ello, como no estarlo al verlo en mis padres, lo único que debía hacer era esperar, esperar al amor de mi vida.

—No creo que a tu papá le guste escuchar eso. —dijo mi madre riendo, yo le seguí la risa.—No le dará gracia, guardémoslo como secreto.—susurro.

Mi padre era muy sobreprotector y celoso, sobre todo con nosotras dos.

—¿Qué no me hará mucha gracia?. —la voz de mi padre llegando al jardín nos sorprendió.

—¡Papi!. —bajo del regazo de mi madre y corrí hacia él, mi padre me levanto por los cielos y me beso la frente y la coronilla con tanto cariño.

Mi madre y yo siempre serémos su adoración, el fruto del amor real y verdadero entre ellos.

—Nada, es cosa de chicas. —dijo mi madre llegando a nosotros, su cabellos castaño ondeados vuela por los aires al compás del fresco aire marino.

—Cosas de chicas. —dice mi padre repitiendo lo de mi madre pero con un tono jocoso. —Solo espero que no sea de chicos. —esta vez me mira alzando una ceja, yo rio y me oculto en su cuello.

—No tendría nada de malo, algún día ella encontrara a su mate. —mi padre deja un suspiro amargo. —Debe conocer el amor así como nosotros lo hicimos.

—Tiene tan solo cuatro años, podrimos hablarlo cuando lo encuentre. —mi padre tomo de la cintura atrayéndola más a su cuerpo, ella sonrío nerviosa bajando algo apenada ante su imponente mirada.

Es momento de irme, dice mi subconsciente.

—Puedo jugar. —señalo el columpio bajo el árbol, mi padre asiente y me suelta no sin antes darme un beso en la cabeza , luego recibo otro más suave de mi madre.

Corro hasta el columpio y subo en él, comienzo a mecerme de atrás hacia adelante, mientras veía pequeños dientes de León flotar por el aire, cuando fijo nuevamente la mirada a mis padres ambos están unidos en largo beso apasionado, no hay ninguna distancia entre ellos, solo sus caricias y promesas de amor para toda la vida.

Se aman, se aman más que a nada. No solo los escuchó decirselo el uno al otro; yo lo sé al verlo en sus ojos, en sus miradas y es eso lo que quiero; esa mirada, ese anhelo en que alguien me llegue a mirar así de profundo, en que llegue a penetrar mi alma sin usar palabras, que nuestras almas se hagan uno y que me ame sin condiciones ni medidas.

Deseo ese amor, lo deseo más que nada en el mundo.

—Ya quiero conocer a mi mate. —digo aun mirando a mis padres, a mi familia, una familia que algún día deseo tener con el hombre que será mi compañero, mi mate, que será solo mío.

 —digo aun mirando a mis padres, a mi familia, una familia que algún día deseo tener con el hombre que será mi compañero, mi mate, que será solo mío

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Espero que les guste el primer capitulo de esta saga de: LUNA Y PLATA.

Eres mio, Humano©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora