Capítulo 5: Fiesta

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Los días transcurrieron, rápidamente se convirtieron en semanas y así sin más pasó un mes.

Chris había intentado tratar de comportarse como si nada después de aquello. No había vuelto a ver a ese extraño hombre, no tuvo más esa horrible sensación y la cicatriz en su mano no le había molestado para nada. Había tenido que inventarse algo como que se había quemado cocinando para que su familia entendiera porqué la tenía así, y luego de un par de regaños lo dejaron tranquilo.

Después de tanto tiempo llegó a la conclusión de que tal vez había alucinado realmente y un loco había ingresado solo para quemarlo con algún encendedor o quien sabe qué, pero trató de dejar de cuestionarse aquellas cosas de una vez por todas y simplemente reprimió el recuerdo.

Esa mañana era especial, para él no era un día cualquiera sino que después de una larga espera su cumpleaños número 18 había llegado. Para Chris era muy importante, lo estuvo esperando casi desde que tenía alrededor de 12 años. Por fin, era un adulto, por fin podría pedir bebidas alcohólicas en los bares, hacerse un tatuaje sin permiso y hasta ir a la cárcel- aunque no deseaba esto último aun así le parecía genial-.

Su familia le había organizado una pequeña fiesta de cumpleaños, pero los planes de Jade eran distintos.

— ¡Iremos de fiesta!—Le había dicho por teléfono esa misma mañana al llamarlo. —Oh y feliz cumpleaños, cariño.

—Gracias, también te quiero.

— ¿Vendrá tu familia a tu mini fiesta de cumpleaños de todos los años?

—Si por familia te refieres a mi tío Demian, sí.

Ella sonrió del otro lado de la línea. —Bien, pero diles que después de que se ponga el sol te vienes conmigo.

Chris puso los ojos en blanco.

Por la tarde como él lo había dicho, su tío apareció por la puerta de la entrada con una sonrisa y un regalo para su sobrino. Chris estaba muy agradecido con Demian al igual que con Giselle, ya que a pesar de no ser su hijo ellos lo hacían sentir como tal. No lo trataban diferente a Naima de ninguna forma y esos pequeños detalles lo hacían sentir vivo.

Eran lo más importante del mundo para él y al momento de soplar las velas del pastel recordó a cada uno de ellos antes de pedir sus deseos. Simplemente quería creer que a pesar de que las cosas fueran difíciles su familia siempre estarían resguardándolo, como lo hicieron hasta ahora.

El pelirrojo constantemente quería creer que sus padres lo habían amado, que su madre lo estuvo esperando y que su padre simplemente tuvo que marcharse porque no pudo soportar la muerte de su esposa en el parto. Que no supo sobrellevar la situación y que estaba arrepentido. Chris no quería creer que su padre lo había abandonado porque no lo amaba. Nunca quiso hacerlo.

Pero a medida que pasaban los años y maduraba, se daba cuenta de que tal vez las cosas no eran tan maravillosas después de todo.

Presionó sus labios intentando no pensar en eso, era su cumpleaños, debía estar feliz. Así que sonrió y agradeció por todo lo que le habían dado a lo largo de estos años.

(...)

Y como habían acordado al caer la noche Jade y Chris se encontraron en las transitadas calles de Denver.

Ambos se habían arreglado, el joven pelirrojo estaba vistiendo un pantalón oscuro a juego con una camisa que encontró entre los restos de la batalla campal que él llamaba su guardarropa. En cambio Jade lucía un vestido purpura a juego con sus tacones.

Comenzaron a caminar esquivando a la multitud de gente en las calles, era extraño, probablemente esta noche todo el mundo saldría de fiesta. — ¿A dónde me llevas?

Black Crown [Finalizada]Where stories live. Discover now