En un abrir y cerrar de ojos Melody se encuentra en otro lugar.
-¿Pero qué?-miró a su alrededor-¿dónde estoy?-.
El cielo era de color rojo carmesí, como el color de la sangre, pero un poco más oscuro, entre árboles había una especie de camino iluminado con faroles.
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-Sígueme-Melody escuchó una voz y vio arriba de un árbol.
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-¿Un cuervo me hablo?-dijo confundida.
-El amo la está esperando-después de decir eso el cuervo empezó a volar alrededor de Melody-.
-¿Porque debería seguirte?-dijo con los brazos cruzados.
-Vamos-dijo el cuervo ignorando su pregunta y empezó a volar lejos de Melody.
-Maldito cuervo de quinta, como se atreve ignorarme-empezó a seguir al cuervo a regañadientes.
Los minutos pasaron y Melody ya se estaba aburriendo.
-¿Cuánto falta?-pregunto Melody.
-Falta poco-respondió el cuervo-.
Unos segundos después-¿ya llegamos?-.
-No-negó el cuervo
-¿Y ahora?-pregunto Melody.
-No-dijo el cuervo.
-¿Y ahora?-volvió a preguntar Melody.
-¡Que no!-grito ya enojado el cuervo-.
-Uy, pero que genio-dijo Melody colocándose las manos en sus bolsillos y mirando el paisaje-.
Siguieron el camino en silencio, el camino parecía que no tenía fin, el cuervo paro en una rama.
-¿Llegamos?-pregunto Melody viendo donde se colocó el cuervo.
-No, pero aún no es la hora-le respondió.
-¿La hora de que?-pregunto Melody mientras subía el árbol ganándose al lado del cuervo.
