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Pongan la cancion cuado les diga wapos+++

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El clima en Japón parecía triste, estaba nublado, lluvioso y frío. Nunca le había visto utilidad a la chaqueta tan gruesa que su madre le había regalado la navidad pasada. Nam miró a su alrededor y se acercó corriendo a su amigo quien al igual que él miraba por todos lados.

—Tatsuya— Nam levantó la mano y su amigo le sonrió.

—NamJoon— ambos hicieron una reverencia. — ¿Listo?

—Listo.

Tomaron el metro para poder llegar a Otsuchi, Nam miraba sus manos, se había vuelto a poner su anillo de matrimonio, ahora se sentía frio. Cuando llegaron tomaron un taxi para recorrer lo que les quedaba de camino, miraba las gotas de lluvia impactarse contra el vidrio y luego bajar hasta formar una gota más grande y caer más rápido.

—Nam— Tatsuya tiró de su hombro— Llegamos.

Miraron por la ventana, una casa acogedora tenia las luces de su sala prendida.

—Pila Itaru Sasaki, vive ahí— dijo el japonés— Es el dueño y creador de la cabina.

—Espero que esto sirva.

Bajaron del taxi y caminaron hasta la entrada de la casa. Tatsuya tocó a la puerta y un hombre viejo abrió, sostuvieron una conversación en su idioma y unos segundos después el anciano se hizo de lado para dejarlos pasar.

—Dice que te tomes tu tiempo, que digas todo lo que tengas que decir.

(Pongan la canción)


Los condujo hasta su patio trasero, uno que en otro momento se vería preciso por los hermosos colores de la amplia variedad de flores que había, pero el cielo gris y la lluvia no hacían más que hacerlo lucir deprimente. Tatsuya y el hombre se quedaron dentro, incitaron a caminar a Nam con la mirada.

Nam caminó por el jardín, dejando que las gotas de lluvia mojaran su gorro y chaqueta, en el medio había una cabina telefónica, entró y miró el teléfono negro, antiguo, que reposaba en un estante de madera a baja altura, también había un bote con lapiceros y muchos directorios telefónicos ordenados. Limpió el sudor de sus manos y tomó la bocina del teléfono, y la llevó a su oído, se sorprendió al notar que el teléfono realmente tenía línea. Suspiró y comenzó a marcar el número de YoonGi.

Los clásicos pitidos hicieron latir el corazón de Nam con fuerza, esta vez parecían haber contestado, pues el ya bien conocido buzón de mensajes no sonó.

—Hola amor, ¿Cómo estás? Espero que bien, ¿Hace frio dónde estás? O tal vez este húmedo, dime dónde estas, ¿Quieres saber algo? Algunas veces deseo poder irme donde tu estás, quisiera volver a tomar tu mano,  volver a probar el dulce sabor de tus labios y sentir el calor de tu cuerpo contra el mío, también quiero volver a escuchar ese sorpresivo "Te amo", cuando me lo decías me dabas mil años de vida más, quiero volver a cargarte cuando te daba flojera seguir caminando, quiero dedicarte más poemas, quiero darte más rosas, quiero volver a escucharte tocar el piano, el también te extraña y a mí no me gusta acercarme a el, cuando lo veo me recuerda a ti, aun puedo escuchar las suaves melodías que tocabas, muchas veces pienso que estás en casa pero que estas encerrado en tu estudio, mi corazón se rompe siempre que abro la puerta de tu estudio y no estás ahí, YoonGi, quiero pedirte perdón por no haber estado contigo, por no haber podido protegerte, sigo diciéndome a mí mismo "Si no te hubieses ido, él estaría vivo", cuando el oficial me dijo cómo habías muerto, le dije "Debió haber estado muy asustado, le tenía miedo a las tormentas", tal vez aquello fue suficiente para que ya no me dijera más y sólo me abrazara. Perdóname mi amor, te amo tanto que me duele no poder tenerte de nuevo, te amo tanto que no quiero amar a nadie más como te amé a ti. Si el genio de la lámpara existiera, le pediría que te trajera de nuevo a mis brazos, también le pediría que estemos juntos siempre y muramos al mismo tiempo, porque una vida sin ti no es vida. Pero ¿Sabes algo? Puede que pueda estar con alguien más, pero jamás amaré a otra persona con la intensidad y la pasión con la que te amé a ti. — Nam comenzó a sollozar— Te amo, te amo, te amo, mi amor por ti jamás tuvo ni tendrá una medida por lo grande que es. —un suspiro tembloroso salió de sus labios— Daría mi vida por escuchar un último te amo de tus labios.

Por el otro lado de la línea se escuchó una lejana y suave risa.

~Te amo, tonto, deja de llorar, quiero que seas feliz, quiero ver una sonrisa en tu rostro, para poder estar en paz~ Nam abrió sus ojos con sorpresa, era la voz de su amado, era lejana y apenas perceptible, pero ahí estaba.

—YoonGi— dijo, pero la llamada de cortó.

Soltó la bocina del teléfono y se arrodilló en el piso de la cabina, lloró y berreó durante un rato.

Pero sonrió después de un tiempo, después de todo, había escuchado "Te amo" una última vez.

PhoneWhere stories live. Discover now