18.

346 77 7
                                    


Estaba sentado en la silla cerca del ventanal de la cafetería, el día estaba soleado, la gente caminaba animada por todos lados, algunos serios, otros molestos.

—Lamentamos la tardanza— Su vista se dirigió a la persona frente a él.

—No te preocupes, Jimin— Había un chico tras de él, era alto y su cabello era negro.

—Oh, él es Jeongguk—el chico a sus espaldas le saludó con la cabeza.

La pareja se sentó frente a Nam, ordenaron y comieron en silencio, para cuando la mesera les trajo un café a cada uno, la tortura emocional de NamJoon comenzó.

— ¿Dónde está YoonGi? — preguntó esperando escuchar que se habían divorciado.

—En Belén— respondió mirando su taza.

—Sólo conozco dos Belén— Jimin miró a su pareja— Belén en Jerusalén y Belén el cementerio.

— ¿Entonces se fue de vacaciones? —Preguntó Jeongguk tomando de su café.

—Está muerto— dijo Nam mirando de forma seria a él menor, quien se atragantó con su café.

—Perdón, yo no sabía y...

—No sabías— formó una mueca, tal vez quiso sonreír.

— ¿Qué paso? — Jimin parecía un poco trastornado, después de todo YoonGi era muy joven, NamJoon y él se habían casado cuando el menor tenia veintidós y el mayor veinticuatro. Llevaban tres años de casados, tenía tan solo veintisiete años.

NamJoon suspiró y apretó la taza entre sus manos.

—Un accidente automovilístico— su voz tembló un poco—Había clasificado para tocar el piano en Nueva York en un gran concierto, sus amigos y representante habían acordado salir a celebrar, yo no pude acompañarlo, porque estaba de chaperón en un viaje escolar a la isla de Jeju. Las autoridades me dijeron que estaba lloviendo demasiado, que la carretera estaba resbalosa, dijeron que las llantas se patinaron en una curva y se volcaron, rodaron cuesta abajo y...— Su voz se ahogó en el llanto—Si me hubiese quedado, él estaría vivo— dijo mientras cubría su rostro con las manos—Mientras yo estaba en la playa, él estaba arrastrándose por el pasto para pedir ayuda— Continuó con el llanto doloroso, Jimin le miraba sin saber que decir, Jeongguk buscaba palabras para reconfortar el adolorido corazón de NamJoon. —Fui el peor marido del mundo, cuando la policía me llamó para que reconociera su cuerpo, mi mundo se vino abajo.

—No es tu culpa—Jimin tomó la mano de NamJoon— Fue un accidente, algo imprevisto.

—Si me hubiese quedado, él estaría vivo, justo ahora estaríamos en casa viendo películas, o aquí frente a ustedes— Nam se puso de pie y dejó un billete al lado de su taza—Debo irme.

Salió a toda prisa, el llanto brotó de nuevo, tallaba sus ojos de vez en cuando para despejar las lágrimas. Su alma, y su corazón lloraban de dolor, de tristeza, de culpa.

___________________

Los invitó a conocer le panteón de Belén, tiene historias interesantes

PhoneNơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ