Capítulo 12

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Me debes una cita.

DAN

Mi vida es una montaña rusa de emociones, pase de estar hundido en la tristeza a loco creyente en el amor en cuanto tengo a Cristal cerca de mí, pero ahora mismo sigo enojado. 

No sólo con ella por no haberme creído sino también conmigo mismo por no hacer nada al respecto, tuve que haber insistido un poco más, pero no lo hice. Si soy sincero tengo que admitir que me gana el orgullo.

Los últimos días he lidiado con un mal humor de mierda y muchos se han dado cuenta de que algo me sucede. Y para variar tuve que soportar a mi madre estresada por terminar los detalles de la casa vecina y por otro lado con mi padre hablando de lo bien que le hace al bufete representar a la marca más prestigiosa de productos lácteos en el país, desde hace un mes que no habla de otra cosa.

Por eso cuando mamá me dijo acerca de la cena con los nuevos vecinos inmediatamente me negué, no estaba de humor para eso y mucho menos con desconocidos. Pero en cuanto Shara dijo que me disculparía con los West por no asistir a la cena, logró captar mi atención y después de unas cuantas preguntas até cabos.

Sofía en alguna ocasión mientras tomábamos el almuerzo le mencionó a Cristal que no olvidara pasarle su nueva dirección en cuanto la supiera, a Lucas y a mí nos dio curiosidad y le preguntamos porque iba a cambiarse de domicilio y ella nos contó que originalmente iban a vivir en una casa que aun estaban arreglando y no en el departamento que ocupaban ya que su papá era el nuevo director de una empresa de Lácteos que abrió una sucursal aquí en Los Angeles y por imagen debía tener un lugar más amplio para residir.

Algo me decia que son ellos.

—Si iré con ustedes, mamá —le dije antes que la rubia saliera de mi habitación.

Y así fue como vine a conocer mis nuevos vecinos en especial a la jovencilla de diecisiete años que lleva un vestido formal sin enseñar tanto pero que se le acomoda perfectamente bien al cuerpo, su pelo liso con ondas en las puntas esta  suelto como tanto me gusta y sus ojos color avellana ese tono intermedio entre el verde y el marrón se le notan delicadamente maquillados.

Es perfecta para mí.

Durante la cena Cristal y yo compartimos una que otra mirada que no supe descifrar, tengo que admitir que tenerla cerca afecta demasiado a mis emociones al tal punto que siento que todo mi enojo se ha desvanecido.

Cuando terminamos de cenar pasamos a uno de los salones, tengo que decirlo mi mamá es demasiado buena en lo suyo, la casa registra su marca, elegancia y sobriedad por cada rincón.

Estamos tomando café en la sala mientras que mis padres y los de Cristal están sumergidos en una conversación. 

La pelicastaña se ve incómoda y evita mirarme, si tan sólo lo hiciera para hacerle gestos de que quiero hablar con ella.

Cristal y yo arreglaremos lo que tengamos que arreglar esta misma noche, eso lo prometo.

—Es una sorpresa que nuestros hijos sean compañeros de clases —comenta Kristel, ella es tan parecida a su hija y podría jurar que cuando Cristal tenga su edad luciera como su madre.

— ¡Oh, si! —Exclama mi madre y dirige su atención en Cristal—Y de seguro también conoces a Sofía.

—Si —sonríe la pelicastaña—Somos buenas amigas.

— ¿Y con Dan? ¿Son amigos?  —cuestiona mamá.

Inmediatamente nuestros ojos se conectan, muy en el fondo quiero escuchar lo que ella tiene que decir pero su teléfono nos interrumpe y Cristal se disculpa saliendo en dirección al jardín.

CORAZÓN DE CRISTAL{✔}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora