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Simona

Era muy tarde ya, pero estaba con Dante en el playroom hablando sobre series, películas y libros. El estaba apoyado en un respaldo del sillón y yo del otro, entrelazando nuestras piernas.

-Simona...Ahora que lo pienso...Te faltaron tomar clases- me dijo Dante mirando el teclado.

-No se si me voy a poder concentrar...

-¿Porqué?

-Por vos.

-¿Y que hice?

-Que no hiciste- le repliqué, él se levanto, y se acostó al costado mío- Dante, esta bien que seamos dos enanos, pero no entramos.

-¿Enano? ¿Cómo enano?

-Y bueno tampoco medís 1,80-le respondí mordiendome el labio a final de la oración.

-Sabes que... Ahora no te mereces un beso mío...

-¿Cómo?-le pregunté.

-No, me dijiste que no mido 1,80.

-Dante, me estas cachando. Decime que me estas jodiendo, dale

-No, es verdad.

Se dió vuelta en el sillón, en el intento, casi me tira.

-A ver- le dije dándolo vuelta y subiéndome arriba de el- ¿Cómo es eso que no me vas a dar un beso? Nos besamos cuando yo quiero. Y ahora quiero un beso.

Le agarré el rostro con ambas manos y lo besé, no tardo ni un segundo en corresponderme el beso. Primero fue lento y despacio, y de a poco comenzó a convertirse en un beso apasionado. Unas de sus manos fue a mi espalda y comenzó a bajar de a poco, me separé un poco para recuperar el aliento pero al instante, su otra mano me agarro el rostro y me siguió besando, le devolví el beso con la mismas ganas.

-Dante- le dije separándome un poco de su boca.

-¿Si?

-Es mi lugar de trabajo.

-Por favor, no empieces con eso, es mi casa.

-Sigue siendo mi lugar de trabajo.

-Shh

Acerco su boca nuevamente a la mía.

-Me podes seguir enseñando a tocar- le propuse mientras me daba besos mientras hablábamos.

-Ya te estoy enseñando algo.

-Dante, sigo siendo una Dama.

-Bueno, esta bien-me dijo dándome una palmada en el culo- Levántate así te enseño.

-Dante, sigo siendo una dama.

El se rió y yo salí de arriba de el. Fuimos al teclado y me miró.

-¿Estas segura?

-Si, me interesa mucho aprender con vos- le respondí- ¿Que pones esa cara?

-Nada, nada- me respondió riendo.

Me acerque el y me cruce de brazos, sería.

-No, decime.

Pero no me hizo caso, me dio vuelta, me puso entre el teclado y el, y separo mis brazos. Mi cabeza me obligaba a darme vuelta y negarme, pero el contacto de sus manos y la cercanía de su cuerpo, no me dejaban pensar con claridad.

-¿Te acordas de las notas que te dije anoche?- me preguntó susurrando en mi oído, haciendo que se me erice la piel.

-Pff ¿Cómo olvidarme?

-¿Cómo?-me preguntó, y supe que estaba sonriendo.

-Que si, que me acuerdo.

-Genial, tócalas.

Toque las que me había enseñado, apoyo ambas manos en mi cintura para que yo sola toque las notas, y descanso su barbilla en mi hombro.

-¿Lo hice bien?-pregunté.

-Perfecto- me respondió, me agarro la barbilla con su mano izquierda y me beso.

-Sigamos con el resto.

Miento si digo que preste en atención a todos los detalles, era imposible. A penas podía comprender cuando me decia esta es "Mi" esta "la" esta "Sol", no podía pensar como debería, hasta que me cansé. Me di vuelta y lo besé con todas las ganas que tenía, lo agarré de la remera para unir nuestros cuerpos y el puso una mano en mi cintura baja y otra en mi nuca para profundizar el beso.

-Tremenda Dama sos.

-Shh- le dije sonriendo y volviéndolo a besar.

-¿Perdonen, interrumpo?-preguntó la voz de Romeo desde las escaleras.

Dante

-Si, hermano, estamos algo ocupados- le respondí.

-Lo siento- se disculpo y se sentó en el sillón- No quería interrumpir.

-Me parece que quiere hablar- me susurró Simona.

La agarré de la mano y me senté en el sillón junto con mi hermano, y senté a Simona en mi piernas.

-¿Que te pasa?-le pregunté a Romeo, que trataba de ignorar el echo de que a estas altura Simona y yo teníamos mucha cercanía.

Empezó hablar de Mauro, de como se sentía, también hablo de Lula y de Londres. Fue una noche larga.

Soy contigo // DamonaWhere stories live. Discover now