Capítulo 12

112 13 3
                                    


Cuando un ser querido se va, se muere, pasa al otro mundo, notas un vacío en tu corazón, como si faltara algo. Piensas que es dolor va a desaparecer con el tiempo, que un día de repente despertaras y no te acordaras de nada, pero eso no ocurre. 

Ese sentimiento permanece ahí, mas o menos visible, escondido en algún rincón de tu corazón esperando el momento oportuno para salir. Puede que sea ese momento de felicidad máxima para bajarte los ánimos, puede que sea en tu estado mas deprimente para hundirte mas, o puede que simplemente un día decida aparecer de nuevo, eso nunca se sabe depende de tu personalidad. 

Pero el dolor de la perdida de un ser amado no se olvida, te hace recordar que un día existió, vivió como tu, y que aunque nos cueste reconocerlo que todos moriremos antes o después, seremos recordados por unos, pero con el tiempo, seremos olvidados, por eso no puedes temer al olvido, porque es inevitable.

Es de noche cuando abro los ojos. Estoy tumbada en el suelo, rodeada de arboles. Mi primera pregunta es que hago aquí, pero enseguida una serie de imágenes recorren mi mente y me hunden en la miseria. Han muerto dos de las personas que mas he querido en el mundo, aunque Uriah ya no era el, en el fondo no puedo olvidar al niño pequeño que vivió conmigo durante tanto tiempo. Mi tía....no quiero olvidarla, ella es de las pocas personas a las que realmente importaba, y a la que mas quería, ¿porque se tenia que ir?.

Quieras o no después de este momento tu cabeza empieza a pensar, a dar vueltas y te acabas encontrando en una situación desesperada. Ya no es el hecho de tener a dos voces hablando en tu cabeza, ahora son miles "nadie te quiere", "te han dejado sola", "¿crees que le importaste alguna vez a alguien?, en ese caso te equivocas", "no vuelvas, ya nadie te recuerda", "que mas da si mueres nadie se dará cuenta", " nadie te busca, nadie te encuentra, te quedas sola".......Eso es deprimente, sin duda, además de la propia autocompasión hacia ti misma, "pobre de mi, ¿porque todo lo malo me pasa a mi?".

Tanto mi cuerpo como mi mente no soportan ni un solo movimiento. Me siento tan pesada, no soy ni siquiera capaz de mover una pierna. Por lo visto he debido de pasarme mucho rato corriendo, no se donde estoy, a parte de decir que metida dentro de un bosque, solo veo miles y miles de arboles y no creo que sea capaz de orientarme. Pero tampoco quiero levantarme, así que, que mas da, me quedaré aquí, y moriré tranquilamente. Se que he de afrontar esta situación, que no puedo quedarme sin hacer nada, pero me da igual, estoy cansada de luchar, de vivir, de que la vida me maltrate, de no poder ser feliz. Deseo la muerte y espero que por una vez se me conceda un deseo tan simple. No me da miedo morir, haya lo que haya después, seguro que es mejor que esto.

Cierro los ojos para hacer que todo pase mas rápido, pero los abro enseguida alarmada por un ruido. Delante mio, como a unos veinte pasos aparece un pequeño animal, de apariencia dulce, pelaje marrón y suave, con una bellota entre las manos.

"¿Porque te alarmas?,¿No eras tu la que quería morir?, va pues deja de intentarlo y haz algo bien en tu vida"

"No hables asi, ¿acaso tu tampoco quieres vivir?, te recuerdo que si ella muere nosotras también"

"Bueno.... y que mas da, tarde o temprano nosotras también desapareceremos, ¿que mas da que sea un poco antes de lo esperado?"

"No puedo creer que hables enserio, no creí que pudieses caer tan bajo"

"Bueno pues ve asumiéndolo, pero que sea pronto, o sino no te dará tiempo"

 El animal se acerca poco a poco a mi. Es tan mono, podría levantarme e intentar tocarlo. Levanto una mano para acercarla hacia el animal y noto como cambia. Sus ojos se vuelven rojos, sus dientes mas afilados y sus uñas se vuelves garras.

No esperes a que amanezcaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora