Capitulo 9

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Decido volver a mi casa, no a la de mi tia, sino a la mía. Es una forma de estar sola y reflexionar. No me apetece salir a la calle.

He pasado muchas cosas, pero esto situación me supera. Puede que la gente piense que soy una floja, que me derrumbo por nada, y puede que lo sea, pero es algo que no puedo controlar. Mi mente en estos momentos es algo ajeno a mi, esta fuera de mi control, y a pesar de eso es capaz de controlar todo mi cuerpo

Entro en casa y cierro con llave, mas vale prevenir que curar, y de momento ya he curado mucho. Subo las escaleras y me dirijo a mi cuarto, Abro la puerta, extiendo los brazos y me dejo caer sobre la cama. El golpe me deja algo atontada, el colchón es mas duro de lo que recordaba. Me llevo las piernas a la barriga y me coloco en posición fetal. En mi opinión es una de las posturas mas cómodas.

Pienso, pienso, pienso, hasta que mi cerebro queda exhausto. Puede que piense demasiado, es verdad, tiendo a darle mil vueltas a las cosas mas insignificantes, pero es inevitable. Alec es un chico perfecto, no entiendo siquiera como se planteo besarme, si no valgo la pena, solo soy una chica de pueblo, antisocial, fea, idiota y deprimida, no valgo nada, ¿porque siquiera me mira?

"Exageras Leah, estas haciendo una montaña de un grano de arena"
"Por una vez estoy de acuerdo, no puedes ponerte así por algo que ni siquiera sabemos si es verdad"
"Eres una buena persona, quien no te aprecia es porque no vale la pena, deja de darle vueltas"
"Eso tu eres mejor que ellos"
"No tenían razón con lo que te decían anoche, deja de oír sus voces diciéndote que no eres nadie, que nosotras también las oímos"
"Si, y tampoco es agradable 'para nosotras, que somos tu ¿sabes?, también tenemos autoestima, y si nos deprimimos nosotras ya si que no ay quien te saque de la mierda".

Tienen razón, no tengo pruebas de que pase nada, NADA, ¿entonces porque me pongo así?, ¿porque siento como si el corazón se me partiera en dos? "exageras", no no exagero, en estos momentos estoy así.

Pasa el tiempo y me quedo dormida. Me despierto alterada, unos golpes contra mi ventana, parecen piedras, pero mas pequeñass que las que me lanzaron ayer. Me asomo a la ventana y veo la cara de Uriah. ¿Que coño hace el aquí?. Esta lanzando mini piedrecitas contra mi ventana, como cuando un par de enamorados pretenden escaparse en la noche "deja de comparar con libros por favor, esto es la realidad"

Me ve, y tira el resto de piedras que le quedaban en la mano para saludarme, para llamar mi atención. Con sus manos hace un gesto para que abra la ventana. No estoy segura de que deba hacerle caso, pero no creo que pierda nada. Una vez concedido su deseo saco la cabeza y pregunto:

- ¿Que pasa?-

-he de hablar contigo- me mira a los ojos- es urgente-

Su tono es serio, parece preocupado, pero no me hace mucha gracia que suba hasta mi cuarto, seria como abrirle una parte de mi que nadie mas conoce, y no es exactamente a el a quien querría enseñarsela. Le hago una señal para decirle que se espere, cierro la ventana y bajo las escaleras para abrirle la puerta.

Le "invito" a pasar a la sala de estar, donde nos acomodamos en el sofá, cada uno en un extremo. Yo subo las piernas y me las abrazo con los brazos. Me gusta esa posición, me hace sentirme mas pequeña, y parezco mas indefensa ante los demás, aunque en realidad es todo lo contrario.

-Me lo vas a contar o esperas que empiece yo, porque si es así no tengo nada que decir y ah tienes la puerta- le digo señalando con la cabeza el camino por el que acaba de entrar.

-¿Podrias dejar de ser tan desagradable por una vez en tu vida?- dice con tono molesto

-Podría, nunca se sabe, pero no me apetece, y no estoy de humor para tonterías. ¿que querías?- respondo en tono cortante.

No esperes a que amanezcaWhere stories live. Discover now