Primer contacto

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Días y meses habían pasado, Izuku y Yagi se encontraban en londres-Inglaterra. Durante aquel tiempo el peliverde entreno todos los días junto al rubio, le enseño defensa personal, el uso del peso de su cuerpo como fuerza al momento de golpear, llaves para inmovilizar a cualquier persona, puntos débiles a los que apuntar; clavícula, tráquea, articulaciones, etc. Todo tipo de técnicas dignas de alguien que había estado en el ejército, pero ahí había una incógnita, Yagi Toshinori nunca había ido al ejército.

El mayor comento que durante uno de sus viajes en Estados unidos conoció a un mujer que le enseño cómo defenderse y utilizar todo tipo de armas.

–Ella es la persona que más admiro en mi vida ¿Puedes creerlo? Una mujer Omega ingresando al ejército y convirtiéndose en comandante de su propio escuadrón. –dejo salir una pequeña sonrisa. – Dijiste que yo era increíble joven Midoriya, pues ella era infinitamente superior a mi.

– ¿Era? –pregunto el joven al notar que Yagi hablaba de la mujer de forma lejana.

– Si, ella murió en servicio el mismo año que Inko. –el joven se incómodo ante el comentario que había echo.

El silencio dominó por un momento hasta que Yagi mencionó que tenía hambre. Fueron a un pequeño restaurante oculto entre calles de la ciudad pero de muy buena calidad, en el lugar pidieron la especialidad de la casa que consistía en carne de cerdo bañada en vino tinto.

En un rincón del lugar había un hombre de cabellos celeste cenizos que observaba detenidamente al peliverde, por supuesto Yagi noto la mirada de aquel hombre y dió un empujoncito al peliverde para que lo notara.

Dentro de unos meses se cumpliria un año desde la cancelación de la boda, para Toshinori era bastante tiempo pero para el peliverde lo contrario, aún en algunas noches el joven lloraba en silencio empujando su cabeza contra la almohada para ahogar los ruidos del llanto, recordaba aquellos momentos junto a su infiel alfa.

Yagi dio un suspiro por su intento fallido, se paro de su asiento y se dirigió al baño, justo al momento de que entrara al lavado Izuku fue abordado por el sujeto que no le quitaba la mirada de encima. Se sentó en el sitio de Yagi y apoyo su cabeza en la palma de su mano dejando salir una liviana sonrisa.

¡Oh - por - Dios! Ojos carmesí y cara de delincuente ¡Justo su tipo! Izuku trago en seco y desvío la mirada mientras tomaba un poco de cola.

–¿Aquel hombre es tu pareja? Aunque lo dudo, no tienen esa aura de enamorados. –dijo el sujeto con tono lúdico.

–Eso no es de su incumbencia señor.

–¿Señor? –rio un poco –No creo ser lo suficientemente viejo para ser llamado señor. –Izuku seguia sin mirarlo al rostro. –Vaya, eres un Omega encantador. –el peliverde reaccionó de inmediato y miro con asombro al contrario. –Hasta que volteas a mirarme. –volvio a reír por la expresión de miedo en la cara del contrario. –Oh, no te alarmes, no sabía que eras un Omega, lamento decirte esto pero caiste en mi pequeña trampa, tu mismo te delataste. –sonrió triunfante.

Izuku se sintió un poco derrotado y estúpido por haber caído en el juego –Y nada de eso tiene que ver con usted ¿Podría retirarse?

–Waw, que frío, así nunca conseguirás un alfa. –una pequeña brisa gélida recorrió su espacio, supo que había metido la pata.

–¿Alfa? JA. Ya tuve suficiente de alfas. ¿Quien los necesita a ustedes y sus estúpidas feromonas? Pueden pudrirse todos. –miro al contrario directo a los ojos de manera enojada, la conversación se mantuvo en silencio y en cuestión de segundos el celeste empezó a reír burlesco.

–Vaya, vaya, mala suerte con alfas –tomo un sorbo de la supuesta bebida perteneciente al Omega –Jajajaja que idiotas ¿Que estúpido cuerdo dejaría escapar a tan encantadores ojos esmeraldas? –aquellos ojos carmesí que le miraban fijamente, penetraban hasta lo profundo de su ser. Definitivamente ese sujeto era su tipo.

DESGARRADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora