࿐ ONE SHOTS; DRAGÓN BALL | LIBRO 1

【 Zamasu 】

-¡Hazte a un lado, niña!

Negué con la cabeza ante las palabras de Bills, no iba a dejar que lo hiciera. No podía permitir que destruyera a Zamasu.

-Esto es lo mejor para todos, __________ -mi hermano Whis trato de hacerme entrar en razón pero de nuevo me negué. -__________, no hagas esto.

-No voy a dejarte destruirlo, Bills -repetí, estando parada delante del shin-jin, quien hace unos segundos había -para mi sorpresa- asesinado a Gowasu. -Yo también vi lo que hizo pero se que él puede cambiar y voy a demostrarselo a ambos.

Y así. Sin más. Me teletransporte lejos llevándome a Zamasu conmigo. Bills iba a odiarme por eso. Whis seguramente ya estaba en camino a contarle todo a mi padre. Molesta me gire dispuesta a explorar el extraño planeta al que habíamos llegado.

-Tú... tú me salvaste -soltó el shin-jin bastante sorprendido, afirme con la cabeza y me sonroje un poco. No quería que se enterara quien era de esta manera y tampoco quería que supiera que lo había estado observando hace algún tiempo por que estaba enamorada de él. -¿Qué eres? ¿Quién eres? ¿Por qué me salvaste?

-Soy un ángel. Soy hija de Daishikan.

-¿Por qué me salvaste? -volvió a preguntar, ahora sujetando mi mano para evitar que me alejara de él como había hecho segundos atrás.

Gire a verlo por sobre mi hombro sólo para encontrarme con sus ojos de ese extraño color gris mirándome con mucha atención. Él dudaba un poco del porqué había decidido salvarlo. Era increíble que no confiará en mí.

-Todos merecen otra oportunidad.

Esa respuesta había parecido tan absurda que ni yo misma la había creído pero esperaba que él sí lo hiciera.

-Según se los ángeles no tienen derecho a cuestionar las decisiones de los dioses destructores -replicó, levantado una ceja. Me sentí atrapada en ese momento. Él parecía tener un argumento contra cada una de mis palabras. -Tú desafiaste a Bills, a tu hermano y al señor Gowasu para salvarme. Dudo mucho que eso halla sido lo correcto para todos. Tu padre no debe estar de acuerdo con ese comportamiento.

-¡¿Y crees que no lo sé?! -le gruñi molesta. Las lágrimas estaban haciéndose presentes en ese momento. Sabía que mi padre iba a estar muy decepcionado de mí, no necesitaba que alguien más me lo recordará. -¡Sólo estaba haciendo lo creí que era correcto! ¡No podía dejar que te hicieran daño! ¡No podía dejarte morir, Zamasu!

-¿Cómo sabes mi nombre? -cuestiono acercándose un poco más a mí.

Suspire frustrada. Zamasu era peor de lo que imaginaba. Casi acababa de declararle lo que sentía y el sólo quería saber como era que sabía su nombre.

-¿Sólo eso escuchaste? ¡Por Dios! Eres un idiota, olvidalo -me solté de su agarre y me apresure a adrentarme en la vegetación dejándolo solo. -No me sigas, no quiero estar cerca de ti. Mejor busca que harás o a donde quiere que te lleve por que sino posiblemente te abandone aquí.