PARTE 16

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(NARRA MIRIAM)

Las palabras de Mimi se habían clavado en mi corazón. Tuve que irme justo después porque no quería que me pillaran, ya recogería mis pinturas luego.
Bajé y salí a la terraza, para intentar despejar un poco la mente, pero me encontré con Cepeda y, con lo que acaba de escuchar todavía retumbándome en la cabeza, quise saber su opinión. Necesitaba el punto de vista de alguien objetivo y sabía que podía confiar en él.
-Hombre galleguiña, ¿qué tal?- me senté a su lado y tuvo que ver que estaba pensativa porque en seguida se acercó y me pasó el brazo por los hombros- ¿Y esa cara? ¿Qué tienes en la cabeza leona?
-¿Luis puedo preguntarte algo y me prometes que no va a salir de aquí?
-Claro que sí, ¿qué te pasa?- puede parecer que no, pero a la hora de aconsejar y de estar ahí para los demás, Cepeda era muy bueno.
-¿Tu que piensas de la relación que tenemos Ana y yo? Teníamos-me corregí. Por su actitud noté que la pregunta le pilló por sorpresa.
-¿Sinceramente?- le miré con la ceja levantada, dándole a entender que precisamente lo que buscaba era su sinceridad- siempre os he enviado. Pero una envidia sana eh. No sé que pasó, bueno no lo sé con detalles, sé que te hizo daño y créeme cuando te digo que todos lo pasamos muy mal viéndote como estabas, pero aún así creo que le has perdonado. Lo he podido ver estos días, aunque conociéndote sabía que ibas a hacerlo, esa eres tú, siempre perdonas cuando alguien te falla, siempre le das una oportunidad a todo el mundo- supe que su mente se había ido a hace meses, a una pelea que tuvimos.
-Eso ya pasó Cepeda, ya te dije que lo olvidases, los dos nos equivocamos, pero míranos-señalé la postura en la que nos encontrábamos- aquí seguimos.
-Es verdad, lo siento. Volviendo a lo importante, puedo ver que os seguís queriendo, os habéis pasado todo el fin de semana pegadas como lapas, porque no sabéis estar la una sin la otra. Lo que teníais era muy especial Miriam y creo que sigue ahí, daros una oportunidad porque merece la pena, pero por favor, cuídate, no quiero volver a verte mal.- era prácticamente lo que Mimi le había dicho a Ana.
-Gracias Luis, me ha servido mucho esta conversación-me acarició el pelo- creo que tengo las cosas un poco más claras.
-Me alegra servir de ayuda de vez en cuando, cuenta conmigo para lo que quieras y recuerda el propósito que te marcaste en la academia: dejarte llevar.
Nos quedamos un rato hablando de otras cosas y riéndonos, me encantaba esta parte de Luis, era un buen amigo.
Roi se nos unió después y estuvimos así hasta que Nerea salió a avisarnos de que ya estaba la fiesta preparada. Cuando entraos subí rápido a pintarme, rezando por no encontrarme con otra conversación privada.
Bajé ya pintada y arreglada y en seguido mis ojos se fueron a la persona que estaba volviendo a poner mi mundo del revés. Me acerqué a la barra que habíamos improvisado y serví la primera copa, sabiendo que hoy tampoco me iba a controlar con el alcohol, al fin y al cabo era la última noche.
Estuve un rato bailando con Ago, Raoul y Nerea porque era consciente de que este finde los había tenido un poco abandonados con todo el tema de Ana. Nos lo estábamos pasando como nunca y todavía quedaba toda la noche por delante. Ana no me había quitado la mirada de encima desde que me vio bajar las escaleras, pero no se atrevía a acercarse, así que después de beberme la que era ya mi quinta copa, decidí jugar un poco. Agarré a Mimi de la mano y le arrastré para que bailase conmigo. Mimi estaba demasiado borracha como para darse cuenta de algo. Le di la vuelta y le puse de manera que estuviese de espaldas a mí y puse mis manos en su cintura. Intentaba bailar lo mas sensual posible, moviendo mis caderas al ritmo de las de Mimi, pasando mis manos por todo el lateral de su cuerpo y todo esto sin quitarle la mirada de encima a Ana. Ésta al principio pareció un poco sorprendida, pero en seguida entendió lo que estaba haciendo y se dedicó a mirarme, mordiéndose el labio y con una sonrisa muy sugerente. Cambié la posición y ahora era yo la que estaba de espaldas a Mimi, la verdad es que me estaba ayudando mucho que mi amiga estuviese borracha y me estuviese siguiendo el rollo. La rubia puso las manos en mi vientre y me pegó a ella, mientras yo me agachaba y hacía una especie de twerk improvisado sobre su feminidad. La mirada de Ana cada vez era más intensa y en creía que en cualquier momento iba a empezar a sangrarle el labio de lo fuerte que se lo estaba mordiendo. Yo sólo le miraba divertida, mientras seguía refregándome con Mimi, porque a lo que estábamos haciendo no se le podía llamar bailar. Cuando acabó la tercera canción decidí que ya era momento de parar, sobre todo porque me estaba haciendo pipi, asi que me separé de Mimi y subí al baño de arriba para no tener que preocuparme de que hubiese alguien en el baño.
Estaba bajándome la falda cuando vi que la puerta se abría y entraba Ana con una mirada que no le había visto en mi vida.

OT EL REENCUENTRO (WARIAM)Where stories live. Discover now