Lady Sophie tiene un carácter bondadoso e inteligente, que se ve opacado por una capa de desdén y desprecio a la sociedad que la ha humillado tanto tiempo. Y una víctima más de su lengua afilada, no resulta ser otro que el amigo escocés de lord Cass...
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Aquí estoy de nuevo con mis ansias por subir capítulos xD. Estoy muy feliz estos días porque gracias a vosotros/as, he alcanzado el puesto #30 de Novela Histórica un día (es un récord jajaja) Veréis que las cosas se suavizan un poco en los próximos capítulos, no os preocupéis, el drama me gusta pero también un poquito de lo demás ;)
*Recordad que los diálogos en cursiva son conversaciones en gaélico (que Sophie, siendo inglesa, no entiende)
–Buenos días.–Sophie se esforzó por compensar su mal humor los últimos días a la mañana siguiente de su intento de huida. Kirk levantó la cabeza de sus tostadas sorprendido y la recibió con una tímida sonrisa. Su doncella saludó con cortesía y recelo, pues intuía lo que había pasado durante la noche, y no estaba muy contenta–. ¿Nos queda mucho hasta vuestra casa, Kirk?
–Mañana llegaremos, milady. Aunque creo que puede considerarla ya su casa. A mi hermano le agradaría que así fuera.
–¿Dónde está, por cierto? ¿Ha ido a los establos o a hablar con el posadero?–preguntó despreocupadamente, haciendo acopio de unos cuantos bollos. Estaba famélica después de no haber cenado nada y de su pequeña excursión.
–Está todavía en cama. Creo que no durmió bien esta noche, se levantó de cama y no volvió pasado un buen rato.–Sophie miró a su doncella tragando saliva. Ambas sabían dónde se había metido el duque, pero si Kirk lo desconocía, mucho mejor para ella–. Ahora al levantarse tenía mala cara y le dolía la cabeza, así que se quedó durmiendo.
Frunció el ceño disgustada. No le cabía duda de que el duque estaba así por su culpa, y así se lo recordaba la mirada acusadora de la otra muchacha. Una horrible sensación sacudió su estómago, y ya no fue capaz de probar más bocado.
La cosa empeoró cuando recogieron el equipaje y lord Graham confirmó su mal estado, presentándose antes ellos a medio vestir y con una cara pálida como si hubiese visto a la muerte. Incluso sus pecas, consideradas un defecto (que encantaba a Sophie), habían desaparecido con la sombra de la enfermedad. Aparte de su aspecto, estaba de un humor pésimo. Murmuró algo a Kirk, quien se había cambiado de traje como él, conjuntando con su hermano un traje verde musgo con un chaleco de conocidos cuadros verdes y grises. Después, se dirigió a ella en su habitual tono hosco y mirada torva.
–¿No tiene un vestido un poco menos llamativo, milady?–preguntó al ver su traje azul satinado con abundantes blondas–. Algo de color verde, o gris. A mis conocidos les complacerá verla aparecer con alguno de los colores de mi familia.
–Pensé que esto sería adecuado. Es elegante y distinguido.–murmuró levemente la muchacha, preocupada porque no hubiese escogido correctamente el vestuario y prácticamente tuviese que elegir entre los trajes que tenía para andar por casa.
–Haga lo que quiera. Solamente era una recomendación para facilitar su presentación.–el duque no tenía ganas de discutir a causa de su dolor de cabeza, por lo que optó por dejar que ella decidiese y no hacerle caso. Ella sería quien se jugaría el tipo frente a su familia...