Papu es un koala que parece un pompón grande y gris. Sus patas son como terciopelo, nunca te cansas de acariciarlas. La tinta negra de sus ojos desprenden amor, cariño y fidelidad.
Se parece mucho a un perezoso, no hace mucho más que dormir y comer, excepto cuando le llevo al bosque. Allí se pasea con total libertad y se pasea entre los árboles comiendo hasta saciarse.
Tiene un estilo de vida muy monótono, pero cuando cambiamos un poco su rutina los ojos se agrandan cual perlas negras. Cada noche lo devuelvo al zoológico, donde le cuidan y alimentan perfectamente.
Durante el camino hacia el bosque la gente se saca fotos con él. Es muy educado, como un niño pequeño, hace lo que le mandan los adultos. No hay ningún momento en el día en el que dejes de ver sus preciosas y enormes líneas de perlas de la boca.
Sus manos son tan pequeñas y tan suaves como las de un bebé recién nacido. Su pequeña boca es tan fina como el grosor de un pelo.
Cada vez que me separo de él, sus pequeños ojos se vuelven llorosos y llenos de dolor. Siempre que puedo visitarle voy a verlo, no me gusta estar separada de mi mascota.
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Papu y yo
RandomLa clase de 4º ESO A del Colegio Escolapios de Bilbao en el curso 17/18 se mete en el Delorean para viajar a las postrimerías del Siglo XIX, donde palpita el Modernismo. Un viaje al pasado para charlar con la bohemia del 98 y empaparse de aquella co...