Uno ➳ You don't know

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Las 6:30 de la mañana y yo ya estoy lista para ir al colegio. Solo por ella.

Tomo mi mochila y me veo en el espejo una última vez, esperando que hoy ella me diera aunque sea una mirada. Sonrío inconscientemente al pensar en ella.

Bajo las escaleras y saludo a mi mamá, que está en la cocina preparandome el desayuno. Me acercó a ella, le beso la mejilla y me siento en la barra, esperando a que mi mamá me dé mi comida.

—Tan temprano, como siempre—. Murmura ella, más para sí misma que para mí. Sonrío.

—Ya me conoces—. Bromeo y ella ríe conmigo. Platicamos un rato acerca de cosas banales, como la escuela, el clima, y otras cosas. Termina de cocinar y me da unos huevos revueltos con tocino. Mi estómago pide a gritos esa comida, no lo dejo esperar más y me llevo el primer bocado a la boca, el cual disfruto con alegría.

Al terminar de comer, recojo mi plato y voy a cepillarme los dientes. Me despido de mi mamá y voy a la parada para tomar el autobús.

Allí, me encuentro a mi mejor amiga de toda la vida: Jessica. La única que sabe acerca de mi "pequeño" enamoramiento. Le sonrío y ella se acerca para saludarme con un beso en la mejilla.

—Otra vez temprano—. Dice, tal como mi mamá lo hizo hace un rato.

—Como siempre—. Contesto. Ella rueda los ojos, pues sabe la razón de mis ganas por ir al colegio.

El autobús llega a tiempo y ambas nos subimos y, como todos los días, nos sentamos en los últimos asientos a petición mía, solo para verla subir cada día.

Al llegar a su parada, rápidamente la busco entre todos los chicos y chicas que suben al autobús... y ahí está ella. Con su cabello ligeramente rizado y sus ojos color verde. Ella es simplemente la representación de la belleza; viene vestida con unos shorts de mezclilla y una blusa de botones azul sin mangas. Simplemente perfecta.

Se sienta hasta en frente con su grupo de amigos, ella siempre ha sido muy sociable. La sigo mirando y no me doy cuenta de que el autobús ya esta en marcha nuevamente.

—Deja de babear, Mila—. Bromea Jessica a mi lado. Salgo de mi trance y la miro enojada. Odio que me diga ese tipo de cosas, pero es cierto. La codeo levemente y ella solo ríe, lo cual me hace reír a mí también.

Rápidamente, llegamos al colegio. Ambas tomamos nuestras mochilas y esperamos a que todos bajen. Busco a la chica de mis sueños con la mirada y la encuentro entrando por la puerta. Me apresuro a bajar, ya que probablemente la pierda de vista si no lo hago, y entro al colegio, casi detrás de ella.

Jessica tiene que correr para alcanzarme y, cuando lo hace, suelta una carcajada. Ella encuentra divertido esto de mi enamoramiento hacia la oji-verde.

Va directo a su taquilla, platicando con su mejor amiga, Normani. Tiene muchas amigas pero es más cercana a ella, al igual que con Dinah y Ally. Son chicas muy agradables también, pero nadie como mí Lauren.

Algún día me gustaría decir eso y que fuera verdad. Reprimo un triste suspiro.

Camino hacia mi taquilla yo también, con Jessica a mi lado. Nuestras taquillas están junto a la otra, y la de Lauren está justo al otro lado del pasillo. ¡El destino está de mi lado! Rio internamente por mi broma. ¡Ja! Sí, claro. El universo conspira contra mí, en realidad.

Como una vez que estaba lloviendo a cántaros y era el último día de colegio. Debía llegar  a casa temprano, pues ese día nos íbamos a México a visitar a mi familia. Tenía miedo de salir corriendo y resbalarme, pero si no llegaba a casa temprano mi mamá me regañaría. Así que me arriesgué a correr bajo la lluvia y pasó exactamente lo que había previsto: me caí, y no solo me caí, sino que de sentón... y en el lodo. Frente a toda la escuela. Incluyendo a Lauren.

Todos se empezaron a reir de mí mientras yo moría de la vergüenza. Todos, excepto ella. Ella me veía con lástima; no exactamente lástima, pero veía en sus ojos que quería venirme a ayudar. Yo me levanté inmediatamente y salí corriendo de nuevo, con una gran mancha de lodo en mi trasero. Quiero creer que por la rapidez que tuve al levantarme, Lauren no fue a ayudarme. Eso fue hace como un año.

Y fue el momento más vergonzoso de toda mi corta vida.

En fin, la campana suena por todo pasillo y tomo mis libros con más rapidez, al igual que Jessica. Nos apresuramos a nuestra primera clase, la cual compartimos con Lauren, por suerte.

Yo comparto la mayoría de las clases con Lauren, en realidad. Solo en algunas estoy solo con Jessica, pero me alegra que en las que estoy sola, Lauren esté ahí para no sentirme tan sola, aunque no me haga mucho caso. No tengo muchos amigos, en realidad. Solo Jessica y mi maestra de canto. Lo sé, eso es algo triste.

Llego junto con mi amiga y en la entrada choco con Lauren.

—Lo siento—. Se disculpa sonriendo y entra al salón. Siento mi corazón parar por un segundo.

Lauren me habló.

Y me sonrió.

Y yo no puedo estar más feliz.

Cuando me recupero, miro a Jessica, que me sonríe pícaramente. Yo la mato levemente con la mirada y luego sonrío. Ambas entramos al salón y nos sentamos en la última fila, como siempre.

Tal vez hoy no sea un día tan malo.

notice me ➳ camrenWhere stories live. Discover now