░├ 01» υηα нιנα ¢σмσ уσ┤░

34 5 3
                                    


Tener una hija como yo, debe ser muy molesto eh. Las tres de la tarde, después de salir de clases se suponía que debía estar en mi casa, recibiendo una gran fiesta sorpresa, una de tantas. Pero, en vez de eso, pensé 'Bueno Din, ya es hora de vender tu alma al diablo'; metafóricamente, claro.

Salía del centro comercial, totalmente transformada, había cambiado mi empalagoso vestido morado y chaquetilla blanca, también mis espantosos tacones y medias completas transparentes. Una nueva yo salió de ese lugar; unos Jeans rotos, debajo de estos medias de huecos grandes, color negro; una camisa negra con las letras Error al medio; maquillaje de tonos sombríos, a excepción de mis labios, traía una pintura algo brillosa de un color rojo; mi cabello extremadamente largo, con ondas grandes y de color castaño oscuro, ahora se había convertido en un cabello perfectamente corto, un poco más arriba de los hombros, color negro y puntas algo rojizas; mis zapatos, uf, con esos jamás extrañé los tacones pasados de moda, traía unos botines estrambóticos de color negros y con hebillas platinadas.

En conclusión, mi atuendo en sí, estaba perfecto.

A parte de la ropa que traía puesta, también tenía una variedad de bolsas de diferentes tiendas, en dónde había mucha más ropa del estilo que mencioné, algunas de colores fuertes.

Ya se me hacía tarde, sin embargo, me monté en mi Vespa, scooter, y me dirigí a mi dulce hogar, no sé cómo no me ha dado diabetes. Al llegar a la residencia estacioné la ciclomotor y caminé a la puerta de entrada, se me hizo algo difícil abrirla por las bolsas, pero lo logré. En cuanto entré las luces se encendieron y todos mis familiares invitados gritaron con gran alegría Sorpresa, pero, en cuanto me vieron detenidamente todos quedaron boquiabiertos.

—Hola —dije sin expresión alguna. Subí las escaleras hacia mi habitación, dejé las cosas en el borde de mi cama, un par de maletas igual, guardé rápidamente las cosas en una de las maletas, que estaba vacía, la otra contenía variadas cosas importantes. Bajé nuevamente con el equipaje, lo puse al borde de las escaleras. —. Váyanse, todos. Necesito hablar con mis padres. Tal como pedí, todos se fueron con rapidez; ya en la cocina, se habían quedado mis hermanos también, tuvimos una pequeña reunión familiar, era hora de decirles todo.

— ¿Qué ha pasado? Las niñas no deberían vestirse así, Dina. —replicaba mi madre con una voz chillona, hasta que fue interrumpida por Joshua, uno de los gemelos. 

— ¡Ya has silencio! Deja que hable, eres una tortura para los oídos de todos. —alegó seriamente, su gemelo, Josue, no paraba de reír.

— ¡Respeta a tu madre! —exclamó papá, alterando aún más las cosas. 
—Ya basta, parecen un circo, déjenla hablar y listo. —añadió nuestro hermano mayor, Ignacio, algo estresado por aquella escena. 
Mientras todos terminaban de callarse, yo sólo contemplaba inexpresiva aquella situación mientras tomaba un poco de refresco.  

— ¿Ya me dejarán hablar o qué? No tengo todo el día —impedi más parloteo de parte de mi familia.—... Bien, seré directa con esto; Mamá, estoy cansada de ser tu princesa primorosa, tu maniquie, así que hoy decidí cambiar por completo. Además, sí hay más, me iré al Sur de Italia con mi novia, Aphrodite.   

Supongo que eso no se lo esperaba, a cambio de mis hermanos, mis padres se espantaron, especialmente por lo último que dije. No pasó mucho, el timbre interrumpió el silencio que se hizo en la cocina, me adelanté a abrir la puerta, eran Aphrodite y su hermano, un año menor, Adriano. Corrí por mis maletas, antes de que mi familia pudiera evitar mi huída, y antes de salir y cerrar aquella puerta exclamé: ¡Nos vemos después, bebés! , seguido de unas risas. Pude escuchar perfectamente el llanto de mi madre, siempre ha sido muy llorona, qué espanto. Mientras tanto, yo emprendía mi viaje. 
Me monté en la camioneta, donde nos esperaba la mamá de los jovenes, esta se le notaba muy risueña. 
 —Din, ¿Cómo has estado? —preguntó con una voz muy calmada mientras conducía. 
—Mejor que nunca antes... —contesté con gran emoción tomando la mano de Aphrodite, esta sonrió. 

—Oye, está genial tu nueva ropa, eh. —dijo, yo asentí. 

Aphrodite, es una chica muy centrada, de pocas palabras, con un buen gusto. Siempre está escuchando música, más que todo, alternativa—indie—. En realidad, cuando la conoces bien, es algo cariñosa y muy buena persona. La conocí en la escuela, ella como han de esperarse es italiana, pero se mudó a California cuando su madre se casó nuevamente; me enamoré de ella durante un juego de verdad o reto, en el cual ella estaba participando, yo mientras tanto estaba copiando una tarea del día anterior, cuando a ella le retaron a darle un beso de media luna a la chica que le gustaba, pues ya todos en el salón sabíamos de su homosexualidad. Esta se acercó y me robó el beso rápidamente, no se expresó mucho, sólo se fue a sentar otra vez en su mesa banco, mientras los demás reían y formaban un escándalo. 
En eso, me sentí totalmente avergonzada. No le hablé por unos meses y esos meses se convirtieron en un año. Sin embargo, yo me sentía atraída por ella, pero el miedo a que mi madre se diera cuenta de algo no me dejaba actuar. 
Recuerdo que un veintitrés de septiembre, unos días después de entrar a clases, estábamos practicando kikimbol, cuando las chicas se a las duchas, yo estaba esperando a que todas terminaran para luego ducharme, me sentía incómoda en un ambiente así. 
Al estar solo el baño, entré a este, pero antes de pasar a la ducha me detuvo Aphrodite, esta mencionó que quería hablar de lo que había pasado el año pasado, lo que me alteró un poco. Decidí hablarle, creí que así todo estaría más claro. Me dijo que lo sentía, y antes de que perdiera mi oportunidad le confesé todo; Y así comenzó, desde que estoy con ella siento que hay más colores, muchos más, más de los que podemos observar en los arcoiris...



  ⚏   ♡      ⚏⚏⚏⚏⚏     ♡    ⚏

¡Hola! Espero les haya gustado el primer capítulo, si tienen alguna observación, por favor, haganmela llegar para poder mejorar esta historia; También, quería aclararles el porqué está en la categoría 'No ficción', la razón es que un amiga, no la mencionaré por supuesto, estuvo en esta situación. Le hice una pequeña entrevista de lo que había vivido en los últimos años, me dio permisos para hacer el libro y ¡Tas tas! :)
Creo que es obvio que ella no es de California ni que se fue al Sur de Italia, me dijo que lo pusiera así, así que así lo coloqué. 

¡Adiós, gracias por leer!✿

Canción: For Him.
Artista: Troye Sivan.





I do not need a prince;;Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum