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Yugyeom corrió a través del departamento con fuertes rugidos provenientes de su pecho, aun sabiendo que no había nadie dentro, no podía evitarlo.

Este era su territorio y tenía que asegurarse de que cualquier alfa, omega o beta lo supiera. Aseguró todas las puertas y apagó las luces de más, escuchaba y olía el fuerte aroma de Jungkook llamándolo pero su instinto le pedía asegurar todo porque no había forma alguna de que alguien entrara o saliera del lugar en un par de días.

Su pene estaba completamente duro en sus pantalones y cada paso que daba era una tortura. Cuando se aseguró de que todo estuviera en orden regresó al cuarto donde su omega lo esperaba.

Jungkook se había quitado toda la ropa, se restregaba contra el colchón impúdicamente, sus ojos nublados en lágrimas de deseo y sus labios abiertos rogando entre suspiros que su alfa aliviara un poco de su tortura.

Yugyeom tragó duro mientras se sostenía del marco de la puerta, su polla palpitaba rudamente, bombeando sangre a lo largo de su extensión. La imagen era mortal, el cuerpo níveo contrastando con los cubrecamas azules, el menudo cuerpo tumbado boca abajo, el hermoso y dulce trasero lubricado alzándose por sobre el resto de su cuerpo y el rostro de Kook en pleno éxtasis erótico.

–Alfa... – Murmuró al verlo de pie, la cordura del mayor pendía de un finísimo hilo hacia el abismo, pero no podía ceder, no cuando era quién estaba a cargo de la situación. Lo único que pedía es que su muchacho no se arrepintiera. – Ven, dame de tu calor – Rogó. Su miembro dolía mientras se mecía sobre el colchón, iba a hacer un hueco si seguía con eso, no lograba aliviarse ni un poco.

El alfa se dio cuenta del acto y su ceño se frunció, su pareja no debía buscar placer de esa manera, no cuando él estaba allí para darle sosiego.

–Duele, cariño... ven con Kookie. Dame amor – Jadeo una vez más mientras una nueva oleada de aroma brotaba llamando al lobo.

Yugyeom, si pensarlo dos veces, se lanzó sobre la cama. Giró a su compañero y llevo sus brazos por encima de su cabeza para detener sus movimientos.

–Estoy a cargo ahora, amor – Recorrió su rostro hasta detenerse en el dulce punto que hace mucho deseaba probar en profundidad y que ahora podía darse el gusto de consumir.

Atacó su boca sin premeditación, saboreó sus labios antes de forzar la entrada de su lengua en su interior y lo recorrió en busca de la otra. Gimió alto cuando sus músculos húmedos y calientes se rozaron, colocó una mano en su nuca y guió los movimientos para ir más profundo. El beso era brusco, caliente y magnifico. Ya lo había hecho despacio demasiado tiempo, el necesitaba ser rudo ahora.

Jungkook luchó por zafarse, quería abrazarlo, tocarlo pero su alfa tenía más fuerzas que él en esos momentos. Levantó las caderas cediendo al rudo beso y buscó calmar su excitación rozando sus miembros juntos mientras sus lenguas tenían un caliente encuentro entre ellas.

El alfa tuvo que soltarlo para sujetar sus caderas y fijarlas al colchón, entonces las manos del omega se aferraron a sus hombros y sus uñas se clavaron profundamente en su piel mientras lo atraía más cerca.

–Mierda, Jungkook – Siseó liberando sus labios

–Te deseo, Yugyeom, lo he hecho desde siempre. Pero ya no puedo contenerme más – Suplicó

– ¿Sabes cuánto tiempo he esperado por escucharte decir eso? – Murmuró sobre su boca, introduciéndose dentro de ella una vez más para separarse bruscamente unos segundos después

–No lo sé ¿Fue mucho? –

–Básicamente desde que descubrí que mi pene tenía otra función aparte de orinar –

¡No soy un bebé! × YugKookWhere stories live. Discover now