Soy contigo // Damona

24

Simona

No podía pensar con claridad, y las piernas no me dejaban de temblar. Subí los primeros escalones y me apoye contra la pared para tratar de calmarme. ¿Cómo un sólo beso podía tener tanta influencia en mí? Suspire, me acomodé el pelo y terminé de subir las escaleras. En el living estaba Johnny hablando con Javiera, que extrañamente, tenía las mejillas sonrojadas. Miré el piso para que no noté nada raro y me metí en la cocina donde esta Lucre y Oscar.

-Pero la pucha ¿Ninguno esta solo hoy?-pregunté interrumpiendo una conversación muy intima.

Oscar se aclaró la garganta y dió un paso atrás.

-Yo...me estaba por ir.

-Que raro- dije mirando a Oscar yéndose- No dijo ningún comentario. Ningún chiste, nada. ¿Que le hiciste Lucre?

-Nada, no le hice nada- respondió Lucre nerviosa. Se enderezo y me clavo la mirada.

La pucha se habían intercambiado los papeles muy rápido.

-¿Y vos?- preguntó - ¿Donde andabas? ¿Que pasó con tu pintalabios?

-Es que...estaba...yo...estaba comiendo algo a escondidas y nada..eso..

-Hay que hacer los baños de arriba- me dijo Lucre, mirándome sospechosamente, no me había creído.

A penas salí de su campo visual saque el celular.

-Dante-le mande el mensaje- Límpiate la boca, que no te vea nadie.

Como no me respondía, subí por la escalera de servicio hasta el baño de arriba.

-¿Porqué? ¿Que tengo? ¿Como me podes ver?-me mandó a los minutos.

-Te...pude haber manchado con el pintalabios.

Lo único que me mando fue caritas riendo.

Dante

Me limpié con un almohadón de los tantos que había en el sillón, y prendí la play para jugar un partidito.

A los minutos, como si tuvieran un sensor para saber cuando estoy usando la play, aparecieron mis hermanos y comenzamos a jugar todos juntos.

-El que pierde se paga algo- propuso Romeo.

-No, no, no. Yo con Dante no apuesto, nunca paga las apuestas.

-Que mentiroso que sos, Junior.

-La vez que anduve desnudo por la casa, tenían que ser 100 pesos, nunca los pusiste.

-Yo no había participado- Respondí estirandome en el sillón mientras que Junior seguía discutiendo y jugando un partido contra Romeo.
Pense en el beso de hoy con Simona, pensé en su sonrisa, en su carisma, en su abrazo, pensé en ella porque como le había dicho una vez, es una reconstructora de Dantes.

Simona

Eran casi las doce de la noche y estaba con Dante en la cocina. Lo tenía enfrente mío, en la mesa había un plato con unas milangas y una ensalada.

-¿Como estas? Después de lo que paso, no lo hablamos.

-¿Con que?- le pregunté mientras corté un pedazo de milanga y me lo mandé a la boca.

-Con lo de tu tío. ¿Supiste algo más?

-No, no supe nada, pero todavía no le conté a la mamma tampoco, no se que hacer.

Dante me sirvió jugo y tomó un poco.

-Contaselo, capaz sepa algo de ellos.

-Si, puede ser, pero es que no se si quiero saber.

-¿No queres saber sobre tu pasado?-me preguntó mandándose un pedazo enorme de milanga a la boca.

-Si, pero me da miedo. Lo único que se, es mi mi papá esta muerto y ni mamá me abandono.

-¿Y que te da miedo descubrir?- preguntó masticando.

-No sé, la verdad que no sé.

El se levantó y me abrazó, lo envolví con mi brazos y apoyé mi rostro en su pecho. Me relajé cuando empece a escuchar sus latidos del corazón.

-¿Estas mejor?-me preguntó minutos mas tardes.

-Si, gracias.

Junior

Como estaba enojado con mi hermano, llamé a Agus.

-Hola Junior- hablo ella con un tono de voz alegre.

Sonreí, la extrañaba.

-Agus, ¿Nos podemos juntar?

-¿Ahora?-preguntó, y por su tono de voz supe que estaba con alguien.

-Si, Agus, ahora, te necesitó.

-Bueno, ¿En una hora en la plaza?

-Dale, nos vemos en una hora en la plaza- le respondí con una sonrisa.

-Dale, nos vemos.

Me tiré en la cama sonriente. Aunque sabía que Agus se estaba viendo con alguien más, hoy la podía recuperar. Lo iba a intentar por lo menos. Me despertó las risas de mi hermano riendo con Simona, lo cual fue raro.

-¿Y Dante?-pregunté frotándome los ojos.

-Creo que esta hablando con Mauro en el playroom- me respondió Romeo y volvió a mirar a Simona- Bueno, y en ese momento no sabía que habíamos dejado a Dante en la playa, y donde nos estábamos quedando era a 7 kilómetros de la playa. Nos odio por el resto de los días que quedaban de vacaciones.

-¿Pero como no se dieron cuenta que les faltaba un pibe?-preguntó Simona riendo y limpiando la cómoda que estaba al lado de la cama.

-Voy a buscar a Dante- avise, pero ninguno me escucho.

Salí del cuarto y fui rápido al Playroom. Como escuche que estaban hablando, me quede en la escalera escuchando.

-Tene en cuenta que en vos no confió, pero te pongo un voto de desconfianza porque Junior cree en vos. ¿Lo entendiste?

-Si, hijo, lo entendí. Gracias.

-No me des las gracias a mi, dásela a Junior.

Cuando Dante empezó a subir las escaleras, yo hice que recién llegaba.

-Dante- le dije en modo de saludo.

-Junior.

Estaba serió, de mal humor seguramente.