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Yugyeom llegó a su casa, estaba visiblemente molesto. Su entrecejo arrugado en medio lo delataba, además de que su esencia denotaba amargura. SeokJin pensó que esto se debía a que había sido obligado a volver a su hogar luego de haber establecido el vinculo, pero todo esto se esfumo cuando el cachorro se acercó a él y beso su mejilla a modo de saludo. Quiso preguntarle, quería conseguir información sobre la molestia que lo aquejaba pero sabía que era mejor darle su tiempo. Pero de una cosa estaba seguro: era por Jungkook.

El cachorro subió a su cuarto y azotó la puerta detrás suyo, ignoró los llamados de la pequeña Lisa cuando intentó mostrarle su nuevo paso de baile y se encerró. No quería escuchar a nadie, ni ver los ojos del sabelotodo de su padre que gritaban en silencio "sabía que esto pasaría".

¡Tres meses sin Jungkook! Lejos de su omega, de su calor y sus bellos orbes amielados en los que se sentía seguro y feliz. Tiró de sus cabellos con frustración y se dejó caer en la cama mientras una lluvia de posibilidades se regaba en su mente.

Podría escapar de su casa, irse con su pareja y permanecer de incognito cerca suyo sin perjudicar sus estudios. Pero tendría que dejar su propio instituto, perdería un año y eso extendería el tiempo que necesitan para estar juntos.

Tal vez si hablara con Kook, él podría entender su necesidad casi enfermiza en la que ahora lo necesitaba cerca, quizás se quedaría. Jungkook era un buen alumno, sabía que tenía las mejores notas y lo más probable es que sus profesores le podrían conseguir un lugar dentro de la ciudad. Pero ¿Y si no se quedaba? ¿Eso significaba que lo amaba menos? ¿O que no lo amaba en lo absoluto? Demonios, ni siquiera estaban tan establecidos como para decir que el mayor se moría de amor por él y que haría cualquier cosa por mantenerlo feliz.

Antes de que su peyorativa continuara el sonido seco de la puerta emitiendo dos golpes lo bajó de su nube, apoyándose sobre sus codos en alerta le permitió la entrada al que fuera que tocase. Habría creído que era Jin o Lisa, ciertamente no se esperaba ver a su padre alfa entrando a su habitación, con su porte elegante y enfundado en su traje de oficina.

–papá... –anunció sorprendido, mientras Jin les había dado una charla sobre lo oportuno o no de su relación, no sabía la reacción que podría tener Namjoon con respecto a eso. No podía leer en expresión, era ilegible, no estaba molesto pero tampoco desbordaba felicidad.

Se sentó al borde la cama esperando a que el alfa terminara de acercarse a él y no relajo sus hombros hasta que lo escucho soltar todo el aire de sus pulmones y bajar la rigidez de sus hombros duros.

–Hola hijo – La voz dura del alfa le erizó la piel, él también podía ser un alfa ahora, pero reconocía la autoridad de Namjoon y sabía que estaba en su territorio –Hueles a alfa... en su mayoría –

Yugyeom entendía que, en realidad, olía a una mezcla exótica entre su alfa y su omega recién marcado pero era un buen augurio que el alfa no lo destacara.

–Sí, yo me presente hace unos días –

–Felicidades – Palmeo su espalda –Supongo que por eso no te veía por aquí... –

Esto estaba saliendo terrible, sabía que Namjoon tenía algo para decirle pero no lo hacía, en lugar de eso la charla se sentía forzada y tensa y entre ellos la cosa nunca era así. A diferencia de otros padres con importante cargos de trabajo, el alfa había sido tan presente en su día a día como solo un excelente padre podría serlo, todo fluía en armonía entre ellos y podían hablar de cualquier cosa mientras. Así que suponía que si esto no estaba saliendo tan bien era porque el alfa estaba allí por mandato de su padre omega.

–Esto apesta, ¿verdad? – Namjoon rió – No se supone que esté aquí diciéndote esto pero tu papá allá abajo quiere saber ¿Qué ha pasado con Jungkook? –

¡No soy un bebé! × YugKookWhere stories live. Discover now