Ecko seguía abrazado a Dylan y a éstos se les sumó Rocío, su novia.
Todos mirábamos la escena tiernamente, Matías hizo que Rocío le haga upa a Dylan y vino hacía mí.
–Hola enanita.– me abrazó. – Me separé de él y le entregué el regalo que habíamos comprado, con Dylan. – (Foto arriba)
–Feliz cumpleaños Eckin. – El sonrió y habló.
–¿Me quieren hacer engordar?. – reímos.
Llamé a Dylan y éste vino corriendo hacía mí.
–¿Que le ibamos a preguntar al tío?.– Le pregunté a mi hijo.
Ecko miraba esperando a que le preguntémos, Dylan sonrió y habló.
–Con mamá te queremos preguntar algo. – Matías asintió para qué Dylan siguiera hablando. – ¿Querés ser mí padrino?. – soltó con una sonrisa tierna.
A Ecko le cambió la cara de confusión a felicidad, todos los que estaban empezaron a aplaudir mientras sonreían.
Me sacó a Dylan de los brazos y habló.
–Obvio que quiero ser tu padrino mi osito panda.– reímos.
Yo estaba hablando con Rocio, me cae muy bien, es piola.
Dylan estaba jugando con su sobrina, asi que estaba entretenido.Agarré mi celular para revisar mi WhatsApp y una voz femenina me interrumpió.
–Emm.. Hola.– se acercó a mí.
Sonreí hipócritamente al verla.
–Hola Sofia. – le resté importancia.
–¿Podemos hablar? –
–Es el cumpleaños de mi amigo, no tengo ganas ahora. – me acerqué más a ella y le susurré. – Tuviste dos años y médio para hablarme, Sofia. Y no lo hiciste. – dije eso y terminé dejándola sola.
Lit Killah.
Ella había llegado a la casa de mi amigo y desde ese momento estoy en cualquiera.
Sofía desde que Zoe llegó no me mira, ni si quiera se me acerca. Debe pensar que mi ex no sabe lo nuestro, o capaz se sigue sintiendo culpable, pero no creo.
–¿Me lo alcanzas, por favor?. – me pidió Dylan, el hijo de Zoe.
–Si, obvio. – era un autito que se le había ido lejos y no llegaba a sacarlo.
Cuando se lo dí nuestras manos hicieron contacto, nos miramos por unos segundos y los dos fruncimos el ceño al mismo tiempo.
Bueno, eso fue realmente raro.
–Gracias. – dijo cuando le dí su juguete. – ¿como te llamas?. –
Me perdí completamente en sus ojos azules verdosos, su nariz chiquita y su sonrisa hermosa.
Me sacó de mi trance cuando lo escuché hablar.
–¿No me vas a decir?. – rió
–Si, me llamo Mauro, pero me dicen Lit. – le dije sonriendo.
–Yo soy Dylan. –
–Si, lo se. Sos hermoso Dylan. –
El sonrió y se acomodó el pelo.
–Mamá me lo dice todo el tiempo.– rió y se fue corriendo con Lu, la sobrina de Rocio.
Sentí una conexión especial, que no sentí nunca con nadie.
A lo lejos divise a Zoe hablando con Wos, necesito hablar con ella.
Terminamos de una forma horrible, y me arrepiento todos los putos días de mi vida por eso.
–Dy, saluda que nos vamos hijo. – le ordenó al nene.
Nos saludo a todos con choque de manos, menos al Ecko, que lo abrazó y le dijo que quería que vaya a jugar con el.
Zoe nos saludo a todos con un beso en la mejilla. Se me erizó la piel al sentir su contacto.
Zoe Silva.
Saludé a todos, incluyendo a Sofia y a Mauro, por que no quería quedar como una desubicada. Fue por respeto, nada más.
Frijo nos trajo hasta casa, se despidió y se fue.
Eran las 22:43 y Dylan no tenía sueño, asi que me puse a jugar un rato con el.
–Nene estás haciendo trampa. – me hice la enojada y mi hijo reía.
El timbre nos arruinó la carrera que estábamos haciendo. Me levanté a abrir y Dylan bufó molesto.
Cuando abrí me encontre a la persona que menos quiero ver en este mundo, Mauro.
–¿Que necesitas?. – pregunté seca.
–Hablar con vos. – contestó con tristeza.
–No, la verdad que amí no me estaría interesando escucharte. –
–Zoe, por favor. Cinco minutos te pido, nada más...– Dejó de hablar cuando escuchó a Dylan.
–Mamá, ¿quién es? – preguntó del living.
–Nadie amor, ya voy. – grité para que me escuche.
–Terminamos mal, dejame arreglar eso. – pusó su mano en la puerta para que yo no cierre.
–Ah bueno. – reí irónica. – Terminamos mal por que vos quisiste que así fuera, pasaron dos años y medio Mauro, la verdad que no me interesan tus disculpas, ahora por favor andate.– dije a punto de quebrar.
–Zo.. – fue interrumpido de nuevo.
–MAURO. – grito Dylan cuando lo vió. – O Lit. – río. – ¿Querés pasar a jugar?. – preguntó el enano con un autito en la mano y en la otra un colectivo.
Mauro me miró ami, yo miré a Dylan y Dylan miró a Mauro.
–Veni, pasa. – le agarró la mano y lo hizo pasar.
Dylan no me estarias ayudando mucho que digamos hijito.
Sentí mi corazón romperse cuando los ví a los dos jugando mientras reían.
Dylan es tan igual a su papá.
Wachis seguro que más tarde hay otro capítulo.
Ojala les guste♡
voteeeen ahre bai