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Estaban recostados sobre el sofá azulado de la sala del departamento de Jungkook, los días de relativa tranquilidad parecían volver de a poco. En la pantalla al frente de ellos se transmitía una de esas películas de los noventa que le encantaba ver al omega. Yugyeom acarició su cabello con suavidad, su compañero tenía su cabeza en sus piernas mientras el resto de su cuerpo se extendía sobre el mueble.

–No entiendo cómo es que me estás haciendo ver esto – dijo el alfa mientras rodaba sus ojos ante la escena en la que la protagonista lloraba la pérdida de su amado

–Estas aquí porque quieres ¿Recuerdas? –

–Estoy aquí porque te quiero – le recordó sin detener los movimientos sobre las hebras de su pelo

Jungkook suspiró.

Sí, esto era todo lo que necesitaba para ser feliz: un alfa que lo quisiera, una casa cómoda y el sustento de todo los días... entonces ¿Por qué no se sentía del todo correcto? No quería pensar en lo que había renunciado por hacer feliz a su compañero, no quería siquiera entender las implicancias que aquello tendría en su futuro.

Todavía iba a terminar su carrera, se graduaría y encontraría un trabajo que su profesión cubriera, luego, con el tiempo, él quedaría en cinta y tendría un cachorro con Yugyeom, seguramente dejaría el trabajo para dedicarse a su hogar y convertirse en el omega hogareño convencional. Sin embargo, aquella lluvia de profecías le hacía doler el pecho.

Basta, Yugyeom está aquí y él es feliz. No seas egoísta.

Se dijo a si mismo mientras se perdía en el tacto suave del alfa, se obligó a respirar hondo para tomar un poco del aroma sereno del chico y cerró los ojos. Reprimió una lágrima y se dio un golpe interior por tan absurda sensibilidad.

–Recuerda que almorzaremos en mi casa, hoy. Mis papás quieren hablar con nosotros –

–Uumh, lo recuerdo – Usó toda la fuerza que le quedaba para ahogar su voz estrangulada y se enfocó en la película.

Eso no ayudó.

No ayudaba ver a Patrick Swayze mientras hacia todo lo posible para salvar a su novia Demi Moore a pesar de estar muerto y no tener medios para hacerlo, aun así él lo estaba dando todo para finalmente renunciar a eso y descansar en paz. Mierda, las lágrimas estaban abordándolo otra vez.

– ¿Sucede algo? –Yugyeom no podía obviar cómo había cambiado el ambiente alrededor de ellos. Aunque quería fingir que ignoraba la melancolía de Jungkook sabía a qué se debía todo.

Solo había pasado un día desde que el mayor le había informado que renunciaba a su beca y aunque eso lo hizo feliz, una parte de él no se sentía del todo bien. Había querido pensar que con los días todo se establecería en una rutina simple y armónica y aunque así fue, algo se había quebrado en ellos.

–Nada – fue toda la respuesta que dio el omega, pero ese nada estaba tan lleno de todo, tan lleno de pensamientos guardados... y cuando alguien guarda tanto de sí mismo termina por perderse en algún punto de ese lugar.

Él quería pensar que no tenía nada que ver en la decisión del omega. Fue él quien se dirigió a la universidad y renuncio voluntariamente a la beca, no, Yugyeom no tenía nada que ver. Había aceptado su decisión y la respeto ¿Verdad?

Iba a decir algo, su alfa estaba inquieto y no le gustaba la distancia emocional que poco a poco se iba generando entre ambos, y la maldita película del fantasma enamorado no estaba ayudando en nada.

–Jungk...-

El timbre sonó tan inoportunamente como siempre, el omega levantó la cabeza de su regazo y él sintió la falta del calor de su cuerpo sobre el suyode inmediato. Jungkook ignoró su intento de hablar y fue directamente a atender al visitante.

¡No soy un bebé! × YugKookWhere stories live. Discover now