Determinación

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Katsuki se hallaba en unos de esos bares ocultos donde el bartender escucha todas tus quejas sin ningún problema mientras te sirve el whisky más costoso del lugar. Ahogarse en alcohol era lo único que sabía hacer en momentos de depresión.

— Deja de servirle tragos Jiro-chan —un hombre irrumpió en el bar para apartar la bebida que Katsuki llevaba a su boca.

— ¿Qué demonios haces aquí Eijiro? ¿No deberías estar con tu querido Omega jugando a la familia feliz?

Aizawa fue quien le informo sobre el regreso de Katsuki a Tokio. Aún no se ponía en contacto con él por lo que supo de inmediato algo estaba mal, y que posiblemente fuera el Omega peliverde el causante de eso, con tantos años de amistad intuyo donde estaría. — Deja eso bro.

— ¡Cállate! ¡Jiro, sírveme todo el maldito licor que tengas, comprare el maldito lugar si es necesario! ¿Dime cuánto dinero quieres?

— Señor Bakugou, le recuerdo que el lugar ya es suyo. —respondió la mujer tranquila y serena mientras le servía un vaso con agua.

—En ese caso sírveme un trago o estás despedida

— ¡Suficiente! —el pelirrojo tomo a Katsuki y lo arrastró hasta la salida. —Jiro-chan lo siento, vendré más tarde y pagaré la cuenta. Buenas noches

Kirishima le llevo al lujoso apartamento que compartía con Denki. Los tres se conocían desde jóvenes, así que no había problema o incomodidad, pero en ese momento Katsuki no quería estar cerca de un Omega, fuera quien fuera.

—Oh vaya, aquí tenemos al tierno Omega de Eijiro. —estaba realmente borracho

—Bro...

—Dime Denki ¿Con cuántos alfas te has acostado? — se acercó al Omega casi como acosándolo, Kaminari enseguida se incomodó. —Todos ustedes son iguales, solo sirven para crear cachorros y abrir las piernas, es impresionante que aún no tengas uno, o es que no puedes tenerlos, o mejor aún, tienes uno por ahí tirado, malditos omeg...

Un fuerte puñetazo con mucha irá le fue dado directo en la nariz.

— ¡Si vuelves a decir otra maldita palabra sobre Denki o cualquier otro omega, te romperle la cara! —Eijiro le miraba con furia.

—Adelante, solo dije la verdad. —con la nariz sangrando y de milagro no rota, siguió con su estúpida charlatanería.

Eijiro listo para golpearle fue detenido por Denki quien sonreía un poco forzado.

—Ya es muy tarde, es de madrugada, Katsuki está borracho y no sabe lo que dice, posiblemente pasó algo con Izuku, yo estoy bien, así que no le des importancia a lo que dice, llévalo a dormir ¿Si? —Denki beso a su pareja y se retiró a la habitación que compartían.

Kirishima llevo al rubio a la habitación de visitas. —Si vuelves a decirle algo como eso a Denki, no voy a perdonarte. —le susurró al oído antes de acomodarlo en la cama.

En verdad se había comportado como un maldito idiota.

...

Por alguna extraña razón Katsuki tenía el don de recordar todas las cagadas que cometía en sus borracheras, pero solo recordaba las cagadas. Por fuerzas mayores se encontraba sentado en cama con solo sus bóxers, su cabeza le dolía al igual que su nariz y también estaba su maldita conciencia que no le dejaba tranquilo, recordaba a la perfección las palabras que le dijo a Denki, se sentía como una completa basura. Tenía que disculparse y su aliento apestaba alcohol, como les daría cara a sus preciados amigos.

La puerta fue tocada.

—Katsuki, traigo algo de comida. — el Omega abrió lentamente la puerta con una bandeja en manos.

DESGARRADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora