Capítulo Veintisiete

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Capítulo veintisiete.


—Antes esto me parecía una cosa jodida aburrida.

Dejo suspendida la copa de vino que llevaba a mis labios para voltear a verlo, porque él es un descarado que aprovecha cualquier oportunidad para tocarme, por ello ha arrastrado la silla para sentarse a mi lado y no frente a mí.

— ¿Cenar? Porque comer nunca es aburrido —sentencio, él ríe y besa mi mejilla antes de acariciarla con su nariz. Es bastante cariñoso y tocón, pero no es algo de lo que vaya a quejarme.

—No me refiero a comer. Comer siempre será malditamente asombroso —Sonríe y su hoyuelo aparece—. Me refiero a una cita así. Siempre pensé que eran sosas y aburridas, que debía ser loco y descontrolado, pero cuando entré en la fama me di cuenta que extrañaba cosas tranquilas como estas, cosas normales en donde no siempre estuviera como la mierda estresado por sobre a dónde ir.

»No me quejo de la fama, soy malditamente feliz con la vida que tengo, me siento jodidamente afortunado, pero...

—Siempre hay un pero —Finjo pesar haciendo una mueca con mis labios y su sonrisa crece—, ¿Pero?

—Pero a veces uno solo extraña estas cosas tan normales, como cenar y hablar con una mujer que realmente me gusta. Reír de manera normal sin esperar que espere algo a cambio —Se encoge de hombros tomando con su tenedor un bocado de comida. Mastica lentamente antes de volver a hablar—. No siempre es agobiador, pero a veces solo es bueno tener un jodido descanso de este carrusel en el que me monté hace tantos años.

— ¿Has tenido muy malas experiencias?

—No es que sean infinitas, pero si unas cuantas desagradables —Lo escucho mientras ingiero un bocado de mi plato—. Está la mujer que afirmó ser mi madre biológica, razón por la que fui al bar esa noche, antiguos amigos que luego solo esperaban que hiciera llover oportunidades para ellos, pero nunca hacían ninguna mierda para ser amables conmigo y al menos fingir que les interesaba saber cómo me iba.

»Aspirantes a modelos o actrices, no es que sea un jodido santo porque definitivamente me divertí cuando no había ropa, pero luego del sexo creo que simplemente esperaban que yo les ofreciera el mundo de la fama abriendo puertas y haciendo llover oportunidades —Frunce el ceño—¿Sabes? Nadie hizo un camino para Harry y para mí. Nosotros audicionamos y demostramos que merecíamos un maldito lugar en la banda y seguro que no fue fácil, había un montón de talento, pero lo intentamos.

—Y esperas que todos luchen por lo que quieren.

—Este mundo es difícil y no está mal mover influencias para hacer más accesible el llegar a la cima, pero solo me gustaría que las personas no fueran directamente a atacar para conseguirlo —Nuevamente se encoge de hombros—. Quizá si alguna de esas aspirantes hubiese sido honesta y me decía que no quería echar un polvo, pero agradecería si pudiese ayudarla, pude haberle dado números o tal vez hablar de ella; pero es muy desagradable y jodidamente molesto que estés saliendo de un puto orgasmo y te llueva el interés mal disimulado de que la cueles en la fama. Aprendí a evitar esas mujeres.

—Lo que es un poco como aislarse. Así que supongo que ibas por tus iguales en fama ¿Eh?

—Suena terrible, pero supongo que sí v—Parece avergonzado y es raro ver el rubor en sus pómulos—, pero al menos ellas no pedían algo luego a cambio, era solo echar polvos y no un trueque de sexo por favores.

—Eres muy honesto, brutalmente honesto.

—No me gustan las mentiras.

— ¿Qué otras cosas no te gustan? Para eso son las citas, para conocer cosas básicas del otro.

La D no es por Dexter (BG.5 libro #4)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora