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POV: Hana
El día estaba siendo demasiado extraño, y se notaba mucho.
Para el día de hoy me atreví a usar uno de los vestidos que había comprado cuando Junghwa y yo fuimos al centro comercial. Era un vestido simple, algo entallado, y un poco más arriba de las rodillas. De todo lo que había comprado ese vestido era lo más decente en mi opinión. Y podría jurar que Hyungwon estaba usando una camisa blanca con botones y pantalones negros por la mañana, pero cuando entré para almorzar, llevaba puesto un abrigo largo color gris encima, y no recordaba haberlo visto traer eso por la mañana.
Pero lo que hizo que el día fuera raro fue que, a media tarde, la temperatura estaba bajando, y el material delgado de mi vestido no era suficiente para cumbrirme del frío que comenzó a hacer, y me arrepentía demasiado por no haber usado algo que me cubriera más, pero el clima era algo impredecible en estos días.
Hyungwon salió de su oficina justo en el momento en que me abracé para centrar mi calor. Me miró por unos segundos de pies a cabeza, comprendiendo el por qué de mi acción por intentar darme algo que calidez a mi misma con mis brazos. Se sacó el abrigo y me lo tendió.
— Ponte esto. — Dijo, usando la misma expresión neutra que siempre usaba. Me quedé helada.
— ¿Perdón?
— Ponte esto si tienes frío — Repitió.
— No, estoy bi...
— Fue una orden. — Dijo y me se acerco aún más para tenderme el abrigo con un poco las de insistencia.
— No, en serio, estoy bien...
— Solo póntelo — Soltó, y lo puso sobre el escritorio.— Tengo que quedarme y ocuparme de algunas cosas, vete a casa primero.
¿Cómo todavía me sonaba tan frío mientras decía eso? Creo que me equivoqué cuando pensé que podríamos habernos vuelto un poco más "cercanos" después de lo de ayer. Pero solo me estaba prestando su abrigo porque estaba siendo caballeroso, y supongo que si fuera hombre hubiera hecho lo mismo. Aún así, dudé en ponérmelo, pero cuando sentí mi piel erizarse debido al frío, lo tome sin pensármelo más y me lo puse.
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Abrí la puerta del departamento y me encontré con un silencio realmente sofocante. Pero, ¿qué más esperaba? No había nadie ahí. Después de hacer mis rutinas normales antes de dormir, me recosté en la cama, observando el techo, dibujando mandalas con los dedos hasta que mi cuerpo se quedó dormido. En un momento, entre mis sueños logre escuchar el sonido de una puerta abriéndose, por lo cual abrí los ojos lentamente, dándome cuenta de que seguramente Hyungwon ya había llegado a casa, pero no tarde demasiado en volver a cerrar los ojos y caer dormida nuevamente.
