C.14

2.5K 261 10
                                    

-¿No estas cansada?- pregunto Dan.

-Para ti nunca- pronuncie seductora.

Una magnifica boda y dos reyes que debian consumar un matrimonio fue suficiente para que mis labios tocararan los suyos cómo había ansiado todo el día.

Entre los mil invitado apenas y habia tenido tiempo a solas con Daniel, mi esposo.

Sus labios bajaron por mi cuello, si no era ahora los asuntos que evadi en el reino consumirian mi tiempo.

-Te amo Victoria- dijo a la vez que apartaba el cabello y seguir con sus besos.

-Yo también te amo Gran Dan- y como una necesidad de sentir piel con piel me deshice de su ropa, un fino traje de tres piezas hecho a su medida.

Mentiria si dijiera que no lo habia deseado desde que lo vi.

Lucia tan distinto, pero seguía siendo mi Daniel.

Estabamos listos para sellar este matrimonio.

Tanto nos dejamos llevar que pronto ambos estabamos acurrucados en la cama, pasaba mas de media noche y esa mañana tenia asuntos temprano.



Di vueltas por el gran baño mas de quince veces recordando mi noche de bodas

Donde posiblemente habia ocurrido esto.

El tiempo corria. Pero muy lento a mi parecer.

-¿Todo bien Victoria?- apenas iban tres minutos, aún faltaba tiempo.

-Solo dos minutos Daniel- dije nerviosa.

Hasta ese momento una pregunta llego a mi mente ¿Como lo tomaria?

No podia hacer nada, estabamos casados y el tenia un deber con el pais y principalmente conmigo y el posible heredero de la corona.

¿Seria este el momento adecuado para traer un heredero al mundo?

Quizas para cuando naciera ni reino tuviera.

Tal vez es mejor que no hubiese bebé en caminó.

Como podia traerlo a sufrir entre los mil problemas familiares.

Pero y si al contrario era lo mejor, algo que sustentara delante de todos que yo ya tenía una heredero para el reino y no como mi primo.

Y con ese pensamiento los dos minutos pasaron solo faltaba tomar la prueba y ver que pasaba.

La tome y la mire...

El juego del Rey #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora