Capítulo 13 : "All I Have to Give- Backstreet Boys"

547 86 3
                                    

Capítulo 13

"All I Have to Give- Backstreet Boys"

    Y allí me encontraba, de pie, con una respuesta que sin entender bien, de pronto me golpeaba con fuerza.



   <<... Para aclararte que es probable que quizás tengas que esperar mucho tiempo para que yo pueda ser el capitán Wentworth... >>



    ¿Qué había significado todo aquello?



    Había dejado de sentir frío tras aquella respuesta. Necesitaba subir a mi habitación y encontrar las respuestas que se hallaban en aquel trabajo. No sé cuánto tiempo tarde en hacer eso. Solo sé que, en un cerrar y abrir de ojos, me encontraba en mi habitación abriendo aquel sobre y sacando el trabajo que debió ser un trabajo grupal. Busqué la parte donde se encontraba el cuestionario que debí hacerle y ella respondió por sí misma. Me sorprendí al conocer algunas de sus respuestas y conocer que ese libro era uno de sus libros favoritos.



   << No soy buena con las palabras, ni para hablar sobre mí. Este libro me ha gustado mucho desde la primera vez que lo leí. Sin embargo, jamás pensé que me encontraría en el punto de estar visualizándome con uno o varios de sus personajes. Me ha costado una barbaridad, no obstante, después de meditarlo, es posible que tenga o encuentre cosas en común con algunos de ellos. Anne Elliot es un personaje que siempre he admirado, porque después de todo lo que tuvo que vivir, jamás se rindió. No le dejó ver al capitán Wentworth lo que ella sufría a causa de su indiferencia. Fue fuerte, aunque por dentro se moría lentamente. En ocasiones me he sentido como ella. Tratando de ser fuerte, cuando por dentro calló lo que siento. La muerte de mis padres me empujó a ser así.



   Es cierto, que ella fue la causante de todo ese drama, por permitir que la persuadieran. Pero, después de todo, su vida no fue tan fácil como el resto de los personajes. Inclusive hasta la propia vida del capitán Wentworth fue fácil. Quienes no hemos tenido una vida de cuentos de hadas, podemos entender el trasfondo de todo lo que significó ser Anne Elliot para la protagonista. A veces podemos parecer que somos afortunados, pero realmente no es así. Juro que hubo momentos en que me sentí tan Anne Elliot que odié al capitán Wentworth, por hacerme llorar con cada palabra que leía. Pero, después de tanto darle a la cabeza, comprendí que también tenía algo de él. Cuando alguien nos ha herido de tal manera, no vemos nada más que nuestro propio dolor y nos cuesta pensar en la palabra perdonar. No puedo ser el capitán Wentworth en este momento. Quizás algún día... Como también Anne, al instante de querer dar una segunda oportunidad. La vida es un eterno van y ven, quizás algún día... ¿Quién sabe? >>



    Tanto tiempo visualizándome como Anne Elliot, al recordar mi niñez, que jamás me visualicé que parte de mí también había sido como el capitán Wentworth. Siempre había pensado en mí solamente. Ahora entendía a qué se refería cuando expresó que era probable que quizás tuviera que esperar mucho tiempo para que ella pudiera ser el capitán Wentworth.



    A la hora de la cena, observé que fingía muy bien que habíamos tenido una conversación sobre nuestros puntos de vistas. No tenía nada más que decir por mi parte que me limite en entregarle el trabajo, después de tocar a su puerta, antes de bajar a cenar. Sólo había expresado que había quedado bien y que estaba de acuerdo que así como estaba lo entregará. Había sido suficiente para mí todo aquello en ese día. Ahora, me limitaba siendo servicial y amable como lo había aprendido a hacer gracias a sus padres. Mientras que yo, siempre había sido un egocéntrico.



—Gretta cada vez me sorprendes con estos deliciosos platos que preparas.—expresó Ahinoa, agradeciéndole por la cena.

—Señorita, es solo mi trabajo...—expresó sonrojada, al mismo tiempo, en que sonreía—. Usted también me ha enseñado a preparar platos deliciosos...

—Siempre he dicho, que soy una afortunada por ello...—dijo mi abuela.



     Y al observar aquello, una parte de mí se rompió por completo. ¿En qué instante mi padre había dejado que la soberbia y la vanidad formarán parte de su vida? ¿Cuándo se hizo el hombre que era, tan prejuicioso y egoísta? No lo había aprendido de mis abuelos. De eso estaba seguro. Ellos eran, a pesar de ser ricos, personas sencillas y humildes que valoraban a las personas. ¿Me veía ahora a mí mismo, a futuros, como él?



    No... No si eso significaba que Ahinoa jamás pudiese estar cerca de mí.



   Entendía a mi madre. Su estilo de vida y su familia si era así. Ella formaba parte de una de las familias más poderosas de Corea del Sur. Su vida, desde que había sido una niña había transcurrido en internados para señoritas, costosos lejos de su país. Sabía que había estudiado en Inglaterra y en Suiza, antes de ingresar a Harvard. Y mis abuelos maternos eran como ella, por lo que el matrimonio junto a mi padre había sido aprobado ante aquella familia, al ser los Gibbon, una familia con un alto estatus social, y él, por ser el heredero de ese imperio empresarial que tenía en sus manos.



—¿Sucede algo?—me preguntó mi abuela preocupada.

—No... Nada. Sólo que me siento un poco agotado.—miré a Gretta con la mirada, mientras la veía recoger unos platos—. Realmente cada día nos sorprendes a todos. Gracias Gretta, estuvo todo muy delicioso... Ahora, con su permiso, me iré a descansar.



    Todas me miraron con extrañeza, como si me hubiese picado un mosquito. Pero ignoré todo aquello y subí a mi habitación. No mentía al decir que me encontraba agotado. Y lo estaba. De tanto pensar.



    Me tumbe en mi cama y me coloqué mi Discman, colocando uno de mis Cds que había grabado antes de que fuera enviado a Irlanda, conociendo lo aburrido que podía encontrarme sin mis cosas. "All I Have to Give" de Backstreet Boys había empezado a sonar, adivinando quién había sido la responsable de que estuviese allí, pensé en mi hermana Alice. Pero, por primera vez en la vida, agradecía que una de sus canciones favoritas se encontrará en mi Cds. Había descubierto que era el grupo favorito de Ahinoa.



— No quiero perderte Ahinoa...—expresé sin dejar de mirar el techo. Un pasatiempo que había tomado, irónicamente, en esos tiempos.

*******************************************************

Gracias por sus lecturas, votos y comentarios. Si tardo en subir, no se preocupen si no la terminaré, lo haré, pero no tan rápido como solía hacerlo con mis anteriores novelas. Sigo trabajando en ponerme al día con todas. Saludos desde Venezuela...


Momentos (Serie:Hermanos Gibbon-1)Where stories live. Discover now