࿐ ONE SHOTS; DRAGÓN BALL | LIBRO 1

【 Diecisiete 】

Tu rostro permaneció en el cuello de tu esposo mientra él te abrazaba contra su pecho. No habían pasado ni 5 minutos desde que por fin habían podido acostarse después de lograr que la bebé se durmiera y era lindo poder disfrutar unos minutos de paz.

-Estoy cansada de este sufrimiento llamado tener una hija -bromeaste cansada. -Ella lloró por casi una hora por tu culpa.

-¿Mi culpa? -preguntó mirándote con una ceja levantada y con su maldita sonrisa. -Tú fuiste quien perdió su osito de peluche.

-¡Yo no lo perdí! -Te aléjaste de él y golpeaste su pecho con una de tus manos con diversión. -Yo lo puse sobre la cama y tú lo lanzaste al cesto de ropa... fue tu culpa.

Diecisiete rió y se inclinó para presionar un pequeño beso sobre tus labios.

-¿Podrías perdonarme? -Negaste con la cabeza cruzandote de brazos. Tu esposo sonrió y se colocó encima de ti mientras se sostenía con sus manos para no aplastarte. -¿Y qué tal si vuelvo a besarte?

-Eso me gustaría mucho.

Sus labios volvieron a encontrar los tuyos, pero esta vez el beso fue un poco más lento y más apasionado. Sonreíste contras sus labios. Había pasado un tiempo desde que habían compartido un momento como ése. Te sentaste en la cama sin dejar de besarlo y llevasté tus manos al borde de tu blusa para quitartela con ayuda de él. Diecisiete también se sentó y te levantó con cuidado para colocarte sobre su regazo. Entonces sus brazos te apretaron más contra su pecho haciéndote soltar un pequeño gemido.

-No sabes lo mucho que extrañaba ese sonido -Su tono ronco te hizo estremecer y otro gemido escapó de tus labios cuando sus manos bajaron hasta tus muslos para apretarlos. -¿Te importaría volver a gemir para mí, bebé?

-N-No.

Diecisiete movió sus manos acariciendo tus muslos, empezando a buscar el camino hacia dentro de tu short de pijama. Pero se detuvo en seco cuando el monitor de bebé qué estaba en la mesita de noche sonó y el llanto de tu pequeña hija llenó la habitación. Ambos suspiraron mirando el monitor unos segundos.

-Ella estará bien, sólo serán unos minutos -Diecisiete llamó tu atención. Lo miraste algo insegura, pero asentiste. -Además... Necesito consentir a mi bebé.

Sus palabras volvieron a activar algo dentro de ti que te hizó olvidar el llanto de tu hija. Sus labios atraparon lo tuyos en un beso y suspiraste contra sus labios, pero una sensación de culpa se instaló en tu pecho. Así que colocaste tus manos en el pecho de tu esposo y lo alejaste de ti.

-Lo siento, no puedo hacer esto -Te levantaste de encima de él y te estiraste para tomar tu blusa de la cama. -Debo ir a ver que sucede con Claire.

Diecisiete te sujetó por la cintura y te quito la prenda de las manos. Ibas a protestar, pero te diste cuenta rápidamente de que su única intención era ayudarte a ponertela.

-Eres una muy buena mamá -Él te sonrió y presionó un pequeño beso sobre tus labios mientras terminaba de acomodarte la blusa. -Ahora vayamos a ver nuestra hija.

Salieron de la habitación hacia el cuarto de la bebé. Abriste la puerta y se acercaron a la cuna. La bebé dejo de llorar cuando los vio y extendió sus brazos para que qué la cargarán. Diecisiete se inclino para tomar a su hija entre sus brazos y eso pareció ser suficiente para que ella dejará de llorar totalmente. Te recostaste contra el hombro de tu esposo mientras el arullaba un poco a la bebé.

-Ella está bien -Él dijo. -Estoy seguro de que sólo lloraba porque nos extrañaba.

Observaste un poco a la bebé mientras esta sé acomodaba contra el pecho de su padre y cerraba sus ojitos quedándose dormida unos segundos después.

Sin duda él era el mejor esposo que podrías haber tenido.

-Te amo.

Él sonrió y te rodeó con uno de sus brazos mientras con él otro sostenía a la pequeña bebe. Junto su frente contra la tuya y te miró, te miró como si fueras la cosa más linda del universo.

-Yo también te amo.