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Inesperado... ¿no lo creen?
Ir a clases por la mañana, campante y sonriente, sin un solo atisbo de preocupación... Tener clases normales y que a la hora de salida... Te secuestren. Y para acabarla se equivocan de persona secuestrada.

Era gracioso y a la vez estúpido e impensable... Pero esto le sucedió a nuestro japones, quien no pudo conciliar sueño durante toda la noche.

Su cuerpo no paraba de temblar, y es que con toda la razón no dejaba de hacerlo, ya que escuchaba y sentía como si alguien se acercase y le tocase partes de su cuerpo sin que el lo pudiese ver.
Toda la habitación era negra... Solo tenia una pequeña ventana por la que se daba cuenta si era día o noche.

Tenia hambre, pero estaba también cansado de llorar y de estar sentado en esa silla... Amarrado.

Y derrepente, se escucho como la puerta se abría de golpe, y con ello a un platinado muy contento... Demasiado.

No se parecía a el de hace unas cuantas horas, sus largas hebras platinadas colgaban de una coleta y su sonrisa impecable era inigualable.

“Hi!”—saludo cortes y feliz.

Esto extraño aun mas al japones, quien de inmediato se hizo hacia atrás... O mas bien lo intento, porque el estar atado en una silla no le ayudaba de mucho.

“Perdón... Ayer no te di el mejor trato de bienvenida, pero es que realmente estaba extasiado con la reliquia que me consiguieron mis secuaces”—sus movimientos se volvieron sensuales y agraciados con base avanzaba hacia el japones.

Tomo su rostro con sutileza y sus orbes zafiro se expandieron.
Fue juntando su rostro con el del japones, casi sintiendo ambos alientos

Y justo cuando el peliplateado iba a decir algo... El estomago del japones resonó por toda la sala.
Y con esto, un incómodo silencio... El japones estaba que se moría de vergüenza, mientras el albino se soltó en carcajadas.

“Veo que tienes hambre cerdito-chan... Vamos a desayunar juntos” —sus comisuras se levantaron y con ello su blanquecina dentadura relucio, al compás de sus delgados y rosados labios.

El japones no emitió palabra alguna, pero su rostro estaba teñido por completo por un intenso carmesí.

El albino salió de la habitación muy campante mientras le hablaba a uno de sus secuaces para que desatasen al pobre nipón.

Cuando este se vio librado, sonrió con plena felicidad... Sus brazos sintieron alivio junto con sus manos. Su trasero sintió la gloria de igual forma... Y sus ojos pesaban del sueño. El pobre se veía demacrado, no se parecía en nada al estudiante animado, sonrojado y tímido de siempre.
Esto solo logro ensanchar un poco mas la sonrisa de Viktor. Su ego se elevo al mil para r ciento al ver en ese estado al japones.

“Listo Yuuri... Desayunemos juntos... Toma asiento”

Esas palabras calaron e hicieron que la sangre del japones hirviera en cólera.

¡Vaya! Excelente mañana...

¡Vaya! Excelente mañana

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CONTINUARA.













"Hotter Than Hell"   |AU| >Viktuuri< Where stories live. Discover now