Cuatro ➳ Are you kidding me?

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Al salir de la escuela, Lauren, Jessica y yo vamos en el auto de Lauren a la heladería. Realmente no me gusta mucho comer helado, pero en esa heladería podría comer todo mi peso en helado de vainilla. ¡Me encanta! Mamá solía llevarme y comprarme un conito de helado de vainilla cuando me sentía triste. 

Llegamos y bajamos del auto. Lauren y Jess se adelantan a la caja registradora mientras yo guardo mi mochila en la cajuela. Todo el camino vinieron platicando sobre música y mil cosas más. Cabe añadir, que Jess se sentó en el asiento de en frente junto con Lauren. Debo admitir que me molesté un poco con ella. Pero, otra vez, ella es mi mejor amiga y nunca me traicionaría.

Al menos eso espero.

Las alcanzo cuando ya están pagando. Jess sabe de sobra cuál es mi helado favorito, así que no hacía falta preguntar. Cuando llego, ambas están hablando sobre algo, pero, al verme, callan y actúan naturalmente. Les dirijo una mirada sospechosa pero lo dejo pasar. 

Las tres nos dirigimos a una mesa junto a la ventana y esperamos a que nos entreguen nuestros helados. Lauren y Jess siguen sin incluirme en su plática y se susurran cosas al oído. Es un momento realmente incómodo, para mí al menos.

¡Secretos en reunión son de mala educación! 

La chica de la caja registradora llama el nombre de Lauren y ella va por nuestros helados. Cuando me da el mío, me sonríe encantadoramente y todo lo que yo puedo hacer es sonreír levemente, ponerme roja y bajar mi mirada.

De repente, suena el celular de Jessica. Ella lo saca de su bolsillo y estoy muy segura de que lo que se escucha es el tono de su alarma.

—Oh, lo siento chicas. Mi mamá me envió un mensaje. Tengo que ir a casa—. Dice parándose del asiento. Yo frunzo el ceño. ¿Su mamá? ¿Mandando mensajes? ¿Qué gran mentira es esta? La veo tomar todas sus cosas. ¿Qué planea?

—Adiós, Mila—. Se acerca a mí y se despide con un beso en la mejilla. Al separarse, me guiña un ojo y, hasta entonces, es cuando descubro lo que planea. ¿Está bromeando? ¿Piensa dejarme aquí, con Lauren? ¿Sabiendo que apenas puedo hablar cuando estoy cerca de ella?

—Bye, Lauren—. Se despide de ella al igual que como lo hizo conmigo y le susurra algo al oído, haciendo que ambas rían. 

La veo desaparecer de mi vista y luego me volteo a Lauren, que me esta mirando con una sonrisita divertida. 

—Así que... Camila... ¿Cómo estás?— Me pregunta, para sacar plática, supongo. Paso más tiempo con ella principalmente por Jessica, pero Lauren y yo apenas nos hablamos.

—B-bien, ¿y tú?— Me golpeo internamente por tartamudear. ¿En serio? Es decir, he pasado esta última semana con ella y aún así, ¿no puedo dejar el tartamudeo? Oh, Camila como eres tonta.

 Ella suelta una risita. ¡Dios! Es tan linda.

—Bien, muy bien—. Sonríe y estoy casi segura de que hay un toque de diversión en su sonrisa. Pero no puedo adivinar por qué.

—Uh... qué bien. Sí... eso está bien—. Digo y sonrío incómodamente, llevándome una gran cucharada de helado a la boca. No sé que decir, o hacer. Nunca pienso claramente cuando estoy cerca de ella. Ella me encanta, literalmente.

Asiente con la cabeza, aún con su sonrisa. Y puedo notar que esta vez, su sonrisa cambia a una nerviosa. ¿Qué pasará por su mente en este momento? 

La miro curiosa.

Ella toma una gran bocanada de aire antes de hablar—. Aquí está la cosa, Camila—. Dice recargándose con sus codos en la mesa, dejando su helado de fresa a un lado. La miro atentamente y asiento, indicándole que prosiga—. Jessica... me dejó sola contigo para - uh - hacerte una pregunta—. Se pone seria y noto el nerviosismo en sus palabras. Toda la confianza que tenía hace unos segundos, se desvaneció.

Me congelo en mi lugar. ¿Qué será lo que quiere decirme? ¿Y si me pide ser su novia? 

¿En serio, Camila? ¿En serio piensas que ella, Lauren Jauregui, se fijaría en tí? ¡Ja! Sí, claro. Qué buena broma, Mila.

Y mis propios pensamientos me hacen sentir mal. Aunque tienen razón. Es decir, de todas las personas en el planeta, más bien de todos los hombres —pues realmente dudo que ella sea... um, bueno, que le gusten las mujeres— que existen, me elija a mí sobre todos ellos. Es una simple babosada.

Veo que se queda callada, así que hablo—. Te escucho—. Ella asiente, tomando otra nerviosa respiración. 

—¿Te gus - te gustaría...? Ya sabes—. Creo que ahora está más nerviosa de lo que alguna vez yo he estado cerca de ella. O, bueno... tal vez no tanto. Yo la miro con ojos expectantes y ella me mira con ojos llenos de miedo y duda. ¿Qué tan importante es la pregunta? Ella toma una última -bocanada de aire y, finalmente, lo suelta—. El próximo mes es el baile de primavera y yo, pues, yo me preguntaba si tu quisieras ir conmigo al baile como mi pareja.

Mis ojos se abren a tope y detengo la cucharada de helado dirigida a mi boca. ¿Escuché  bien?— Sé que es raro que dos chicas vayan juntas, pero, no sé. Este año quise tratar algo diferente y pensé en ti, ¿sabes? Y dije: ¿porqué no? Será divertido y la verdad es que tenía mucho miedo de preguntarte porque ¿qué tal que pensabas que yo era una loca por preguntarte algo así y decías que no? Entonces... por eso me tomó tanto tiempo preguntártelo. Ya tengo mucho rato pensándolo... así que ¿qué dices?— Dice con una rapidez inhumana y la cara rojita. Se ve tan adorab- esperen, ¿qué?

Lauren Jauregui. Me acaba. De invitar... ¡al baile de primavera! ¡¿Es en serio?! 

¡Creo que hoy es el día más feliz de mi corta vida!

Camila, tonta. Tienes que responder.  

Automáticamente paro mi gran festejo interno y dejo de bailar y celebrar para mirar a la hermosa chica en frente de mí, expectante por una respuesta.

—Lauren, yo...— Me corto. ¡Camila, di algo! ¡Mira su rostro! ¡Cree que no la quieres! ¡Mira lo que haces! Me golpeo múltiples veces internamente por ser tan estúpida y, cuando al fin voy a hablar, ella lo hace primero.

—Como amigas... claro—.  Dice un poco desanimada, pero claro, mi dramatismo no me deja notar su desánimo y me desanima a mí. Amigas. Si tan solo supieras, Lauren...

Finalmente, salgo de mis pensamientos y la miro con la sonrisa más brillante que puedo y asiento energéticamente. —Claro, me encantaría ir contigo—. Ella asiente también con una sonrisa plasmada en su rostro. La hice feliz. Y eso me hace feliz a mí también.

—Me alegro—. Murmura sonriendo, sus ojos brillando. Pero no completamente: no todas las luces están encendidas allí adentro. Decido ignorarlo y seguimos comiendo, dedicándonos miraditas de vez en cuando. No decimos ni una palabra.

No puede ser real todo lo que yo imagino.

*****

capítulo editado :) gracias por leer



notice me ➳ camrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora