El genio Hyuga

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Los personajes de Naruto NO son míos.

El genio Hyuga

La celda se abrió despacio. Hikaru no estaba muy impaciente por comenzar a torturarme, o quizás solo estaba haciendo eso para hacerme perder la cabeza; pero no lo estaba logrando puesto que aquello no era nada comparado a otras cosas que, como ninja, había tenido que enfrentar. Yo sabía muchas cosas que él nunca entendería y tenía habilidades que, a estas alturas, él jamás desarrollaría.

Entonces ¿Cómo es que estaba tan fácilmente a merced de aquella persona? No podía permitir que eso estuviera pasando. Hikaru estaba tratando de parecer todo un mercenario, quería hacerme sufrir lo antes posible y asesinarme. ¿Podría hacerlo? Comencé a creer que eso era imposible, podía ser muchas cosas pero no un asesino y casi estaba convencido de que la sangre lo espantaría; muy a penas podría golpearme.

Valiéndome de todo eso pensé en exasperarlo, podía obtener algo, cuando una persona que se desespera o se pone furiosa no piensa con claridad y podría engañarlo, además, él era muy fácil de hacer enojar.

Estaba a un lado de mí, yo aún no podía mover mi cuerpo; pero cada vez me sentía un poco más ligero. Tenía que recuperarme rápidamente, estaba seguro de que había todavía una manera de salir de ahí; aunque estuviera débil ya no sería problema Hikaru.

–¿Sabes cómo dar un golpe? Te puedo dar instrucciones desde aquí puesto que en la pelea contra Hinata demostraste que eras un completo inútil para pelear – Dije–.

Él frunció el seño, por supuesto que estaba hiriendo su orgullo, me miró con desprecio y me propinó una patada en las costillas. Desafortunadamente para él, no tenía la fuerza suficiente como para rompérmelas, el dolor me punzó el area por unos instantes pero poco a poco fue desvaneciéndose, no era nada que no pudiera soportar.

Al ver que aquel golpe no me había hecho retorcer de dolor me propinó otras dos patadas con la misma cantidad de fuerza, esta vez me perduró más el dolor y casi hacia una mueca, pero no le permitiría verme alterado por aquello.

–Tampoco sabes patear por lo visto –Bufé–.

Hikaru apretó sus puños, se sentó sobre mi estomago, él apenas era más pesado de lo que era Hinata. Me tomó por la parte superior de mi atuendo y me propinó un puñetazo con toda la fuerza que tenía, o al menos eso pude calcular. Mi rostro también era resistente a los golpes, en cuestión del dolor; pero nada podía evitar que se me partiera el labio con el ataque de aquel hombre.

Comencé a saborear la sangre que estaba llenándome la boca, aquel sabor metálico me ayudó a despabilarme, cada vez me sentía más ligero y eso sería un gran problema para Hikaru, que hasta ahora se sentía con todo el control sobre mí.

–Cuando recupere todas mis fuerzas voy a regresarte los golpes que me has dado pero al doble, quizás al triple  –dije escupiéndole la sangre en la cara–.

Hikaru me volvió a propinar otro golpe en el rostro, pero esta vez solo me dejó la mejilla amoratada. Cada vez estaba más furioso y el comentario no solamente lo hizo enojar si no también tener miedo; lo presentía.

–Antes de que recuperes todas tus fuerzas ya habré acabado contigo –dijo con exasperación–.

–¿Ah, sí? Yo no te veo dispuesto a hacer eso, no eres nada más que un cobarde, tuviste que valerte de la ayuda de aquellos dos tipos del Souke para llegar a donde estas ahora y yo estoy seguro de que terminaras decepcionado; además, ahora eres como un perrito que obedece las ordenes de Hideto, ellos solo te han usado y lo seguirán haciendo... me das tanta lastima.

La heredera se tiene que casar (NejiHina)Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ