Capítulo XXXIII: El destino de Roy

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Hola a todos!!!

Muchas gracias por sus votos y comentarios =). Ya sé que están confundidos, pero no puedo decirles nada, deben seguir leyendo.

Vienen muchas sorpresas, de hecho estoy escribiendo un especial, pero no diré más.

Espero les guste este capítulo, si es así, voten y comenten por favor =).

Seguimos con The Dark side of the moon.

Ya saben, FMA NO me pertenece.

Capítulo XXXIII: El destino de Roy

Hohenheim suspiró.

-Antes que nada, ¿Me permites ver a Ed?

Pinako entrecerró los ojos. Ella había visto a su amigo de parranda muerto, ella había estado en su sepultura, ese hombre simplemente no era Hohenheim.

-Pinako, sé que piensas muchas cosas de mí, y no sé qué te haya dicho Edward, pero te aseguro que lo sigo queriendo, y lo que más deseo es verlo, pero sin que se enoje conmigo.

La mujer mayor después de pensarlo accedió, pero lo tendría vigilado.

Hohenheim fue al cuarto de Ed. Entró sin hacer ruido. El chico descansaba dándole la espalda. Se acercó y se arrodilló a la altura de la cama para verlo mejor. Intentó tocarlo, acercó su mano para acariciar su cabeza, pero poco antes se arrepintió y alejó su mano para luego mirarla.

-Aún no me siento con la confianza de tocarte, Ed. Perdóname, hijo. No me refiero al hecho de abandonarlos... ésa no fue cosa del todo mía... me refiero al hecho de dejarte a tu suerte... pensándolo bien, creo que lo hice de nuevo.

El hombre se levantó de la cama y salió. Ed abrió los ojos. Como estaba ansioso, tenía el sueño ligero y escuchó cuando Hohenheim entró, y fingió dormir para ver qué hacía el hombre. Le sorprendieron sus palabras. Con cuidado de no hacer ruido, se levantó de su cama y se acercó a la puerta para escuchar mejor lo que ocurría, sabía que Pinako no dejaría ir a su padre sin antes tener una explicación.

-¿Ya me puedes decir lo que ocurre? -Preguntó la anciana algo desesperada, pero lo disimuló.

Hohenheim se sentó en una silla frente a Pinako.

-Yo no soy con exactitud Van Hohenheim. Yo soy algo similar a Roy. Supongo sabes la historia del clon.

-Sí.

Fue la simple respuesta de Pinako.

-Bien, eso me ahorra tiempo. Cuando el real Hohenheim dejó partes de la piedra filosofal que era en diferentes lugares para actuar el día en que Padre quiso dominar el mundo, también dejó partes de su alma en cada lugar, para que la fuerza pudiese sobrevivir. Yo soy uno de esos fragmentos. Por eso tengo esta apariencia y recuerdos e incluso sentimientos de Hohenheim, pero no soy él.

-¿Eres un clon? -Preguntó Pinako mientras ponía sus manos en la mesa y se levantaba un poco.

-No con exactitud. Ya que yo soy una parte de su alma, por eso mi cuerpo tiene esta forma. Un clon es un duplicado, no un fragmento.

-¿Y qué relación tienes con Roy Mustang?

-La misma persona que me hizo tener esta forma, crear un homúnculo, una quimera y un ejército hecho de seres resultados de experimentos, es el mismo que creó a Roy.

-¿De qué hablas?

Pinako no recordaba que Edward hablara de un ejército.

-Por la parte que poseo del alma puedo controlar mis actos, pero no siempre es así, es por eso que mi creador a veces se limita a inmovilizarme, por eso no pude ayudar a Edward.

Resultado de una transmutación humana. RoyEd. FMAB.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora