I'm a wolf (Girls generation) Fanfic español

CAPÍTULO 27 []

¿Qué les parece si hacemos una maratón con varios capítulos de I'm a Wolf el mismo día?

¿Quién aquí está leyendo La Tenue Danza del Efecto Mariposa?

¿Qué tal si comentan mucho en los párrafos? Puede haber sorpresa

Aparte del enorme moretón en la espalda, producto del fuerte golpe contra el tronco del árbol, Yoona tenía una costilla rota y una cortada sin importancia en la cabeza.

Estaba sobre la cama de hospital, consciente pero con los ojos cerrados, respirando con impaciencia el aroma de la morena, quien no se había separado de ella por nada del mundo. En un momento, que no supo evitar, Yuri tomó su mano derecha, que estaba extendida sobre el colchón, y la apretó cariñosamente entre la suya.

—¡Cariño! —la voz preocupada de un hombre se abrió paso y llegó hasta sus oídos.

Ella, reconociendo la hipocresía de su tono y el olor del hombre más temido, abrió los ojos de golpe. Lo vió parado en la puerta de la habitación de hospital y sintió temor, aquel sentimiento acompañado de la ira que desprendía su mirada, alertó a Yuri, la morena contemplaba la escena con curiosidad, sin soltar la mano de Yoona. Fue entonces cuando Yoona apretó con fuerza y temblor la mano de Yuri, que la morena sospechó quién era aquel hombre de aspecto elegante y sonrisa maliciosa.

—Robert —pronunció Yoona en un susurro. Entonces Yuri recordó que fue ese nombre el que escucho a Yoona gritar en sus pesadillas.

Desde donde estaba podía escuchar los violentos latidos del desesperado corazón de la mayor. Yoona se veía pálida y el hombre se acercaba a paso lento a la cama. Yuri se levantó de golpe y se interpuso entre él y Yoona.

—Disculpe, señor. Ella necesita descansar ahora. Por favor, acompáñeme afuera —habló con educación, tratando de sonar calmada para que él no supiera de sus sospechas.

Él la examinó, de arriba hacia abajo, dejando ver un brillo lujurioso en su mirada y la perversidad en su sonrisa, pero su actuación, a continuación, fue digna de un premio Oscar.

—¡Oh! Lo siento —se disculpó, mostrándose avergonzado. Giró  sobre sus talones y  agregó—. Estaba tan preocupado por Mi Mujer que me he comportado imprudentemente.

Yuri no dejó pasar por alto la forma en que el hombre resaltó el posesivo de la oración, dijo: “Mi mujer”, de una manera que dejaba claro que no permitía que nadie más se le acercara, porque la pertenencia, como un objeto, Incluso sintió un escalofrío recorrerla. La morena contuvo la ira y salió detrás del hombre, escoltando para que no se regresara.

—¿Quién es usted? —la interrogó el hombre. Sonaba imponente, y no solo eso, se veía poderoso.

—Llegué aquí con ella, la encontré en el lugar del incidente. El doctor me dio instrucciones sobre su cuidado, eso es debido a la falta de personal y mis conocimientos de medicina —explicó Yuri. Trataba de sonar tan creíble como fuera posible, en cierta medida no estaba mintiendo y eso la ayudó.

Él asintió y se pasó una mano por el cabello, era castaño claro, peinado casi completamente hacia atrás, no estaba muy recortado y una barba de pocos días le acompañaba a su estilo.

—¿Cuál es tu nombre? —curioseó el hombre con interés. Yuri volvió a ver ese brillo que le inquietaba en sus ojos oscuros.

—Neeja —respondió haciendo todo lo posible por ocultar el nerviosismo que su mirada le causaba. Era aquella la mirada que veía en los ojos de un lobo cuando observa a su presa, seguro de que no se le iba a escapar y que pronto podría devorarla.