CAPÍTULO 18

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―¿Cómo que algo? ―chilló en un contenido murmullo Stiles, aterrado.     

Ante esto, Nina dejó un golpe en el hombro del castaño al mismo tiempo que pedía silencio de la forma más amable que conocía.

― ¡Cállate antes de que te arranque la lengua!

Seguidamente, los tres adolescentes fijaron su mirada sobre la ventanilla de la puerta, atentos a cualquier rastro o indicio que indicase que el Alfa estaba allí.

La cazadora se separó de sus amigos al tiempo que, lo más silenciosa posible, quitó el seguro de su pistola. Avanzó unos pasos con el arma empuñada, sin temor alguno al saber que debería disparar ante la primera amenaza.

«Y espero que se presente. Con el acónito que tengo, doce balas en la cabeza del Alfa y veremos si esa cosa sigue queriendo lanzarme baterías a la cabeza».

De pronto, la camiseta de Nina comenzó a ser jalada hacia atrás.

Scott y Stiles retrocedían atemorizados, arrastrando consigo a su rubia amiga que tenía complejos de Kill Bill.

Cuando el castaño encendió su linterna en dirección hacia la puerta con la intención de ver con mayor claridad, Scott lo obligó a voltearla, temiendo que la luz pudiese advertir a alguien del otro lado. E instintivamente, Nina dejó un golpe en las partes nobles del humano.

En el momento que un gemido de dolor amenazaba con salir de la boca de Stiles, una amenazante mirada de la rubia lo obligó a callarse y luego tragar en seco.

«Quédate callado, Stiles, o te cortarán la lengua. ¡Y no puedo perder la lengua! Todavía la necesito... todavía me sirve. ¿Qué me ayudará a hablar si no la tengo? ¿O tragar saliva? Si la cortan, moriré ahogado por mi propia saliva... y me niego, ¡Me niego! A morir así, tan humillantemente. Además, piensa en todas esas tapitas de yogurt... se quedarán sin ser lamidas y dejadas limpias. ¡Eso no puede suceder!... No».

―Escondámonos ―propuso Scott.

Y como si de eso dependiese su vida ―porque era así―, Stiles buscó un escondite en el vestidor, y cuando lo encontró, no dudó en tomarlo. Abrió un casillero para entrar allí, causando demasiado ruido para tratarse de alguien que no quería ser encontrado, lo que provocó que Nina quisiera asesinarlo.

«Sigue así, Stilinski, y juro que te pondré en mi lista de próximas muertes luego del Alfa y Kate».

―¿Qué? Stiles, no... ―Scott gruñó con frustración cuando vio que su amigo no lo tomaba en cuenta. Por consecuente, tuvo que sumarse al plan de él, arrastrando a Nina al casillero contiguo para que se escondiera.

Entendía que Nina realmente no quería esconderse, dado que era esa clase de persona que sale a la mitad del campo de batalla con una espada y asesina a todos, pero también sabía que la idea más sensata era esconderse.

Tal vez, y con algo de suerte, el Alfa se apiadaba de sus inútiles intentos de sobrevivir a él y los dejaba con vida.

Consiguientemente, la cazadora tuvo que cerrar la puerta tras de sí, recordando la horrible fobia que le tenía a los espacios pequeños y cerrados.

«Bien, recuerda cuando Derek dijo que nadie muere por el dióxido de carbono que expele su respiración. ¡Estaré bien! ¡Estaré bien! No es como que vaya a morir aquí con mis propios gases, los cuales no son tóxicos para mí, en vez de morir afuera con un Alfa con complejo de lanzador de baterías de Jeep. No. No moriré. No pasará nada aunque el oxígeno aquí se esté agotando, y se haga más pesado. ¡AYUDA! Alguien tráiganme un tanque de oxígeno y una mascarilla. ¡Me ahogo!».

➀𝐂𝐨𝐥𝐝 𝐚𝐬 𝐦𝐞╊𝐃𝐞𝐫𝐞𝐤 𝐇𝐚𝐥𝐞Where stories live. Discover now