Epílogo.

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Bruce entró a la cocina; su reserva de alimento y café, se le habían terminado. Era hora de asomar la cabeza de su laboratorio y salir al mundo de la torre de los Avengers. Pensó en visitar a su amigo Tony y llevarle de camino unas donas  y platicar un rato, tal vez.

Cuando abrió la puerta de la cocina,  sus pies se enredaron con una toalla, casi se cae de bruces. Estaba seguro que ese había sido Tony, quién sabe que carajos había estado haciendo en los últimos dos días. Mientras caminaba hacia el refrigerador, vio que la toalla no era la única prenda que yacía sobre el suelo. A unos pasos estaba una playera arrugada, más allá un par de tenis aventados sobre la loza, y más allá unos pantalones.

Bruce frunció el ceño, decidió seguir aquel extraño camino, y salió por la segunda puerta de la cocina, la que daba a la sala común. Y de pronto, una risa llegó hasta él desde el sofá frente a la televisión.

—Ah, espera, espera—era la voz de Tony.

El castaño de pronto apareció en su campo visual, se había incorporado y la mitad de su cuerpo desnudo era visible por encima del respaldo del sofá. Su cabello despeinado, las marcas rojas en su cuello y hombros,  le indicaron a Bruce que debía retroceder lentamente y desaparecer, porque su amigo estaba con alguna chica en una sesión sensual.

Pero antes de que pudiera retroceder un paso, vio al acompañante de su amigo emerger también por encima del sofá, para atrapar el rostro de Tony y atraerlo en un beso; no era una chica, ¡era Steve! Bruce imaginó lo que estaba pasando detrás del respaldo, justo dónde no podía ver: Tony debía estar sentado a horcajadas sobre la pelvis de Steve. No se atrevió a imaginar sobre que más estaba sentado. Se le cayó la taza de té relajante que se había preparado, y el estruendo que hizo, obligó a los amantes a salir de su burbuja.

—Brucie—Tony le sonrió luchando con un Steve, quien, ni así, detuvo el beso que pretendía convertirse en una marca más en su cuello—, si estabas aquí.

—Pe...pero...—Bruce los miró estupefacto— ¡¿De qué me perdí?!

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Les dije que era pequeño. 

Aún así espero que les haya gustado.

Amo los multiuniversos, y más cuando en todos estos dos están prácticamente casados. 

Si llegaron hasta aquí, ¡mil gracias!

¡Nos estamos leyendo!

Más pilones para rellenar el espacio (?)

Más pilones para rellenar el espacio (?)

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Steve, yo y mis otros yoWhere stories live. Discover now