Parte sin título 4

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Habían pasado dos semanas desde que había llevado a Bruce a mi fortaleza, lo había usado a mi antojo y luego lo había regresado a su ciudad. Solo espero que el no haya pensado que eso sería todo, porque estaría muy desilusionado.

La única razón por la que no había regresado a verlo es porque somos seres muy ocupados. Pero hoy se solucionaría eso, me encuentro en Ciudad Gótica para cubrir un evento donde asistirán muchas celebridades y entre ellas no podía faltar el aclamado Príncipe de Ciudad Gótica.

Por eso me encanta mi trabajo, si por alguna causa como Superman no logro llegar a mi objetivo, como reportero del Diario el Planeta lo consigo.

Mis pensamientos se ven interrumpido, cuando alcanzo a ver mi presa. Como es su costumbre en estos eventos se encuentra rodeado de varias supermodelo de buen ver, solo para seguir con su fachada de millonario playboy.

Sin embargo, estoy seguro que tarde o temprano se apartara a algún rincón solitario para comunicarse con Alfred y preguntar por el estado de la ciudad y si no se le necesita en algún lugar.

La verdad es que la ciudad está algo tranquila y los pequeños problemas que surgen pueden ser solucionados por los policías y demás encargados del orden público.

En el peor de los casos yo mismo me encargaría de solucionar cualquier problema que necesitara la atención del caballero oscuro.

Pero esta noche Batman volvería a ser mío y no dejaría que nada interfiriera.

Sé que debería sentirme avergonzado por mis acciones y mis pensamientos, pero ya llegue a la conclusión que esto es tanto tu culpa como mía por lo que no seguiría tratando de negar este deseo oscuro solo sería una pérdida de tiempo.

Sonreí complacido al notar que mis predicciones eran ciertas. Bruce se alejaba de todos para poder comprobar su ciudad. Desde que no estuvo a la vista de cualquier ojo curioso utilice mi velocidad y nos lleve a una habitación desolada.

- Buenas noches señor Wayne.

- Clark... ¿Por qué? – lo noto nervioso, por lo que veo realmente el esperaba que no volviera a buscarlo.

- Te dije que no serias libres hasta que mis deseos no estuvieran saciados... y estos solo han estado aumentando con los días.

- Clark, no puedes se...

- Aunque realmente me gusta tu voz, creo que por esta ocasión te prefiero calladito y quieto... por suerte, en esta ocasión he traído un par de regalitos que nos ayudaran con ese cometido.

De mi saco extraje una esposa y un bozal para acallar sus quejas. Antes de que él pudiera reaccionar, espose sus manos tras su espalda y le coloque el bozal.

- Te ves tan maravilloso como sabía te verías.

Me miro desafiante pero lo sabia perturbado, no lo culpo, ni yo entiendo mis propias acciones. Pero como ya dije, no seguiría tratando de negar mis deseos, eso simplemente es una batalla perdida.

Me acerque a Bruce, lo sujete mientras lo arrastraba conmigo al suelo, lo coloque sobre mi regazo para que sintiera mi erección, quería dejarle en claro que era lo que estaba a punto de ocurrir entre nosotros.

- Listo para esto – le pregunte con burla, sobre todo al sentir el bulto que comenzaba a formarse en sus pantalones.

Comencé a mecer mi erección junto a su entre pierna y note como se aferraba a su orgullo para no emitir ningún sonido ni gemir.

LA OSCURIDAD DEL CORAZÓNWhere stories live. Discover now