Epílogo: "Guilty-Blue"

848 90 9
                                    

Epílogo

"Guilty-Blue"

     El tiempo sigue avanzando, aunque una parte de mí quisiese detenerlo, haciéndome ver los días que he perdido tras su ausencia. Soy culpable de amarla como la amé y la sigo amando todavía. Los momentos que viví junto a ella siguen acompañándome como viejos amigos. Y aunque sigo aquí en Irlanda, una parte de mí se quedó con ella en España.



     Y debo admitirme cada día al desperar que Galway ya no era lo mismo sin ella.



     Sonrío con ironía al ser consciente que el joven superficial que había sido en mi adolescencia había desaparecido. Ahora amaba más a este lugar que los rincones exclusivos de Nueva York. Y por ello podía sentirme orgulloso de mí mismo. Había madurado hasta el punto de que mi tía y mis primos se habían percatado también de eso.



    Amo cada uno de los rincones de Galway, aunque no sea más que naturaleza y un clima cambiante y impreciso. Sonrió en cada paso que doy mientras camino en las tierras que pertenece a mi familia. Lo he tomado por costumbre cuando necesito despejarme o solo tengo un tiempo libre. Y sobre todo suelo a veces venir a este lugar, como si con ello quisiese traer de regreso a Ahinoa. Y todos esos bellos momentos que siempre me harán compañía mientras viva.



    A pocas distancia se encuentra una pequeña propiedad que he adquirido, donde he labrado mi vida y mi independencia en los negocios. Soy un Gibbon, eso no puedo negarlo, pero he decidido alejarme por completo de los negocios de mi padre, así estaré mejor. No quiero ningún acercamiento con él, ni con su arrogancia. Después de todo, hace tiempo que solté mis cadenas, al igual que lo ha hecho Gerald, quien finalmente ha conseguido un puesto de médico residente en el hospital general de Los Ángeles, después de terminar su post-grado en cardiología, mientras Ashley ha encontrado a su verdadero padre. Ambos me han hecho saber que se casaran en secreto en pocos días. Sólo me entristezco al saber que mi hermana, Alice, es la única que sigue atada a sus cadenas e ideales.



     Alzó mi rostro al sentir las primeras gotas de lluvia al caer y me sumerjo una vez más en mis pensamientos. Cierro los ojos y decido no marcharme. Es tan cómodo encontrarse aquí, en el lugar favorito de Ahinoa, sintiendo que ella está aquí, aunque sé que no es cierto... Sólo que una parte de mí la ha traído de regreso, haciendo a mi corazón latir, mientras los recuerdos de los días que caminábamos aquí se vuelve presente.




    La lluvia, poco a poco, cada vez aumenta más su intensidad, haciéndome ignorar los otros ruidos que suceden a mi alrededor en ese instante. Mi mente está centrada en el rostro de esa Ahinoa que vi tantas veces en este lugar y en los momentos cuando me amaba.



—¿Sigues viniendo a este lugar?—me pregunta alguien, por lo que me giro abruptamente que casi me caigo, sin saber si estoy soñando.

—¿Ahi...Ahinoa?—expreso en shock, apunto de quedarme sin habla.

—Sí, soy yo... Y te has robado mi idea de venir a mi lugar secreto...—me hace saber, mientras sonríe con picardía.

—¿No estabas en Madrid?... Pensé que...

—Acabo de llegar... Le pedí a Rodrigo que no dijera nada...Necesitaba regresar...

— ¿Por qué? ¿Ha sucedido algo?

—Porque después de todo este tiempo he descubierto la verdad... Y necesitaba verla en tus ojos. ¿Me mentiste para protegerme de tu padre? ¿Es verdad? ¿Sigues amándome?—se acerca más a mí y me siento que mis pies no me ayudan a avanzar, sino a que siga inmóvil por la impresión de verla allí, en frente de mí, mientras la lluvia nos empapa a los dos.

—Sí...—respondo a duras pena— Perdoname por ser tan cobarde y creer que...

—Nathan...—coloca su mano derecha sobre mi boca, para pedirme que guarde silencio—. No vine a reclamarte nada. Sólo a agradecerte por quererme tanto... He venido para pedir que también me perdones... Lo siento... Juro que lo siento... Yo no sabía que tu padre había llegado tan bajo. Ahora entiendo tantas cosas. Entiendo ahora porque trabajas por tu cuenta—roza mi rostro con ternura, mientras la lluvia nos baña a los dos—. No tengo nada que perdonarte. Absolutamente nada... Solo agradecerte... Te amo...—y termina de sorprenderme cuando sus labios tocan los míos en un cálido beso.




     Este es nuestro momento... Sí, nuestro momento de darle una oportunidad y abrirle las puertas, de par en par, a nuestra felicidad. La cubro con mis brazos, mientras ese beso sella nuestra indestructible promesa.

Fin

***************************************************************

Hola a todos mis lectores, finalmente llegamos al final de "Momentos", espero que les haya gustado la historia de Nathan y Ahinoa. Ahora seguiré con "Devuelveme el Corazón" y conoceremos la historia de Gerald y Ashley...


¿Qué les pareció este final?

Momentos (Serie:Hermanos Gibbon-1)Where stories live. Discover now