Cuento de Brujas

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Mi nombre es Lizbeth Estefanía Carrizo actual mente tengo 16 años, pero la historia que les voy a contar a continuación ocurrió a los tres meses, antes de cumplir 15. Soy algo alta para mi edad, tengo la piel blanca, y cabello negro; me han dicho que soy de mirada coqueta y sonrisa traviesa. Tengo dos hermanos, uno más grande que yo, que asiste a la preparatoria, y otro que en ese entonces tenia 9 años. Unos meses atrás acababa de cortar con mi pareja, no era una relación estable por lo que decidí cortarla a los 4 meses; a decir verdad, creo que si duramos bastante.

No se, si todo empezó cuando con un grupo de amigos fuimos a las ruinas de un convento, ubicado en un pueblito donde realizaba misiones católicas. Recuerdo que Jared, un chico de 13 años y yo nos separamos del resto, entramos a una zona donde había una santa muerte y demás cosas de brujería, como huesos de animales y varias veladoras. Espantados nos fuimos corriendo donde los demás y le dijimos lo que habíamos visto.

En esa misma noche observamos varias sombras alrededor de la capilla, no tenemos claro si se trataban de entidades del mas allá, o de personas que nos andaban vigilando para causarnos algún tipo de daño, afortunadamente no ocurrió nada malo.

Lo fuerte empezó cuando regresamos a casa, yo vivo a las afueras de la ciudad, por lo que está muy solo, no hay muchas casas. Por las noches yo empecé a sentir que alguien me observaba a través de la ventana, trataba de escrutar a quien me vigilaba, pero no logré dar con aquello que me veía. Tenia el mal presentimiento de que eso era por visitar aquella sección de las ruinas, en mi mente tenía presente aquella imagen de la santa muerte, provocando que un fuerte escalofrió me invadiera cuando la recordaba, me ponía a rezar, eso me tranquilizaba un poco, pero la sensación de sentirme observada no disminuía.

Fueron varias noches en las que pasaba lo mismo, empecé a tener insomnio, a dormirme en la escuela, provocando que mi estado de ánimo disminuyera, junto con las ganas de comer; cuando me pese, a la semana, me di cuenta de que había bajado como 2 kilos.

Una noche soñé que estaba con mi hermanito afuera de aquel convento, agarrándolo de la mano, sentía mucho frio, y una extraña sensación de abandono, entonces escuchaba a la lejanía una risa chillona que retumbaba en mis oídos, el miedo me invadía conforme esa macabra carcajada se acercaba, y cuando la sentía muy cerca comenzaba a correr aferrando la mano de mi hermano, tratando de alejarnos lo mas posible de ahí. Corría sin mirar atrás, sin importarme nada mas que nuestra vida, más cuando me detenía, me daba cuenta de que mi hermano Samuel ya no estaba conmigo.

Miraba hacia las ruinas que estaban a lo lejos, preocupada por que mi hermano se encontrara en ese lugar, con un vuelco en el corazón porque me lo habían arrebatado de las manos, ahora siendo victima de no se que cosa. Alzaba la vista y observaba que una brillante bola de fuego se dirigía a toda prisa a donde estaba, entonces despertaba llorando y sudando frió.

Recuerdo que quería ir hacia donde estaba mi hermano, pero una fuerte sensación oprimía mi pecho, era como si algo maligno se encontrara conmigo en mi recamara, por lo que me tape con las sabanas tratando de convencerme a mi misma que todo estaba bien, que no había nada de que preocuparme, que aquello había sido un simple sueño.

Observe la hora en mi celular para darme cuenta de que eran las 3 y tantas de la madrugada, así que rece y me volví a dormir. Al despertarme mis padres me preguntaron si me encontraba bien, ya que tenía marcadas las ojeras que mostraban mi falta de sueño. Les dije que si para que no se preocuparan de aquellas posibles alucinaciones que creaba mi cabeza.

Le mensajeé por WhatsApp a Jared para averiguar si el le pasaba lo mismo, me contó que el tampoco había podido dormir muy bien que digamos, no me dijo que tuviera pesadillas, pero también se sentía extrañamente observado. A la noche del día siguiente hablamos por teléfono, diciéndome que un ave muy grande como para ser un guajolote, veía fijamente hacia su habitación.

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