CAPITULO XXIX
La última advertencia
Eris se dirigía a toda prisa con Raúl y Arnoldo en un auto. Mientras ellos se enfrentaban a las bestias más peligrosas que habían enfrentado en su vida.
Raúl estaba enfrente de un "golem" de 3 metros que estaba bloqueando la única salida. Raúl escucho un fuerte sonido seguido de un gritó de Arnoldo y quiso ir a ayudarlo, pero el golem no se movía de la salida.
Raúl uso una y otra vez su técnica de onda de choque, pero solo lo movía un par de centímetros. El golem lo atacó, pero era muy lento para Raúl que usaba su espada, pero no podía atravesar su dura piel.
Raúl uso su último ataque que era el impacto de la espada que usaba al detonar el gatillo de la espada justo en el momento de tocar su piel, eso si le atravesaba la piel. La reacción de la bestia hizo que atacara más rápido, a lo que le dio a Raúl en el brazo, haciendo que se quebrara.
— Esto no es nada —dijo Raúl entre dientes.
Mientras tanto Arnoldo estaba atontado en un lugar si luz con la bestia monja que se preparaba para volver a gritar. Arnoldo sintió como inhalaba por los poros de la piel y la paralizó, lo cual interrumpió su grito, y busco su espada en la oscuridad. La parálisis no duro mucho y la monja tomó a Arnoldo con sus brazos y comenzó a inhalar, Arnoldo sabia que no resistiría un grito de ella a esa distancia. Arnoldo puso los pies en el suelo y uso su habilidad de embestida en la pared más cercana y se liberó.
La monja estaba hincada recargándose de la pared con los ojos medios salidos. Arnoldo tomó su macana.
— ¡Odio los gritos! —gritó Arnoldo golpeando tan fuerte como pudo la cabeza de la monja, haciéndola pedazos. Tengo que ir con Raúl —pensó.
Raúl, que se había quebrado el brazo izquierdo, despertó su lado rabioso y empezó a atacar a la bestia de la misma manera que antes repetidas veces. La bestia no podía defenderse y los ataques que hacia Raúl los interrumpía con uno de sus rápidos ataques.
Raúl viendo que ya lo había atravesado todo el brazo de la bestia con su espada se confió, tomó un instante para ver el estado de la batería de la espada y la bestia lo golpeo en el pecho, pero Raúl logró recibir el golpe con mínimo daño, pero lo que no tomó en cuenta fue que ese golpe hiciera que su débil corazón se detuviera.
Raúl soltó su espada y se tiro al suelo boca arriba mientras se tambaleaba desesperadamente mientras le salía espuma por la boca, rápidamente dejo de moverse y quedó inmóvil con los ojos abiertos.
La bestia se acercó para seguir golpeándolo, cuando la mitad de la espada de Arnoldo le salió por el pecho, misma que Arnoldo le había encajado por la espalda.
Arnoldo echó a un lado el cadáver de la bestia y se dirigió hacia donde estaba Raúl. Arnoldo se quedó paralizado al ver lo que nunca hubiera esperado, ver a su amigo Raúl muerto.
Eris llegó con ellos un segundo después y Arnoldo, ignorando el echo que ella había atravesado la niebla venenosa o que estuviera presente ahí mismo en ese momento, le mostró el cuerpo de Raúl.
Eris fue con Raúl se hincó, puso su cabeza en sus piernas, lo tocó con sus manos la cabeza y viéndolo dijo:
— Gracias a dios no es muy tarde.
Arnoldo quedó confundido.
Eris comenzó a usar su habilidad nueva con la cual había sobrevivido hace poco, hizo que el corazón de Raúl volviera a latir y escupiera la saliva que lo atragantaba, pero no se levantaba.
Eris acercó su boca a la suya y junto sus labios con los de él y de pronto Raúl se levantó sin heridas.
— ¿Qué paso? ¿Estoy vivo? —dijo Raúl escéptico.
— Eris de revivió con un beso —dijo Arnoldo llorando de felicidad.
— Espera yo solo... le soplé en su interior para curarle sus heridas internas. No quise hacerlo es solo que es la primera vez que curó las heridas internas de alguien, pero era suficiente con soplarte dentro de tu boca —explicó desesperadamente Eris.
— ¡no puedo creerlo subiste de nivel —gritó Arnoldo de emoción —. Y ahora también tienes una habilidad que revive personas.
— No las revivo, es solo las que no están completamente muertas.
— ... —Raúl estaba acordándose de cuando estaba en las piernas de Eris recibiendo su beso y eso lo tenia sonrojado — Como sea me salvaste la vida... muchas gracias.
Raúl y los demás decidieron abandonar el lugar e irse con el resto de sus compañeros en el auto que tomó Eris, mientras ella les contaba como subió de nivel.
— Todo este viaje fue en balde y casi nos cuesta la vida —dijo Arnoldo.
— ¿eh? ¿No encontraron nada? —Eris les preguntó.
— Solo suposiciones —contestó Raúl.
Eris sacó de su mochila los dibujos del niño que se encontró en la casa.
— Yo encontré algo muy interesante.
Mientras tanto en la cárcel.
Ya era de noche y Ren y Sally estaban en la sala de espera.
— No puedo creer que vamos a pasar la noche aquí —dijo quejándose Sally.
— Es lo menos que podemos hacer por el jefe. Él nos ha tratado con el respeto que nadie más quiso darnos —dijo Ren.
— Oh vamos, nos hace trabajar todo el día viajando. Ya casi no recuerdo como es mi hogar.
— Pero no has renunciado por que sabes que él es digno de admirar.
— ... tienes razón él ha tratado con el mismísimo ministro de defensa del país para que nos tome enserio lo que hacemos.
— ¿Verdad?
— Y la paga tampoco esta mal —dijo Sally riéndose.
Los 2 reían cuando una alarma sonaba por todos lados.
— ¿Qué esta pasando? —dijo el director de la prisión.
— Uno de los centinelas activo la alarma de invasión señor.
A lo lejos se veía un vehículo de 3 pisos muy grande con llantas gigantes mientras un tipo sin pelo posaba de brazos cruzados hasta arriba con una sonrisa.

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R.P.G. El Despertar De Las Bestias.
AdventureA causa de una fuerza misteriosa el mundo fue invadido por bestias, convirtiendo la vida de la personas en un "juego" en donde el "subir de nivel" puede volverse una locura.