Abismo (Inferno II)

✘Capitulo 46✘

Dana

No entiendo nada de lo que está pasando, Kail ha llegado después de estar horas fuera. Hemos hecho un pequeño homenaje a Eyden, hemos tirado sus cenizas al aire. Lo hemos dejado ser libre. Kail se ha mantenido lejos de mi, no me ha dejado tocarlo y ha estado muy serio.

Acompañó a Layla a su habitación y estuvo con ella hasta que se quedo dormida, luego ha bajado a la sala dónde estábamos todos. Entonces ha empezado a decir cosas sin sentido.

-Me marcho. - dijo.

-¿Qué? - preguntó Amelie.

-Vuelvo al infierno. Vuelvo a casa.

En ese momento solo podía pensar en que se iba a ir. Dios. No entiendo porqué se va a ir.

Intenta salir otra vez, pero vuelvo a meterme delante. Llevamos mucho tiempo ya así, él intenta irse y yo me meto delante.

-Aparta. - habla con voz fría. No ha parado de hablar con voz fría y me mata.

-Kail por favor... - suplico de nuevo.

-Dana. - Amelie me coge del hombro y niega suavemente. Se ha dado por vencida, va a dejarlo ir. Llora pero no va a hacer nada por detenerlo.

-No. - me encojo soltando su agarre en mi. Miro a Kail y doy un paso hacia él, pero reacciona alejándose dos. -Hemos pasado por mucho, hemos perdido a gente... -el recuerdo de Eyden me daña, pero me obligo a seguir. - Ahora es cuando más debemos estar juntos.

Kail cierra los ojos y cuando los abre veo la determinación en su mirada.

-Ese es el motivo por el que esto no tiene sentido. Hemos perdido... -gruñe. - He perdido a Eyden por esta mierda.

-Todos hemos perdido a Eyden. - Lia desvía la mirada.

-Eyden era de los nuestros Lia, ha muerto porque se nos ocurrió tomar todo como un juego. Es su culpa, mi gente me necesita y he estado jugando a cuidarla. Se acabó, vuelvo a casa y tu deberías hacer lo mismo.

-Esta es nuestra casa Kail.

-Si quieres quedarte no te lo impediré, pero no me harás cambiar de opinión.

-Por favor. -una lágrima baja por mi mejilla. -No puedo perderte.

-¿De verdad creiste que esto saldría bien? ¿Que podríamos contra el mundo y tendríamos una mierda de historia de amor? - se ríe, él ríe mientras mi corazón se agrieta. -Pues siento que la realidad no te guste.

-Pero... - no sé que decir. -Me dijiste que me amabas, ahora no puedes... No puedes solo decir eso y luego irte...

-¡Te mentí! - grita. - Te dije lo que querías oír, fue tan fácil mentirte. Por tu maldita culpa Eyden ha muerto, no quiero volver a verte nunca más.

Y es justo en ese momento cuando siento mi corazón romperse. No, no puede irse. No puede dejarme...

-Todavía te quiero, todavía te necesito. Estaremos bien. Prometo que te amaré toda mi vida. Por favor no me dejes... - mi voz se rompe y no soy capaz de continuar.

-No quiero que me ames toda tu vida, por que yo nunca lo he hecho. No te necesito Dana Hunter. Se acabó. - abanza hasta la puerta y me empuja levemente hacia un lado para pasar. La abre, pero se gira a mirarme. Ya no soy capaz de ver sentimientos en sus ojos... -Tan solo eres una niña, no te sientas mal. Estaba claro que necesito a una mujer de verdad.

-Kail... - murmura su madre. Pero el solo la mira y desvía la mirada.

-Adiós Amelie. - dice.

Camino hasta el sofá. Hago todo lo posible por no mirarlo cuando paso a su lado. Me tiro en el sofá y sé que debo parecer una trastornada con la mirada pérdida, pero me da igual...

Lia se sienta a mi lado y coge mi mano, pero yo no la siento... Ya no siento nada. Tan solo vacío.

Oigo la puerta cerrarse, pero ya no me importa. Ni siquiera lloro, no me quedan más lágrimas que derramar por la gente que he perdido. Se han ido.

Oigo el llanto desgarrador de Amelie, ha perdido a su hijo justo cuando lo había recuperado. Quiero abrazarla, quiero llorar con ella, pero no consigo levantarme del maldito sofá.

Él se ha ido.

Sabía que estar con Kail sería difícil, pero pensaba que si lo intentaba lo suficiente todo iría bien. Fue él quien no quiso luchar por lo nuestro, ahora sé que no sentia por mi lo mismo que yo por él. Estaba jugando con fuego; jugué con fuego y empecé a tenerle cariño al infierno. Me enamoré del infierno. Y ahora que se ha ido, ahora que el demonio se ha ido tengo que luchar contra mis propios demonios. Y a esos si que les temo.