Capítulo 2: Literatura oscura

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La mañana siguiente Chris salió de su habitación encaminándose directamente hacia el baño. Se miró en el espejo apreciando sus ojos verdosos semi-cerrados. Abrió el grifo tomando un poco de agua de este y mojándose el rostro así esfumando el sueño que traía encima.

Miró su cabello con atención, había vuelto a crecer y él nunca negaría que le gustaba traerlo corto. Tendría que darse una pasada por la peluquería dentro de unos días o en el peor de los casos cortarse él mismo. Aunque no confiaba demasiado en su técnica, la última vez que lo había hecho solo casi había llorado al ver el resultado.

Salió del lugar caminando hacia el comedor sin haberse vestido aún, se había acostumbrado a usar su pijama en casa, este estaba constituido por una remera de Queen que había pertenecido a su tío y unos shorts grises algo gastados con pequeños lunares. Creía que se veía algo tonto. —Buenos días. —Saludó depositándose en la silla que rodeaba la pequeña mesa de la habitación.

Giselle camino hacia su sobrino con una sonrisa— Buenos días. —depositó un beso en la cabeza del chico antes de dejar un café frente a él. — ¿Dormiste bien?

—Sí. —Tragó un sorbo de la bebida caliente antes de darse cuenta de que había demasiado silencio en la habitación. — ¿Dónde está el demonio?

—Demian vino a buscarla hace como dos horas, pero estabas tan dormido que prefirió no despertarte. —Chris asintió.

Sus tíos se habían divorciado hace como ocho años cuando Naima todavía era una bebe, por eso no le afectó, pero a el chico que sí entendía bien las cosas no le había dado mucha satisfacción. Años más tarde se dio cuenta que era completamente razonable, las relaciones se gastaban con el paso del tiempo y eso había ocurrido con ellos dos. Se había apagado la llama. Pero eso no significaba que no tuvieran una buena relación, compartían una hija en común y a Christopher lo habían criado desde que nació como si fuera suyo.

—No hay problema. —Justo en ese momento recordó los planes que tenía para hoy. —Esta tarde iré de compras con Jade.

Giselle sonrió, adoraba a Jade como si fuera su propia hija. Los dos chicos eran amigos desde jardín de infantes y habían compartido miles de momentos juntos que eran como tesoros. Era imposible no tener una buena relación con esa chica. —Puedes decirle que venga a pasar la noche. —Se encogió de hombros, no era extraño para nada que la joven durmiera ahí, lo había hecho miles de veces. —Ya que Naima no vuelve hasta mañana.

—Sí, probablemente cuando terminemos venga...—Tomó una galleta llevándosela a la boca. —ah y por cierto, no nombres a Anthony.

La mujer que tenía su largo cabello color caramelo atado en una coleta se giró confusa. — ¿Pasó algo?

—Terminaron.

Giselle sonrió. —Lo mejor que le pudo haber sucedido.

Ambos rieron. —No lo dudes ni por un segundo.

(...)

Ambos jóvenes pasaron la tarde de tienda en tienda revisando mercancía, probándose ropa o simplemente oliendo las fragancias de cada perfumería en la que ingresaban, causando una que otra mirada molesta por parte de los vendedores.

Nada fuera de lo usual.

Al finalizar decidieron ir a un restaurante de comida rápida dentro del shopping, Chris ya le había avisado a Giselle que no los esperara para cenar y se dedicara a hacer lo que quisiera. Después de hacer sus pedidos caminaron con los mismos hasta la mesa más cercana que daba directamente a una tienda que tenía en exposición zapatos de mujer y algún que otro calzado deportivo.

Black Crown [Finalizada]Where stories live. Discover now