Capitulo 14

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Había pasado ya una semana desde su llegada a Grecia .... ciertamente los chicos aprovecharon su estancia ahí como lo harían dos enamorados.

Sin embargo Dégel estaba cansado del calor así que Kardia decidió que era hora de irse, pero no antes de que los chicos conocieran a Dégel ( aunque era algo que hería el ego de Escorpio ) .

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Kardia se encontraba en la recámara revisando que no faltara nada, mientras tanto Dégel se sentó en la mesa de la cocina , recogió su cabello de tonos verdes en una cola alta para ventilar su nuca y se desabrochó algunos botones de la camisa, así al menos, se refrescaria un poco.

En ese momento se escucharon pasos .

- Cariño ya era hora d.. - no pudo terminar - U-unity qué haces aquí? - dijo temeroso.

- Se los advertí, a tí y a ese insecto - dijo mientras se acercaba a Dégel, quien al mismo tiempo retrocedía.

- Vete ! Kardia puede regresar en cualquier momento y créeme que no te dejara salir ileso.

Unity se burló de Dégel... No le importó su amenaza... Así que siguió acorralando a el aguamarina.... ya se había acercado lo suficiente como para poder tomar sus mejillas y besarlo, pero, en ese instante Kardia apareció.

- Ohh que bien, te nos unirás a la fiesta - dijo tirando a Dégel contra el suelo.

- Maldito - gritó kardia - mientras se abalanzaba sobre Unity, quién con un golpe lo tiró sobre un pilar del templo -Dégel vete ahora - dijo Kardia, pero este no lo escuchó.

- Déjalo - gritó Dégel aún en el suelo - no te atrevas! - señaló en el mismo instante en el que aparecían la armaduras doradas, dejando su esplendor en el lugar.

- No estarás con migo, pero tampoco con él - dijo acercándose a Dégel , estaba a punto de fulminarlo cuando Kardia lo sorprendió, sin embargo Unity lo atacaba sin cesar, kardia ya estaba débil y ahora era peor.
Sin embargo Unity aún no conocía de lo que sería capaz de hacer aquel muchacho de hebras azuladas con tal de proteger al chico que amaba.

- T-tienes un potencial increíble.- inquirió Kardia, se encontraba fascinado por la fuerza de su contrincante, eso hacia que su voluntad de lucha incrementara, aunque eso implicara que su corazón dejara de latir - Pero no lo suficiente para derrotarme.

- Me das lástima maldito!!!

La última técnica que haría, sería su fin. Esa técnica la había guardado por tanto tiempo y finalmente tendría que usarla aunque eso significaría que moriría en el intento.

Su corazón no resistiría el estallido del cosmos en su interior, su ardiente órgano vital estaría preparado para lo que sea, y en ese caso, para dejar de latir.

-¡Arde, aguja escarlata!-

Su fuego interior se quemó como nunca, mientras atacaba a Unity sorpresivamente, ya que no se esperaba esa técnica del Escorpión en el estado en que estaba.

Su técnica traspasó el pecho de su contrincante, dejándolo en el suelo.
Mientras él había sido lanzado unos metros hacía atrás por la intensidad del mismo.
Sin embargo, mientras este se retorcía del dolor, su corazón cada vez ardía más.

Aún así , kardia se sintió satisfecho, por fin había podido vivir su vida al máximo como siempre había querido.

- Debes admitir que fue grandioso!! - dijo mientras caía al suelo - Perdoname Dégel..!! Perd....

- Kardia!! - gritó el aguamarina mientras corría para ayudarlo.

- 3palpitaciones.
- 2 bombeos de Sangre
- 1 temblor

Y ahora no solo su corazón ardía, si no que su cuerpo también.... De este salía un calor indescriptible.

Dégel se tiró al lado de Kardia apenas alcanzó a llegar.
Intentó usar su poder para que el corazón de este dejara de arder , pero era inútil, en ese momento las lágrimas salieron de sus ojos, lágrimas de desesperación ... Kardia no soportaría más. Dégel intentó ayudarlo con su cosmos pero no pudo hacerlo.... No podía pensar en algo de ayuda, estaba consternado, su mente no tenía la concentración necesaria..
Su técnica no podía apaciguar la fiebre, tampoco podía ayudarlo con sus heridas pero... Si a su corazón.

Dégel limpió su rostro y se decidió a todo, cerró sus ojos y dirigió todo su poder al corazón de Kardia y de este mismo modo usó todo el cosmos posible, de tal modo que su armadura se rompió en mil pedazos.

Dégel se mantuvo ahí unos dos minutos, apaciguando el dolor y sufrimiento de su amado .

Gracias a esto... Las llamas del corazón se disiparon.

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Cuando las llamas se disipan  . Where stories live. Discover now