PRÓLOGO

17K 186 23
                                    

Sede de Universal Music Spain, Madrid

24 de noviembre de 2025

—¿Sabéis por qué os he convocado a ambos?

El silencio expectante cubrió rápidamente cada rincón del amplio despacho, tan solo interrumpido por los tragos nerviosos de saliva que los dos representantes dieron de forma casi coordinada. Se miraron luego el uno al otro, buscando una respuesta mutua en sus respectivos ojos. Una que no fue dada por ellos, sino por el hombre tras el escritorio frente al que estaban sentados.

—Estoy perdiendo dinero —el director de la sede Universal Music en España se apoyó con ambos codos en la mesa y los puños en la boca. Si su ceño pudiera juntarse aún más probablemente hubiera unido sus cejas—. El último disco de Alfred es para cortarse las venas, parece poseído por Alex Ubago. Amaia ha desaparecido por completo del ojo público, solo se la ve en actos meramente profesionales y no ha sacado nada nuevo desde hace tres años. Pero lo peor es esto —arrojó a cada uno a través de la mesa una carpeta con un recopilatorio de diversos titulares en revistas del corazón, prensa y televisión que se habían estado dando últimamente.

Ninguno de los dos representantes necesitó comprobarlo. Ambos estaban al tanto de cómo una filtración de un supuesto individuo cercano a ambos artistas estaba avivando a las aves carroñeras periodísticas.

—Pero no os preocupéis, al parecer soy yo quién tiene que hacer ¡vuestro puto trabajo! —el golpe en la mesa ni siquiera impuso tanto respeto como lo hizo su voz—. Van a volver a sacar un singlejuntos. Quiero fotos y vídeos de cada uno de sus movimientos durante el tiempo de composición. Y más les vale parecer lo suficientemente ñoños o sus jodidas carreras están acabadas.

Javier fue el primero en reaccionar, en saltar en defensa de la que hasta entonces había sido su cliente y, ante todo, su propia hermana.

—No creo que sea buena idea. Esto ya ha sido discutido y redactado en los anteriores contratos, nunca volverán a trabajar juntos. Ambos lo firmaron ¿Verdad, Toni? —buscó apoyo en su compañero de profesión que hasta entonces había permanecido callado.

—Sí, también hemos de recordar que era una cláusula indisoluble. Además, esto es por puro morbo. Quizás haya alguna otra manera de solucionar las cosas.

Héctor Aramendi nunca se había caracterizado por ser compasivo. Si había llegado a donde había llegado era por ser duro y recto en sus convicciones y no le importaba tener que pisar a cualquiera que se pusiese en su camino para conseguir sus metas. Por lo tanto, cuando había diseñado esta nueva estrategia de marketingpara sus dos mejores estrellas, no había reparado en el daño que podía causar, en las heridas que iba abrir. Tampoco pensó en lo que iba a provocar con su próxima declaración a los dos representantes, cuando se levantó de la mesa de forma amenazante y se enfrentó a ellos.

—Morbo —una carcajada irónica salió del hombre antes de que les diera la espalda y, llevándose las manos atrás, se aproximara a la ventana por la que relucían las incansables luces nocturnas de Madrid—. Circo, decían los romanos. Todos durante siglos hemos disfrutado y gozado de ello ¿Cuál es la diferencia entre ahora y antes? Que en la actualidad predicamos tener una moral que en realidad no tenemos. Si no fuera el morbo lo que vende yo no lo fabricaría. Sin embargo, cuando las aguas están calmadas se buscará cualquier medio para embravecerlas. Eso es la prueba —se volvió y señaló las carpetas abandonadas en la mesa para luego fijar de nuevo su vista en algún punto de la ciudad—. Las cifras de ventas lo son. ¿Qué puedo hacer yo sino darle a la gente lo que quiere? Es la única forma de controlar su hambre, de hacer que hablen a mi beneficio. Bienvenidos al mundo real.

Los aludidos se miraron el uno al otro asimilando lo que el director acababa de decir, guardando silencio. Sin embargo, a pesar de que el hombre tenía razón, solo Javier sabía que todo aquello tendría muchas más consecuencias que cualquiera de los presentes esperaban.

Su hermana caería con todos y cada uno de sus secretos.

Por un precipicio y sin paracaídas.

Había cometido muchos errores con respecto a ella en su vida, pero uno tenía que saber cuándo parar y este era el momento.

—Aramendi, no lo hagas.

—Lo siento, Javier. Esta era una reunión meramente informativa. En este momento todos los medios están redactando la noticia de que volverán a colaborar.

El managerse levantó bruscamente de su asiento enfrentando a su jefe.

—Es ilegal. Ambos firmaron la cláusula del contrato ante notario, podrán demandar a la discográfica y será una batalla que perderemos.

Toni, aún sentado, miró a su compañero desde abajo con cierta sospecha. Era cierto que lo que proponía el viejo cabrón era horrible. Juntar a esos dos después de todo lo que había pasado entre ellos, además de lo que solo los presentes sabían, era de no tener corazón, pero... ya habían jugado con ellos antes. Esto no era nuevo, además de que era una gran idea para impulsar las dos carreras, esta vez nadie saldría perdiendo, no como en el pasado. ¿Por qué Javi se rebelaba ahora? ¿Por qué de repente protegía a su hermana?

Aramendi se sentó de nuevo frente a ambos, esta vez con una irónica sonrisa en la cara, directamente dirigida a Javier.

—Sin embargo, para que la cláusula fuera vigente ambos debían estar de acuerdo, ambos debían firmar ¿Crees que estaría sentado aquí de ser estúpido y no saber lo que hago? Hice a los abogados revisarlo. Uno de vuestros queridos chicos no firmó el contrato, supongo que no lo sabíais. No hay vuelta atrás, las cosas se harán como he dicho.

De nuevo, se hizo el silencio.


Una Nueva Versión (ANTIGUA)Where stories live. Discover now