Fama secreta

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La Magixtrix en persona me invito a tomar asiento. La habitación estaba colmada de artilugios mágicos desconocidos, cristales flotaban en las esquinas, pilares de mármol y cuarzo blanco relataban en sus exteriores labrados historias sin fin.

Los vitrales permitían la entrada de la luz exterior de los soles binarios. Sus rayos atravesaron los cristales coloreados proyectando al suelo la iridiscente imagen del cielo diurno y nocturno, representando el transcurso de las seis lunas del cielo. Lámparas rúnicas levitaban alrededor de la imponente hada suprema del reino. Su trono, de ónice negro jaspeado, recordaba al excéntrico arte gótico de las catedrales.

--Dígame señorita Muedrieder er Durgues Soixlums, ¿Conoce la naturaleza de sus emanaciones?

"¿Directo al grano eh?"

--Me temo, aun no logro discernir si mis emanaciones corresponden a las de una aurora o a una marina.

Sin rastros de nerviosismo me recargue cómodamente en la silla bermellón. Momentos antes una joven dama con gafas de cristal ámbar había tendido un cojinete en el asiento. Agradecí su consideración puesto que mi estatura apenas era suficiente para alcanzar la silla.

--Serise. Podrías abandonar la sala un momento, necesito conversar a solas con la jovencita.

Serise asintió cordialmente. A través de sus lentes flotantes me lanzo una mirada de complicidad. Se retiró silenciosamente.

--Permitame su mano, al darle la señal por favor extienda sus alas.

El hada oscura examino mi palma como las gitanas cuando leen la fortuna. Al mostrarle mis alas blancas alzo ambas cejas.

--Asombroso. Confieso que dude del contenido de la carta de recomendación enviada por sus padres. Aceptar un infante no es algo común. Hubiera preferido hacerte esperar hasta el siguiente ciclo. Pero las hadas blancas no son algo que se pueda dejar pasar así de simple.

La repentina seriedad de la Magixtrix comenzó a intimidarme, saco un arcón dorado de debajo de su escritorio. Seis llaves levitaron bajo su influencia oscura. Las llaves penetraron las cerraduras simultáneamente revelando el contenido del misterioso cofre.

Del interior extrajo una roca cristalina surcada por finas estrías arcoíris. Fue puesta delante de mí. El hada maestra realizo un hipnótico movimiento de manos. Sus dedos finos parecían tejer en el aire su magistral emanación sombría. Hebras negras envolvieron por completo el cristal. El crujido fue el preludio de la fragmentación mineral.

--Lamento decirlo, pero en esta época las hadas blancas ya ni siquiera figuran en las leyendas o cuentos

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--Lamento decirlo, pero en esta época las hadas blancas ya ni siquiera figuran en las leyendas o cuentos. Esta es la primera vez en miles de años que una se presenta en nuestra academia.
La voz de la Magixtrix era serena y grave al mismo tiempo. Lo que me dijo a continuación me obligo a guardar silencio y mantener en secreto la posesión de un libro de contenido oculto que guardaba en mi bolso.

--Señorita Muedrieder es imperativo que ocultemos la verdadera identidad de tu poder. Sé que no eres una niña común y por tu inteligencia seguro buscaras respuestas, pero no las tengo o simplemente no te las puedo proporcionar. Es riesgoso para ti y todas nosotras. Ya envié una orden de silencio a tus conocidos y todo rumor acerca de tu blanca singularidad será cubierto por nosotras. Desde ahora eres una aurora con excesivo poder mágico. La explicación a tu resplandor blanco será que debido a la exposición de las alas de fuego de la señorita Deritri tu color se tornó amarillo claro, semejando el brillo blanco. No hablarás ni dirás a nadie tu secreto.

El cristal fragmentado regreso al arcón a excepción de un trozo pequeño.

--Este es un cristal conocido como lágrima de Lirios, se incrustara en tu espalda y absorberá el color blanco de tus alas y emanaciones. Ahora date la vuelta.

Obedecí sin rechistar ni un poco. Tan pronto sentí el frío tacto del cristal sobre mi piel desnuda, mis alas blancas fueron drenadas de su color. Unas finas venitas arcoíris se reflejaron en su nueva superficie transparente.

--¿Queda todo claro?

--Si Magixtris hada

--¿Algo que quieras agregar?

Juro que casi le cuento del libro, pero si hablar si quiera de mi color blanco era un peligro, poseer un diario con todos los secretos de una hada blanca, probablemente de hace miles de años, es traer una bomba de mano en el bolsillo. De todos modos no me arriesgaría a perderlo en manos de una hada tan precavida como la Magixtrix. Temía no verlo nunca más y ser incapaz de revelar sus secretos para mis propios beneficios.

--No Magixtrix hada

--Perfecto. Por cierto, no debes alarmarte por tu formación mágica. Tomaras todos los cursos básicos del primer año y a partir del segundo se te asignara una mentora de confianza para que desarrolles tus habilidades. Las limitaciones te mantendrán como un hada aurora pero sin dudas te destacaras en el ámbito intelectual.

"Si claro, una vez aprenda a cómo cambiar mi genero me convertiré en mago aventurero y nadie sabrá si quiera que fui un hada cuando cambie sus recuerdos"

Entonces me di cuenta de algo. Si cambio de genero dejare de ser un hada. ¿Perderé mis poderes... o seré el primer hado del mundo?

"Y si no los recupero... ni siquiera sere un mago. No puede ser...¡Necesito pensarlo bien!"

Ya en mi nueva habitación desempaque mis cosas. Habían llegado por ordenes de mi tía junto a una cesta repleta de galletas entre otros dulces.

Después me preocuparía por el futuro. Lo importante en esos momentos era encontrar un lugar seguro para continuar con mis investigaciones secretas.

La Dama Blanca es un varónWhere stories live. Discover now