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Olive. 

De nuevo otra paliza, de nuevo la visión borrosa y no puedo hacer nada para evitarlo. Ya no siento los golpes que mi padre me está dando, tengo todo el cuerpo entumecido y pronto todo se torna negro.

Cuando vuelvo a abrir los ojos es por causa de la alarma. Es el primer día de Universidad, y la verdad es que no estoy lista para esto, no estoy lista para nada.

Miro mi antebrazo izquierdo y toco los cortes más recientes y las cicatrices de los antiguos. Hacer esto me hace sentir bien, puedo desahogarme y eso está bien.

Me levanto de la cama, lista para enfrentar el día que me espera hoy. Voy hacia el baño de mi habitación y tomo una ducha rápida, sin mirarme al espejo. Desde que mi padre se convirtió en un jodido alcohólico y comenzó a pegarme noche tras noche prometí no mirar mi reflejo. No quiero ver lo que mi padre hace en mi cuerpo.

Termino de alistarme, una sudadera de The Beatles, unos jeans negros y unas vans del mismo color que los pantalones, creo que está bien para un primer día. Cojo la mochila para salir del lugar donde vivo, o por lo menos, lo intento. He salido pronto de casa, por una parte es por los nervios de cómo me tratarán, siempre ha sido el hazmerreir de todos y me temo que este año será igual; por la otra es porque no quiero ver la cara del que se hace llamar mi padre.

Mamá murió hace un año, y papá no perdió el tiempo para ir cada tarde a emborracharse al bar de en frente y llegar por la noche sin poder sostenerse sobre sí mismo. Fuera de eso, tiene trabajo con el que puede pagar los gastos de la casa, pero pronto lo echarán si no cambia.

Por fin llego a la puerta de la Universidad, llevo mis manos a las asas de la mochila y las aprieto con fuerza. Odio esto.

Me adentro en el edificio, para ser tan temprano ya hay bastante gente. Algunos van en grupo y otros van solos, como yo. Conozco a unas cuantas personas, iban al mismo instituto que yo, ¿cómo no las voy a conocer?

Mierda.

Bajo la cabeza intentando pasar desapercibida frente a las personas que me han hecho la vida imposible desde que tenía trece años, y que seis años después siguen haciéndolo.

- ¡Vaya! Pero a quién tenemos por aquí... -dice Sasha sonriendo lobunamente a la vez que se acerca a mi.

- Sasha, -dice su hermana, Trisha, cogiéndole de la muñeca-. Creo que deberías dejar esto, estamos en la universidad, tenemos diecinueve años, madura un poco. ¿Qué sentirías si tu hija sufriera lo que Olive sufre?

Ella me mira con pena, mientras que Sasha lo hace recelosa.- Por esta vez te escaparás, pero no creas que va a durar mucho. -dice para después mirar a su hermana.

Sigo mi camino, después de soltar un suspiro y lanzar una mirada agradecida a Trisha. La mejor amiga de Sasha, Megan, comienza a gritar algo pero hago oídos sordos y llego a la taquilla que me han asignado.

No entiendo porqué Trisha ha actuado así, no suele ser propio de ella. Siempre ha sido el perrito faldero de su hermana, y ha hecho todo lo que ella le dijera. Tal vez se ha cansado de ser su marioneta.

Abro la taquilla y miro el horario que tengo en mi mano, Literatura, genial. Cojo los libros de las tres primeras horas para no tener que estar yendo y viniendo y los guardo en la mochila.

Cuando me giro el pasillo esta lleno de gente, parece mentira que solo hayan pasado cinco minutos desde que llegué. Decido empezar a buscar la clase de Literatura para no perderme, ni agobiarme cuando no quede nada para comenzar la clase.

Después de lo que parece ser una eternidad, encuentro el salón donde arriba pone " SALA DE LITERATURA " . Entro en la clase y decido sentarme en el final del todo, es mi sitio favorito, ya que los profesores suelen pasar más de ti y puedes hacer otras cosas mejores.

La clase se va llenando poco a poco, y como es de esperar, nadie se sienta junto a mí, aunque para mi es mejor en cierto modo, no soy buena haciendo amigos y menos hablando con personas. Desde que mamá murió todo me parece más complicado. Antes la tenía a ella y me ayudaba en estos casos, y en muchos otros donde no sabía qué hacer, pero la tuberculosis la cogió y no la soltó hasta que ella se fue.

Muevo mi cabeza, alejando los pensamientos de mi mamá y yo antes de ponerme a llorar en medio de la clase y miro a todas las personas. A veces quisiera ser uno de ellos para poder salir de la burbuja en la que me encuentro. Estar sola te hace estar en un ciclo de depresión del que no puedes salir. No hablas con nadie, no eres amiga de nadie, no tienes a nadie, no le importas a nadie.

El profesor entra y después de presentarse y explicar los criterios de evaluación frota sus manos.

- He pensado que para inaugurar el comienzo del año, podríais hacer un trabajo en grupo, y como la mayoría no os conocéis, las parejas las haré yo. -El profesor se gira mientras todos se quejan.

Imbéciles, se creen que por hacer eso va a quitar el trabajo.

El señor Williams escribe los nombres en un papel rápidamente fijándose en la lista de la clase y cuando la termina nos mira.

- Podéis acercaros para ver quién es vuestra pareja. -Dice echándose hacia atrás en la silla.

Me levanto de mi pupitre y me acerco a la mesa, todos están ahí en un semi círculo y me cuesta un poco ver mi nombre.

Cuando logro verlo, sigo los puntos y abro los ojos. Harry Holland. Me ha tocado con Harry Holland.

No tengo nada contra él, solo que siempre ha sido de los populares y aquí también lo será. Me da vergüenza y miedo acercarme a él, pero cuando me giro y veo como me mira, sé que tampoco le agrada la idea de estar conmigo.

Su hermano gemelo, que de gemelos tienen poco a decir verdad, le dice algo y se ríe, él solo le da un empujón leve.

Es él el que se levanta y viene detrás de mi, toma asiento a mi lado y me mira.

- Bueno pues... Estamos juntos. -Dice soltando un suspiro.- Supongo que este trabajo nos tomará bastante tiempo, así que podríamos quedar en tu casa o... -Le corto.

- No. No podemos ir allí. -Digo en un hilo de voz.

A él le toma por sorpresa y después de unos segundos, responde.- Bien, iremos a la mía entonces. -Escribe algo en una esquina de mi cuaderno y cuando termina deja el bolígrafo encima.- Es mi número de teléfono y mi dirección. ¿Sabes llegar?

Miro lo que ha escrito y aprieto los labios.- Sí. -Su casa no está lejos de la mía, ya sabía dónde vivía de hace tiempo, no por nada, si no porque lo había visto más de una vez yendo allá a la salida del instituto con Sam, su hermano.

- Genial, pues nos vemos a las... ¿Cinco? -frunce el ceño.

- Sí, sí. Esa hora está bien. -Me lamo los labios.

Las manos me sudan y no puedo dejar de apretar mi muslo a causa de los nervios.

- Muy bien, pues nos vemos más tarde. -Se levanta y regresa a su sitio para ponerse a recoger.

Simplemente genial, el primer día y tengo un trabajo, y me toca con uno de los Holland. No me puede ir mejor.

Termino de recoger mis cosas y salgo de la clase sumida en mis pensamientos, podría encontrar excusa y hacer el trabajo yo sola.

Oh vamos, Olive, no seas así. Me digo a mi misma y suspiro. Puede que esto sea bueno, o puede que sea la peor experiencia de mi vida.

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Hey!

Espero que esta historia os guste tantísimo como a mi me gustará escribirla.

AVISO: ESTA HISTORIA CONTIENE VOCABULARIO OBSCENO, CONSUMICIÓN DE ALCOHOL Y OTRAS DROGAS, PARTES VIOLENTAS Y SEXO EXPLÍCITO. SI LEES O NO LEES LA HISTORIA ES TU DECISIÓN.

La portada está hecha por @xxlovelypimentelxx

Gracias por leer.

Broken Girl. | Tom Holland.Where stories live. Discover now