Capítulo 30.

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31 de Octubre de 1978.

Noche de Halloween,día de dulces, travesuras... Y una venganza...

Ahí estaba sentado, mientras ella estaba amarrada, de manos a pies... Le había crecido un poco la barba, se veía jodidamente sexy, para cualquiera con ojos. Pero no, no había tiempo para hablar de eso. El iba a hacer una última cosa, venganza.

─ Ahh.. ─ Gimió Bellatrix al despertar.

Estaba amarrada, la sangre de la boca, manos y pies le corría... Hasta que fijó sus ojos en él, hay estaba Sirius Black, el asqueroso primo traidor de ella que fue capaz de estar con una asquerosa bruja muggle. Sirius dejó el vaso de whisky de fuego a un lado, y su mirada penetrante y oscura, miró a aquella loca que había asesinado a Narcissa.

¿Como está mi amada prima? ─ Preguntó Sirius, mientras fruncía el ceño.

─ Tú asquerosa rata. Sueltame maldito traidor ─Sentenció Bellatrix, y Sirius rió.

─ Hazlo tú misma, a ver si lo puedes hacer ─ Dijo Sirius, tomando otro sorbo de whisky de fuego ─¡Salud! ─ Y se paró ─. Asesinaste a tu hermana zorra de mierda... La asesinaste... Pero yo me encargaré de ti esta vez, me vengaré... Será peor de lo qué tu le hiciste a Narcissa ─ Dicho esto, tomó su varita ─ ¡CRUCIO!

La joven Bellatrix, cerró fuertemente sus ojos, y chilló de dolor, se retorció, mientras Sirius volvía a torturarla.

¡CRUCIO! ─ volvió a retorcerse de dolor ─. ¡SECTUMSEMPRA!

Varios cortes salieron de su cuerpo, estaba llena de sangre. La sangre chorreaba, y ella gritaba como nunca antes lo había hecho. Sirius quería una Venganza... Una dulce venganza. Nadie se iba a enterar.

Y así, pasó el resto de la noche torturandola hasta qué antes del amanecer...

─ Nos vemos en el puto infierno Bellatrix─ Dijo Sirius y la apunto con su varita sentenciando su fin. La mato con un simple avada.

Nadie lo sabría, había mucha gente que buscaba venganza en contra de ella. Pero nadie descubriría al asesino.

Había cumplido su venganza. Y ahora, iría a ver a su mejor amigo, la pelirroja y su novia, debían estar esperándolo.

Sirius salió sin que nadie lo notará, y siguió caminando mientras el sol se asomaba lentamente.

¿Y yo que hago en 1977? || HP.Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum