Capítulo V

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Laura

Ruedo los ojos al escuchar la voz chillona de Ashley, discutiendo con Vanessa sobre yo cuidando a Penny. Puedo ver la mirada molesta de Ross, quien está a mi lado abrazándome, pero no dice nada. Yo tampoco.

— ¡Deja de aprovecharte de mi hermana menor! — le grita Vanessa furiosa. — Cuida a tu hija, y no le jodas la vida a ella. ¿Quieres follar? ¡Paga una niñera!

— ¡Laura se ofreció! Adora a Penny y quiso cuidarla.

— ¡Laura simplemente lo hace porque no puede tener hijos, Ashley!

— Esto es ridículo. — dice Ross, cuando ve mi mirada de dolor al simple recordatorio de la verdad: yo no tendré hijos.

— ¿Qué? ¿Ahora tú proteges a Laura? ¿En dónde diablos estabas? — le pregunta mi hermana, dirigiendo su enojo hacia él.

— Estaba trabajando, mi pregunta es dónde estaba la chica que cuidaba de ella. — responde él.

— ¿No puedo quedarme sola unas horas? Dejen de buscar culpables, porque no hay. ¡Tengo cáncer! Simplemente estaba cocinando para mi esposo, ¿de acuerdo? Una tarea sencilla, que cualquiera puede hacer. Pero yo no pude. ¿Por qué? Porque tengo cáncer. ¡Dejen de tratarme como a una niña pequeña, porque no lo soy! — les grito. — Vayanse a la mierda. Todos.

Me levanto, y como puedo, subo las escaleras y me encierro en mi habitación. Mis ojos se llenan de lágrimas de frustración. Jamás tendría una vida normal, jamás sería simplemente una mujer.

— Cara, ábreme... — me pide con suavidad Ross.

— No quiero verte en estos momentos. — digo enojada, pero un sollozo se me escapa.

— Lo siento, en serio... Sólo quería protegerte, y me siento jodidamente culpable por no haber estado aquí contigo. Lo siento, cara.

Suelto un suspiro y abro la puerta, una lágrima se me escapa y Ross acaricia mi mejilla con suavidad mientras me sonríe levemente.

— Eres una mujer para mi... La mujer más increíble y hermosa que conozco. Siento como te he tratado durante estos años, realmente lo siento... — dice en voz baja.

— Está bien... — murmuro sonriendo levemente.

— Vayamos a cenar esta noche. — propone.

— ¿No tienes que trabajar? — pregunto confundida.

— Puedo hacer una excepción por mi esposa... Estoy seguro de que Rocky lo entenderá. — dice abrazándome por la cintura y regalándome una hermosa sonrisa.

— De acuerdo... — acepto riendo.

La sonrisa de Ross se borra de a poco mientras que sus ojos se encuentran con los míos, y antes de poder decir algo, me besa con suavidad. Suelto un suspiro y le correspondo el beso mientras lo abrazo por el cuello, acercándolo más a mi.

Sus manos van a mi cintura y me acaricia con suavidad la espalda por debajo de mi remera, provocando un estremecimiento en mi. Jamás me había besado así. Jamás lo había sentido de esta manera. Al menos, no desde que nos casamos.

Con cuidado, me lleva a la cama y me recuesta allí, sin dejar de besarme. Lo atraigo más hacia mi, Ross profundiza el beso mientras sus manos se dedican a acariciarme con ternura.

Se separa levemente de mi, y me sonríe mientras me mira a los ojos. Le correspondo la sonrisa, acariciando su mejilla y bajando mis manos lentamente por su pecho, Ross contiene el aliento y cierra los ojos. Le saco la camisa, disfrutando de la vista que me regala cada botón que desabrocho, y cuando termino de quitársela, vuelvo a besarlo.

Ross me corresponde el beso con más deseo, y se presiona a mi cuerpo provocando un gemido suave en mi. Comienza a quitarme la remera, y en ese momento, la tímidez vuelve a mi, él lo nota.

— Cara, eres la mujer más hermosa que he visto... — susurra mirándome con intensidad.

— Pero yo... — comienzo a decir, negando con la cabeza, pero él me interrumpe.

— Jamás me he sentido así, con ninguna mujer... Todo lo que siento en estos momentos es más intenso, no puedo contenerme. Eres tan hermosa y dulce, y te sientes tan... Joder, me haces sentir de una manera increíble... Eres única, cara. Eres única para mi. — susurra acariciando mi mejilla. — Y te amo tanto...

Sonrío ampliamente y lo beso con ternura, Ross me corresponde el beso mientras se acerca más a mi y decido dejar atrás todos mis temores.

— Yo también te amo, Ross... — susurro en el beso.

Y esas son las últimas palabras coherentes que logramos decir durante el resto de la tarde.

Ross

Laura está durmiendo con su cabeza en mi pecho, y yo acaricio suavemente su cabello. No podía creer la manera en la que había perdido el control, ese hombre no podía ser yo.

Cuando Laura me miró y se rió, se vio tan malditamente hermosa que no pude contenerme y no besarla. Pero realmente perdí el control cuando me correspondió el beso.

¿Cómo pude privarme de besarla de esa manera por dos malditos años?

Había besado a Laura, pero eran besos superficiales, no besos reales. Esto había sido... Joder... Seguía impresionado, no sabía que una persona podía sentir tanto con solo un beso o una caricia. No sabía que podía sentir tanto al hacerle el amor a alguien.

Mi celular comienza a sonar y atiendo rápidamente antes de despertar a Laura, ella se remueve y se acurruca más en mi, provocando una tonta sonrisa en mi rostro.

— ¿Si? — susurro.

— ¿Por qué susurras? ¿No vendrás hoy? — pregunta Ashley.

— No, Rocky. Lo siento, no puedo ir. — digo.

— Estás con Laura... Laura está durmiendo contigo. ¿Qué hace ahí?

— Es mi esposa, ¿no?

— No decías lo mismo cuando me follabas. — dice furiosa.

— Sobre eso... Debemos hablar. Ya no podemos seguir.

— ¡¿Qué?! ¿Me estás dejando por celular? ¡Si me dejas, le diré a Laura toda la verdad! ¡Le diré que eres el padre de Penny y arruinaré tu intento de matrimonio perfecto! ¿Quieres eso? Laura pasará sus últimos días llorando por un hijo de puta como tú. — exclama completamente enojada.

— Simplemente esperemos... Dame unos meses. — murmuro. — Y estaremos juntos.

— ¿Tengo que esperar a que la enferma se muera para estar contigo? ¿Sabes lo mierda que me siento deseando la muerte de mi mejor amiga? Te amo, como ella jamás podrá hacerlo, y tú la elijes.

— No la elijo, pero quiero darle algo verdadero. — digo en voz baja, mirando a Laura dormir.

Quiero darme algo verdadero. Algo que sólo Laura puede darme.

— Vete a la mierda, Lynch. Cuando no puedas follarla porque está demasiado débil, me necesitarás y te mandaré a la jodida mierda. — responde para después colgarme.

Ashley no lograba entender que no todo era sexo, no lograba comprender que lo fundamental no era el sexo en la relación.

Laura no era solo sexo, durante estos dos años había sido mi compañera, la persona a la que siempre recurría cuando algo me estresaba o me preocupaba, me escuchaba y consolaba.

Ella había permanecido a mi lado, incluso cuando yo me acostaba con otra mujer y ni siquiera le prestaba atención, ella siempre daba todo pero no recibía nada a cambio.

Joder, Laura merecía algo mejor que esos dos años que le di.

Y me prometí que, a partir de ahora, se lo daría.

Marriage | RauraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora