—¿Quién me extraña?. — dijo Mauro subiendo una ceja, rodé los ojos.
—Mamá y yo. — respondió obvio Dylan.
—Yo también los extraño. — sonrió triste mi ¿ex?
—¿Y por que no volvemos a casa?.—
Mi celular empezó a sonar interrumpiendo la incómoda situación.
Era un número privado, asi que atendí y salí afuera.
Mauro
Tengo que hacer las cosas bien para que Zoe me perdone de una buena vez, siempre tengo que cagar todo lpm
Dylan quería volver a casa, pero no sin su mamá.
Hace una hora está hablando por teléfono en el patio, cagándose de frío, alguien importante tiene que ser.
—Hey hey, cabezón. — Llamé la atención de mi hijo. — Anda a escuchar con quién habla mamá. — susurré por si las dudas, el asintió.
Gracias hijito.
Zoe
Cuando abrí la puerta vi que Dylan salió corriendo para el living, seguro estaba escuchando.
Me senté bajo la atenta mirada de Mauro.
—¿Ma, con quién hablabas?. —
—¿Disculpame? ¿Desde cuando te tengo que dar explicaciones a vos querido? — reí.
—Yo escuché que dijiste "Mañana nos vemos, veni a casa a las seis". — acusó, abrí mis ojos divertida.
—No tenes que escuchar mis conversaciones, son privadas. — decía a propósito, obviamente estaba haciendo sufrir a Mauro.
—Seguro estaba hablando con su nuevo novio. — acotó el mismo, con cara de orto.
—¿mamá tenes nuevo novio?. —preguntó el nene sorprendido.
—No hijo, son mis huesitos. — reí, Mauro me fulminó con la mirada.
—¿Que es eso?. — arrugó su frente.
—Cuando seas grande lo vas a entender amor, ahora sí, a la cama. — ordené levantándome.
Me puse el pijama mientras Mauro hacía dormir a nuestro hijo.
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—¿Que estás haciendo, eh? ¿Ya andas con otro?. — apareció Monzón en la cocina.
—Eso no es tu problema. —
—Obvio que es mi problema. — se acercó a mí.
—Me parece que no. — me aleje.
—Te compraste pijama nuevo. — soltó mirándome de arriba a abajo.
—Sep, pasa que en un rato viene un amigo y nada, tengo que estar sexy. — dije intentando contener la risa.
—Uy flaca. — me acorraló contra la pared y me agarró de la cintura.
—Soltame. — lo miré fijo.
—No te suelto un carajo, me vas a escuchar Zoe. —
—¿Qué?. — suspiré rendida.
—Vamos a hacerla corta, si querés hacer la tuya, esta bien, pero decímelo así yo también dejo de insistir. — dijo enojado. — Zoe, mirame y pedime que me vaya. —
—Andate. — solté.
—Mirame a los ojos y pedime que me vaya. — repitió.
Lo miré y tragué en seco, no puedo.
—Pedimelo y te dejo hacer la tuya, dale. — dijo relamiendose los labios, lpm.
—Mauro. — me acerqué más a el, y hablé cerca de sus labios. — Nunca te pediría que te vayas, imbécil. — sonrió, me separé de él y fui al living.
Me senté y prendí el tele, sentí que el estaba ahí.
—Te amo. — soltó.
—Basta. — rodé los ojos.
—Te amo mucho. —
—Cállate. —
—Te amo te amo te amo. — sonrió.
Me levante de golpe del sillón, fui a donde estaba el y lo agarre de su remera acercándolo a mi.
—Estoy sorteando garches, y te estás sacando todos los números. — dije seria, el rió y me levantó haciendo que envuelva mis piernas en su cintura.
—Yo también te amo aunque no uses ni una sola neurona, te juro que te amo muchísimo. — dije para cortar la poca distancia que había entre nosotros con un beso.
