One | Tweek

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Tweek estaba en el baño, temblando y con los ojos cristalinos, lágrimas amenazaban con salir de sus pequeños ojos. Su corazón palpitaba fuertemente y unas ganas de reventar todo y arrancarse el cabello también.
Sintió unos golpes en la puerta y se asustó. Lavó su cara rápida y torpemente.  La persona que tocaba, entro.

—Hey... ¿que pasa?.— suspiró un poco más tranquilo, solo era Eric. Sonriendo roto y con lágrimas abrazo a su mejor amigo, lloro en su hombro y no lo soltó. El más alto devolvió el abrazo y acarició un poco el cabello de su amigo para que se calmara. — Tweekers, ¿que pasó?.—  un murmuró y sollozó débil salió de los labios del rubio. Eric no entendió pero decidió no volver a preguntar.

Se quedaron así unos minutos hasta que escucharon la campana que daba comienzo al receso. El castaño separó suavemente a Tweek de su pecho y le limpió las lagrimas. Desde que se había vuelto su mejor amigo, había cambiado. Ayudó a Tweek tanto como el rubio lo ayudó a él. Las circunstancias fueron raras al principio, Eric seguía siendo ese narcisista, neonazi asqueroso que todo el mundo odiaba, un culo gordo que no querían soportar, un grano en el culo; pero cuando un día molesto a Tweek y este se derrumbó, se sintió mal -muy raro en esos tiempos porque joder, Cartman era una abominación de ser humano.- se acercó a Tweek y el chico nervioso empezó a temblar y arrancarse los cabellos segundos después, grito que era mucha presión y miro a todas partes, el castaño se preguntó dónde estaría Craig para calmarlo, pero ese pelinegro no estaba allí; no más. No tuvo opción que abrazarlo y calmarlo, al principio el rubio se resistió y quiso escapar pero a los minutos simplemente aceptó el abrazo de ese Niño que tanto odiaba la gente y lloro por primera vez en el pecho de este. Pasó el tiempo y cuando Cartman logró estabilizar a Tweek, este lo ayudó.

Ahora el castaño no era tan odioso, había bajado de peso y ahora leía muchos libros, escuchaba música y no hacía tanto daño como pasatiempo. Había dejado de molestar a Kyle, aunque aveces si que lo hacía, por rutina más que todo. Se aprendieron a apoyar entre ellos y así terminaron siendo mejores amigos; hasta hoy.

—Todo va a estar bien, Tweek. Vamos al receso, anda.— le sonrió y abrazo pasando sus brazos sobre los hombros del otro. El rubio sonrió de vuelta y salieron juntos a sentarse en una banca. Eric saco un sándwich que había traído para Tweek y una manzana para el; empezaron a comer.

— Gracias, Eric.— murmuro audible. El otro asintió y le dio una mordida a su manzana. Seguía siendo indiferente aveces pero no importaba.— I-ire a- a por un c-cafe.— se paró y caminó hacia la cafetería. El castaño sacó un libro y se puso sus audífonos. Empezó a leer mientras comía y esperaba a su amigo.

El rubio caminaba pero escucho como unos chicos detrás de un arbusto lo llamaron. El nombrado se asustó y quiso correr pero unos brazos lo jalaron.

— Necesitamos tu ayuda, Tweek.— abrió los ojos y allí estaban algunos de sus amigos. Estaba Kyle, Stan, Butters y kenny mirándolo.

—y-y-yo.—- miró a todos lados, a lo lejos se veía a su amigo comiendo mientras leía; acaso estaban espiando a Cartman?

—ya sabes, con el gordo que ya no es gordo.— dijo el pelonegro.

—Dirás, ayudarme porque solo uno puede tenerlo, y ese seré yo.— sonrió superior. Todos miraron mal a Kenny. —

—Cállate, Kenny.— Irrumpió stan. Butters se acercó a Tweek y le sonrió. A los pocos segundos kenny volvió a hablar.

—D-digo... podemos preguntarle discretamente que piensa de nosotros. Y Tweek, tu eres cercano a el desde hace tiempo, deberías ir. —miraron al rubio nervioso que empezaba a temblar.

I want the fatass! || South Park Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora