✘Capitulo 2✘

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Kail

Tercera clase del día. Que asco. Llevo sin ver a Dana desde esta mañana. Me acomodo en la mierda silla esta y pongo cara de pocos amigos, eso evitará que los niñatos estos intenten entablar conversación conmigo. Con tener a Eyden hablando a mi lado sin parar tengo.

-Hermano, intenta no matarlo. - dice de repente, ganándose una de mis miradas de "estás chiflado". Pero el momento de burla no dura mucho, el subnormal de James se sienta a mi lado en la silla que mantenía libre adrede. Me mira con una sonrisa y gruño.

-También me alegro de estar en tu clase. - pone los ojos en blanco. Y tengo que contener mi impulso de hundirle la nariz de un puñetazo. -He pensado...

-Cuidado James, no te vaya a explotar la pobre neurona que te queda. - le suelta Lia inclinándose desde el asiento que tengo detrás.

-Muy graciosa. - se rasca la cabeza nervioso.

-Di de una maldita vez que pasa y levanta de la puta silla. - lo animo amistosamente a seguir. Oigo a Eyden reírse a mi lado.

-Vale vale. - levanta las manos en señal de rendición. - Deberíamos quedar hoy en vuestro apartamento, hemos estado alargando mucho el momento.

-No está preparada. - digo cortante y centro mi atención al frente de la clase. No tengo nada más que decirle, por mi se puede ir a la mismísima mierda, me la suda.

-Kail, todo está demasiado tranquilo y sabes que eso no es buena señal. Cuanto antes la preparemos mejor. - insiste el muy capullo. Estoy a punto de arreglarle la cara de una buena ostia, pero algo en la puerta de la clase llama mi atención. Mierda.

-Joder. - parece que Eyden también la ha visto.

-Yo me encargo. - Lia se levanta, pero la agarro por el brazo.

-Creeme, nada me gustaría más que ver como le pateas el culo, pero le prometimos a Dana que nada de peleas en la universidad.

Lia gruñe en desacuerdo y vuelve a su sitio. Yo agarro con todas mis fuerzas los apoya brazos hasta que oigo un leve crujido. Tengo que reunir toda mi puta fuerza de voluntad durante la clase para no lanzarme sobre Reese. No sé que cojones hace aquí, fingiendo que atiende al profesor.

En cuanto suena el final de la clase salgo disparado hacia los jardines, no espero por Eyden y Lia. Tengo que encontrar a Dana y asegurarme de que está bien, que esa impura esté aquí anuncia problemas.

La veo sentada en el césped, se ríe por algo que Alis ha dicho. Me acerco y me dirige una sonrisa sincera, se alegra de verme. Y yo también le sonreiría si no estuviera a punto de explotar.

-¿Podemos hablar? - digo sin más. Ella frunce el ceño y me mira, la preocupación pinta su rostro ahora. -Por favor. - añado con un tono más suave. No soporto hacerla sentir mal. Todo esto es nuevo para mi, el pinchazo en el pecho cuando la veo mal, triste o está en peligro es insoportable, casi una tortura.

-¿Puede ser con Alis delante? No quiero seguir ocultando cosas. - mira a su amiga y asiente levemente. Joder, cómo decirle que no si me tiene en su mano.

-Reese está aquí.

-¡¿Qué?! - chillan ambas a la vez. Hago una mueca de fastidio porque todos los que estaban cerca nos miran por culpa del grito. Hablo con ellas durante una hora y luego volvemos a clase. Sigo sin estar tranquilo y tal vez el inútil de James tenga razón hay que centrarse en el tema de una vez.

Al salir de la universidad me alegro de que el día haya acabado. Tengo los nervios alterados y lo único que quiero es que todos lleguemos al apartamento sin percances.

Dana camina a unos pasos más adelante de mi, habla con Lia sobre la fiesta de esta noche. Joder, espero convencerla para que se quede conmigo en el apartamento, sana y salva.

El teléfono suena en el bolsillo trasero de mis vaqueros reclamando mi atención. Amelie. Pongo los ojos en blanco y valoro la posibilidad de colgarle a la mujer que se hace llamar mi madre, pero al fin decido que ella tiene que estar hoy. Que sea un ángel y tenga tantos aliados nos puede ser muy útil.

-¿Qué? - contesto cortante.

-Vaya no esperaba que me contestaras, me has cogido por sorpresa.

-Amelie, ¿qué cojones quieres?

-Saber cómo estáis y cómo va todo. - su voz a cambiado, suena triste y sé que es por la forma en la que le hablo, pero no me siento mal por ello. Si se pensaba que iba a aparecer en mi vida y a ser la madre del año estaba muy equivocada. Al fin y al cabo fui criado por demonios en el mismísimo infierno, por lo que no tiene que extrañarle mi comportamiento.

-Tranquilo. Demasiado tranquilo. Y ya que lo preguntas, hoy en mi apartamento hay reunión. Tenemos que hablar sobre lo que vamos a hacer y resolverle las mil preguntas que tiene Dana.

-Hijo, estaré ahí si quieres que esté.

-Te mando la hora y la dirección por mensaje. - cuelgo sin esperar respuesta.

Cuando llegamos al pasillo, Eyden se mete rápidamente en nuestro apartamento y Lia en el de Dana.

-Deberías prepararte para esa reunión que tenemos dentro de un rato. - me dice Dana cuando nos quedamos solos en medio del pasillo. -Y descansar algo para ir a la fiesta de esta noche.

-Cielo, ¿podemos hablar de eso?

-Nooooo, Kaaaaaail... - se queja antes de que yo tenga la oportunidad de decir nada más. - No me digas que no podemos ir, es la fiesta de comienzo de curso y es nuestro primer año en la uni... - pone cara de niña pequeña y cruza los brazos sobre su pecho para resaltar su pequeño discurso.

-Vale, amor escúchame. Sé que quieres ir y sabes que te doy el gusto en todo lo que pides, pero es peligroso. Reese está aquí y es mucha casualidad que sea justo hoy que es la fiesta.

Parece pensarlo un momento y puedo ver el momento justo cuando se rinde. Baja los brazos lentamente y asiente.

-Tienes razón.

-Pero podemos quedarnos en casa y buscar algo con lo que pasar la noche. - sugiero haciendola sonreír.

-¿Un paso más? - se muerde el labio.

-Solo si estás preparada. - me acerco a ella y la cojo por la cintura, me inclino y beso su clavícula. Ella me clava las uñas en el brazo.

-Estoy preparada. - susurra. Y joder, muero por que llegue esta noche ya.

Abismo (Inferno II)Where stories live. Discover now